TRANSPLANTES

El viaje de un hígado de Galicia a Mallorca escoltado por un caza del Ejército

Profesionales del hospital mallorquín de Son Espases volaron a la comunidad gallega para recoger el órgano que unas horas después fue trasplantado en Palma

El caza del Ejército del Aire controlando el avión ambulancia.

El caza del Ejército del Aire controlando el avión ambulancia. / HUSE I. Olaizola

I. Olaizola

El programa de trasplante hepático de Son Espases (Palma de Mallorca) acaba de conseguir un hito por dos motivos: haber completado con éxito su décimo trasplante de hígado desde que comenzó su actividad hace ahora poco más de un año y, para ello, haber tenido que desplazar a un equipo de cirujanos a un hospital de Galicia (del que no revela el nombre para preservar la confidencialidad) con el fin de recoger un órgano compatible con un paciente mallorquín, llevarlo y realizar el trasplante. La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), organismo de ámbito estatal que coordina todos estos procesos, tiene establecidas unas normas muy claras, indica el doctor Xavier González-Argenté, jefe del servicio de Cirugía Digestiva. “Por regla general, cada comunidad autónoma se queda con sus propios donantes siempre y cuando disponga de candidatos receptores para esos órganos. La excepción a esta norma es que exista algún paciente en otro punto del país que precise un hígado de manera urgente por alguna hepatitis fulminante u otro trasplante fallido”, pone como ejemplo resaltando que en estas casuísticas el órgano sale en busca de ese receptor apremiado en menos de veinticuatro horas.

En Son Espases, único hospital de Baleares acreditado para realizar este tipo de intervenciones muy complejas en las que participan equipos médicos y de enfermería multidisciplinares, a diferencia de otras comunidades que cuentan con varios hospitales con capacidad para realizar estos trasplantes hepáticos, no se pueden realizar ruedas internas para decidir qué paciente es el primero que entra en el quirófano.

Dos ofertas previas

Sobre los prolegómenos de lo que finalmente resultó el primer desplazamiento de un equipo sanitario de Son Espases hasta otro hospital fuera de esta comunidad autónoma para recoger un hígado compatible para un paciente balear, el doctor González revela que antes del finalmente realizado recibieron dos ofertas anteriores procedentes de Canarias.

“Las desechamos porque los órganos no eran muy buenos y tendrían que haber pasado muchas horas en las neveras por la distancia que nos separa de Canarias”, señala el cirujano recordando el deterioro acelerado que sufren los órganos con el paso del tiempo pese a ser transportados en una nevera con hielo aunque nunca en contacto directo con él.

“Luego nos llegó otra oferta de Galicia instándonos a decidirnos con rapidez bajo la amenaza de que si no lo hacíamos así, se lo llevaría Andalucía”, continúa.

Un equipo formado por tres cirujanos y dos enfermeras partía rumbo a tierras gallegas a media tarde del pasado viernes 27 de enero en un avión ambulancia privado fletado por la ONT.

“La familia de esa persona tiene que estar muy orgullosa"

En el centro sanitario gallego se encontraron con una situación que en otras circunstancias diferentes a los de estas donaciones altruistas podría resultar hasta truculenta: junto al equipo balear esperaban otros equipos de cirujanos venidos de diversos puntos del país para llevarse para otros potenciales receptores el resto de órganos utilizables del donante: los riñones, el corazón, los pulmones...

“¿Truculenta? Nada de eso”, niega el cirujano jefe, “la familia de esa persona tiene que estar muy orgullosa de que con su acción haya regalado cinco vidas”, diferencia González, confirmando que la extracción de los órganos debe hacerse de forma coordinada, todos al mismo tiempo antes de que deje de circular la sangre por las venas del donante.

Tras ser extraído el hígado y limpiado con una solución de preservación, el equipo partió con el órgano en una nevera a cuatro grados de temperatura. Llegó a las 4 de la madrugada a Palma y en Son Espases un equipo de anestesistas, hepatólogos y enfermeras ya tenían preparado y dormido al receptor, un mallorquín con problemas de cirrosis.

El hígado volvió a ser preparado en Palma en una intervención que se denomina “cirugía de banco” y ya se pasa directamente al quirófano. “La intervención se prolongó durante unas ocho horas (acabó el sábado a mediodía) y en ella participaron hepatólogos, anestesistas, enfermeras de anestesia y de cirugía así como cuatro cirujanos para extraer el hígado enfermo y otros cuatro para trasplantar el nuevo con el objeto de que todo el personal esté fresco en una operación tan larga y delicada”, justifica González la presencia de hasta 12 personas en el quirófano.

Tras la intervención, el paciente quedó a cargo de un equipo de intensivistas en la UCI. En la actualidad evoluciona bien.

En compañía de un caza

El avión ambulancia que partió de Son Sant Joan el pasado 27 de enero en búsqueda de un hígado para un paciente de Mallorca tuvo un pequeño incidente con el Ejército del Aire. Lo explica uno de los cirujanos que iba a bordo de esa aeronave, el doctor Xavier Molina: “El viaje estaba siendo muy tranquilo cuando, a la altura de Valladolid, apareció un caza del Ejército que empezó a volar en torno a nosotros”, comienza el cirujano. No se llegaron a alarmar porque el piloto les comunicó enseguida que no pasaba nada, así que se dedicaron a realizar algunas fotos al avión militar que estuvo dando vueltas a su alrededor durante veinte buenos minutos mientras el personal sanitario le sacaba fotos. Ya en tierra, el piloto le explicó que se había debido a un error suyo por olvidarse de conectar la radio y que la intervención del caza estuvo debida al previsible aviso dado por alguna torre de control que habría informado de una nave incomunicada que sobrevolaba el espacio aéreo español. Una vez conectada la radio, el vuelo prosiguió sin más percances.