Fotografía

Vigo estrena museo de selfis: 16 escenografías “surrealistas” para hacerse fotos y vídeos

“Es una forma de ocio distinta, una experiencia. Está pensado para ciudadanos que quieran subir fotos originales a sus redes sociales, pero también para productoras de televisión, fotógrafos o publicistas", explica Jose Bugallo, impulsor del negocio

Madrid, Barcelona y Valencia ya cuentan con exposiciones de esta clase, una idea que empezó en Estados Unidos hace apenas dos años

Uno de los impulsores del negocio se hace un selfi en una sala que simulando una cabina con asientos de avión.

Uno de los impulsores del negocio se hace un selfi en una sala que simulando una cabina con asientos de avión. / ALBA VILLAR

Borja Melchor

Decenas de dónuts de plástico pegados a una pared amarilla, una habitación con cabinas telefónicas, otra con máquinas recreativas, un cuarto de baño con ambientación erótica, una cabina con asientos de avión o un cuarto con una piscina de bolas. Son algunos de los detalles que ofrece Gallery Selfie, un “museo de selfis”, como aseguran sus responsables. Ubicado en la calle Venezuela, se trata del cuarto espacio de estas características que abre en España –se inaugura el viernes a última hora de la tarde; la gente podrá entrar desde el sábado–. Madrid, Barcelona y Valencia ya presumen de esta opción, que empezó en Estados Unidos “hace menos de dos años”: se ve en Nueva York, Seattle, Los Ángeles, Texas o Atlanta, pero también en países de Europa, como Grecia o Alemania. Las redes sociales son el paraguas que da cobijo a esta iniciativa.

El local, de una planta de unos 380 metros cuadrados, cuenta con 16 escenografías “surrealistas” con las que los clientes pueden tomarse fotos o grabar vídeos. Cada una tiene una temática diferente: el sonido y el olor –por ejemplo, a azufre en una sala que simula un manicomio– ayudan a conectar con los espacios, que disponen de artículos “restaurados”, explica Jose Bugallo, impulsor de este negocio junto con su hermano Antonio César y su primo Jose Antonio Pérez. “Es una forma de ocio distinta, una experiencia. Está pensado para ciudadanos que quieran subir fotos originales a sus redes sociales, pero también para productoras de televisión, fotógrafos o publicistas”, indica antes de comentar que hay guiños a las rampas mecánicas de la Gran Vía y a la popular serie El juego del calamar.

Jose Bugallo explica que el concepto de Gallery Selfie va más allá del museo. Y es que los elementos que dan vida a los escenarios, como un Renault 5 de los años 80, cubos de Rubik gigantes o luces que iluminaban las calles de Portugal, se pueden comprar. También habrá una estancia en la que se expondrán esculturas y pinturas de artistas contemporáneos que están a la venta. “Cada tres o cuatro meses, cambiaremos las escenografías para que la gente pueda repetir. Habrá una aplicación móvil para que los clientes voten y, en función de su opinión, decidiremos”, apunta, a la vez que detalla que el recorrido por los 16 espacios lleva entre 45 minutos y una hora. “Lo abrimos ahora con la intención de aprovechar el tirón de las luces de Navidad. Queremos que las personas que nos visiten disfruten en nuestras instalaciones interactivas. Además, existirá la opción de celebrar el lanzamiento de una marca, cumpleaños o reuniones de amigos, ya que habrá una zona preparada para servir bebida y comida para picar”, apostilla.

La idea empezó a germinar en la cabeza de Jose Bugallo en Miami, donde vio un espacio con una filosofía similar. Cuando se inauguró la galería de selfis en Madrid, viajó a la capital para verla y, a partir de ahí, fue puliendo el boceto hasta crear Gallery Selfie. “Soy diseñador y fotógrafo publicitario. Yo mismo me encargué de diseñar todo el museo y la imagen corporativa: me llevó medio año. Está todo meditado. Creemos que tendrá éxito, hemos hecho un estudio de mercado y ha ido bien en todas las ciudades en las que se ha montado. Aparte, es un modelo que está muy en tendencia. La gente está aburrida de los mismos paisajes, quiere fotos diferentes y participar en experiencias nuevas”, asegura. Cuatro personas se encargarán de asegurar el buen funcionamiento de este negocio –los tres responsables y una trabajadora–.

El precio de la entrada general es de 14 euros de lunes a viernes –los menores de 10 años pagan 11–. El fin de semana, sube a 16 euros la entrada general y se queda en 11 la de los menores de 10 años. Los jóvenes de 11 años o menos deben entrar con un representante. El horario previsto es de 10.00 a 13.30 horas y de 16.00 a 21.00 horas de lunes a viernes; sábados y domingos, de 12.00 a 22.00 horas. “La experiencia está enfocada a gente de todas las edades”, anota Jose Bugallo, que deja claro que la intención del equipo es atraer a ciudadanos no solo de Vigo, sino también del resto de Galicia y del norte de Portugal, así como de las comunidades autónomas más próximas: “En el norte de España, no hay nada igual”.