OURENSE

La experiencia al volante después de los 80 años: "Seguiré conduciendo siempre que me renueven"

Más allá de la edad, las capacidades determinan poder renovar, con o sin limitaciones

Antolín Álvarez y Fernando Rodríguez, de 85 y 84 años, siguen conduciendo, sin restricciones en el carné.

Antolín Álvarez y Fernando Rodríguez, de 85 y 84 años, siguen conduciendo, sin restricciones en el carné.

Javier Fraiz

El envejecimiento que caracteriza el perfil demográfico de la provincia de

Ourense

 –la edad media, de 51 años, es la más elevada de España, junto a Zamora– se aprecia en todos los ámbitos, también en la carretera.

Según datos de la

Dirección General de Tráfico

(DGT) de fecha 1 de enero de 2022, en España hay 4,3 millones de conductores que tienen más de 65 años, lo que representa el 16% del censo total, que asciende a 27 millones.

En la provincia de Ourense, esa proporción es más elevada y alcanza más de una cuarta parte del conjunto: de entre las 185.000 personas con carné, unas 49.000 superan los 65 años, el 26,5%. Hay 18.000 conductores octogenarios, es decir, cerca del 10% de los ourensanos con permiso.

"Me encuentro bien y, mientras esté así, seguiré conduciendo siempre que me renueven. Procuro ser prudente. Nunca he tenido ningún accidente grave, más allá de algún rasponazo. De correr nunca he sido, y ahora aún menos"

Antolín Álvarez - 85 años

Antolín Álvarez, de 85 años, es uno de ellos. Natural de Vilariño Frío (Montederramo) y residente en Ourense, todavía utiliza el vehículo con frecuencia. “Ahora un poco menos, pero nunca lo he dejado del todo y salgo varias veces a la semana: para ir a las termas dos o tres días, para ir a la aldea, o a Pontevedra alguna vez...”, describe.

“Da una autonomía total poder seguir con el coche. Aunque ahora ya no lo necesite mucho, sé que tengo la opción de poder cogerlo para ir a cualquier sitio que quiera”, valora.

Antolín Álvarez coge el vehículo todas las semanas.

Antolín Álvarez coge el vehículo todas las semanas. / Iñaki Osorio

Cuando tenía 17 años obtuvo el carné para circular en moto, con el permiso de su padre. El del coche lo sacó en 1967, y desde entonces ha tenido siete. Al haber trabajado para empresas como Standard Electric o Alcatel, hubo etapas en su vida en las que recorría muchos kilómetros. “Ahora hago unos 2.000 al año”, señala. A su edad, sigue renovando el carné en el psicotécnico.

“Gracias al carné me puedo mover e ir a las parroquias. A esta edad todos tenemos que ‘retejar’ un poco” –bromea–, “pero no me retiraré hasta que el cuerpo me diga basta”

Fernando Rodríguez - 84 años

El periodo de vigencia a esta edad es solo anual, y en el caso de Antolín no tiene ninguna restricción para poder circular, que la normativa sí establece para quienes sufren alguna merma de capacidad. “Por ahora no he tenido nunca ningún problema para renovar, e incluso mantengo todos los puntos. Me encuentro bien y, mientras esté así, seguiré conduciendo siempre que me renueven”, destaca el octogenario. “Procuro ser prudente. Nunca he tenido ningún accidente grave, más allá de algún rasponazo. De correr nunca he sido, y ahora aún menos”, añade.

Más distancia hace Fernando Rodríguez, de 84 años, debido a su trabajo: es sacerdote en Santa María de Atás (Cualedro) desde diciembre de 1961. Los domingos atiende la eucaristía –a las 10, 11, 12 y 13 horas– en cuatro parroquias de la zona. El séptimo día de la semana circula unos 50 kilómetros. Al cabo del año, ha recorrido cerca de 22.000.

“Ya no tengo los reflejos de los 30 años, al igual que con 50 ya no son como a los 20, pero estoy perfectamente capacitado para conducir”

“El carné de moto me lo saqué con 24 años y el del coche, a los 26 o 27”, recuerda el religioso, que ha tenido cinco vehículos a lo largo de su dilatada trayectoria al volante. “Gracias al carné me puedo mover e ir a las parroquias. A esta edad todos tenemos que ‘retejar’ un poco” –bromea–, “pero no me retiraré hasta que el cuerpo me diga basta”, resuelve.

El sacerdote Fernando Rodríguez, en la rectoral de Atás, junto a su coche.

El sacerdote Fernando Rodríguez, en la rectoral de Atás, junto a su coche. / Fernando Casanova

También él sigue renovando el permiso sin restricciones, cada año. “Ya no tengo los reflejos de los 30 años, al igual que con 50 ya no son como a los 20, pero estoy perfectamente capacitado para conducir”, afirma.

Sus desplazamientos de diario, que son más largos los fines de semana, casi se limitan a carreteras locales y provinciales del rural, entre parroquias, “en las que hay poco tráfico y los domingos, aún menos”. Con los años, añade, “te vas haciendo más tranquilo” al volante, más prudente.

"La población envejece, afortunadamente. Es una realidad que debemos gestionar pero que no estigmatizamos"

David Llorente

— Jefe Provincial de la DGT

La reforma de la ley de tráfico, que entró en vigor el pasado 21 de marzo, no ha introducido ninguna novedad sobre el factor de la edad o el análisis de las capacidades psicofísicas. El jefe provincial de la DGT, David Llorente, que actualmente está realizando un trabajo de fin de máster sobre el envejecimiento y la seguridad vial, indica que la tendencia se da en toda España, aunque en territorios como Ourense se apreciaba con antelación y es más acusada.

