MAMARAZZIS

Shakira y la infanta Cristina o cómo vivir el desamor

Quien iba a decirles a estas dos mujeres, que sólo tenían en común que vivían en Barcelona, que sus vidas iban a ir de la mano los últimos meses. Ambas descubrieron que sus parejas llevaban vidas paralelas de una manera casi abrupta y ambas vivieron ese duro golpe en público

Shakira y la infanta Cristina o cómo vivir el desamor.

Shakira y la infanta Cristina o cómo vivir el desamor. / EP

Laura Fa

Si ya debe ser un shock que el señor que tienes en casa y padre de tus hijos te ponga los cuernos, ya que se pasee morreándose por la calle como un adolescente y ser testigo de ello puede provocar el colapso total. Las imágenes de Gerard Piqué con Clara Chía en el concierto de Dani Martín el mes de agosto se asemejan bastante a las de Iñaki y Ainhoa retozando en las playas de Mallorca. Muestras de amor en público donde no les importaba lo más mínimo el daño que pudieran provocar. Mientras ellas aún asimilaban que sus relaciones estaban acabando, ellos ya tenían nuevas parejas con las que olvidar todo lo vivido. Shakira no le quedó otra que escribir la canción con Bizarrap. Qué menos que un poco de rabia y despecho, ese sentimiento tan humano que las mujeres también podemos permitirnos.

Como Cristina no puede ni debe ponerse a cantar, su particular venganza llega a modo de: ‘venga, vamos a divorciarnos ya que no te aguanto ni un minuto más’. Y así lo avanzó 'Lecturas'. El próximo mes de junio, cuando Irene Urdangarín cumpla 18 años, los ex duques se divorciarán y cada uno por su lado. Bueno, cada uno por su lado no. Iñaki va a ser un lastre perpetuo para la Infanta. Ahora ya recibe de ella una pensión de 6000 euros al mes, pero tal como se publicaba esta semana en Voz Populi, en el futuro acuerdo de divorcio, Iñaki quiere esa pensión suba hasta los 25.000 euros, una cuantiosa indemnización y que le pague una escolta.

La suerte que ha tenido Shakira es que tanto ella como Piqué son multimillonarios y el dinero no ha afectado para nada en la ruptura, porque solo le faltaba a la Shaki que encima de la poca responsabilidad afectiva que ha demostrado Piqué, ella tuviera que darle una paguita. Pero Iñaki no, Iñaki quiere seguir viviendo a cuerpo de Rey, como vivía antes del Caso Noos. Bueno, no tanto pero sí que quiere que el dinero no sea un problema para él y sí quiere cobrarse el silencio que guardará. No publicará ningún libro al estilo Harry. ¡Qué lástima! Lo que íbamos a disfrutar con todos los trapis de la familia real. Ni así caería la institución, pero las Mamarazzis tendríamos salseo para días.

En este acuerdo al que llegaran Iñaki y la Infanta, sólo una cosa chirría. Explicaba Pilar Eyre que la hija del Rey gana un sueldo de 400.000 euros anuales. Es evidente que con él no puede pagar los 25.000 al mes de Iñaki. Bueno, podría pero viviría con bastante menos de lo que ella necesita para pasar el mes. Entonces, ¿de donde saldrá todo ese dinero que va a necesitar? Pues ni lo sabemos nosotras, ni lo van a saber los españoles ni nadie va a presionar para que se sepa. Qué más da si tenemos un rey emérito que ya ni tributa en su país. Qué más da si no sabemos ni de donde sale todo lo que financia la vida de ricachones de los nietos del emérito. Qué más da todo. En otro país estaría la gente en la calle intentando cargarse esta pantomima. Aquí, la máxima preocupación es si Letizia consume eritritol, que se ve que no es muy bueno para la salud. 

Bertín Osborne

No puede ser que Bertín Osborne se equivoque, la cague, y sea Fabiola la que, finalmente, pida perdón. El presentador explicó en el programa de Paz Padilla que creía que nunca había estado enamorado. Fabiola, evidentemente, lloró desconsolada al escuchar sus palabras. Bertín explicó que se le había malinterpretado y Fabiola, compasiva, se arrepintió de mostrar su dolor y rabia en público. Lo de siempre, vaya, estereotipos que se cumplen al 100%. Hombres que son ineptos emocionales, justificando sus actos y decisiones. Mujeres cumpliendo con el deber de ser buenas y comprensivas. Todo en su sitio en el patriarcado.