En cualquier caso, subraya que “no podemos establecer ni medidas generalistas ni tampoco hacer unas proyecciones genéricas. La población envejece, afortunadamente. Es una realidad que debemos gestionar pero que no estigmatizamos. Lo que debemos hacer es explotar las herramientas que hay en la legislación, y tal vez explorar algunas nuevas, sin ningún tipo de apriorismo”.

El año pasado, en el conjunto de España se emitieron 4,32 millones de informes psicotécnicos, de los que 2,208 resultaron aptos para la renovación durante el periodo máximo de validez, sin ningún tipo de restricción para sus conductores (la necesidad de gafas o audífonos no se considera). Los centros dictaron 2,058 millones de informes en los que sí se establecía algún límite en el plazo o ciertos requisitos para poder conducir.

Limitaciones a la conducción

Los más habituales son circular solo de día o en un radio de acción con respecto al domicilio de 5 a 50 kilómetros, normalmente 20, aunque la distancia es discrecional, porque se busca garantizar una mínima autonomía en la vida diaria de la persona.

En toda España solo se registraron 54.000 informes en 2021 que declararon al conductor no apto para renovar, o con una interrupción, es decir, el psicotécnico requiere algún informe sanitario para poder evaluar si procede la renovación.

La ley también permite limitar la circulación a llevar un acompañante, con un espejo panorámico interior –si se presentan problemas de audición–, o a una velocidad máxima, que suele ser de 70 kilómetros por hora.

Llorente: “Hay siete provincias en España en las que el número de informes de aptos con restricciones es superior, y en la que mayor diferencia hay es la nuestra”

Control de los centros

La DGT intensifica el control de los centros para asegurar una adecuada vigilancia de las capacidades a la hora de renovar el permiso. “Hay siete provincias en España en las que el número de informes de aptos con restricciones es superior, y en la que mayor diferencia hay es la nuestra”, indica David Llorente.

Los reconocimientos permiten detectar alguna pérdida de capacidad. Cuando el deterioro supone un riesgo para la seguridad vial, debe tramitarse un expediente para la pérdida de vigencia del permiso.

Si hay constancia de un problema de salud puede derivarse al conductor al Sergas, para un examen psicofísico. En la DGT hay quien, como David Llorente, considera necesario “abrir el melón” de permitir a los psicótecnicos que puedan tener acceso al sistema Ianus de la sanidad pública, para poder comprobar así el historial clínico del conductor.

Un guardia civil de Tráfico, en un control.

Un guardia civil de Tráfico, en un control. / Iñaki Osorio

En carretera, los agentes de la Guardia Civil tienen los ojos abiertos. El Subsector de Tráfico de Ourense cuenta con unos 150 efectivos. Al frente, como jefe accidental, está el teniente Jaime Barja.

La Guardia Civil de Tráfico: “Con independencia de la edad que tenga, cuando se detecta a un conductor que no parece estar en las debidas condiciones psicofísicas, realizamos una propuesta extraordinaria de pérdida de vigencia, que se remite a la DGT"

El riesgo de que la edad avanzada derive en un deterioro cognitivo puede dar lugar a situaciones peligrosas, como accesos en sentido contrario en una autovía o autopista, o una circulación demasiado lenta o errática por una merma de capacidades.

“Con independencia de la edad que tenga, cuando se detecta a un conductor que no parece estar en las debidas condiciones psicofísicas, realizamos una propuesta extraordinaria de pérdida de vigencia, que se remite a la Jefatura Provincial de Tráfico”, explica.

“Es muy positivo que los mayores con capacidad puedan mantener el coche; les da autonomía para ir al médico, a la compra o a visitar a un familiar"

Entre los conductores mayores es “raro” que se cometan infracciones de alcohol, drogas o velocidad, señala. Es más habitual una posible desatención, en aquellos casos en los que el envejecimiento conlleva una pérdida de condiciones.

El factor de la edad al volante “es una realidad, pero no un problema”, añade Jaime Barja, partidario también de no estigmatizar.

“Es muy positivo que las personas mayores con capacidad para renovar el carné puedan mantener el coche, porque les da autonomía para ir al médico, a la compra o a visitar a un familiar. Hay que intentar una simbiosis: que ellos puedan seguir con esas labores si están aptos, y que nosotros garanticemos la seguridad”, subraya.

Benito Bouzada, en una charla de seguridad vial con personas mayores.

Benito Bouzada, en una charla de seguridad vial con personas mayores. / Iñaki Osorio

Benito Bouzada, miembro de la Federación Estatal de Técnicos de Educación Vial (Fetevi), sostiene que “la administración debe habilitar el sistema adecuado, de la mano de los psicotécnicos, para hacer el control, sin estigmatizar a un colectivo que precisa el permiso de conducir en su día a día, más aún en lugares como Galicia”.

“Se necesita mucho reciclaje y se deberían subvencionar cursos para reeducar en seguridad vial, más allá de la renovación del periodo de vigencia”

Este experto defiende que la capacidad para conducir “no es una cuestión de edad, sino de cómo llegamos a cierta edad. Es una cuestión de salud y de la responsabilidad de cada uno, más allá de los años, de saber cómo estamos al coger un vehículo”, subraya.

Bouzada ve “adecuada” la normativa en España que regula los plazos de renovación en el reglamento general de los conductores. “Se necesita mucho reciclaje y se deberían subvencionar cursos para reeducar en seguridad vial, más allá de la renovación del periodo de vigencia”, finaliza.