ALTERNATIVAS

Cooperativas energéticas en Extremadura: una apuesta incipiente para abaratar la factura de la luz

En plena escalada sin fin del precio de la luz, agudizado por el contexto de la invasión rusa de Ucrania, surgen los primeros proyectos alternativos

Paneles fotovoltaicos en Extremadura.

Paneles fotovoltaicos en Extremadura. / Toni Guidel

Eduardo Villanueva

En plena tormenta eléctrica por la escalada sin fin del precio de la luz, agudizado por el contexto de la invasión rusa de Ucrania, surgen los primeros proyectos de comunidades energéticas en Extremadura: Garciaz, Montánchez y Valdelacalzada son municipios pioneros que han iniciado los trámites para que esta opción de cooperativa energética sea una realidad en el corto/medio plazo. 

En España apenas hay medio centenar frente a, por ejemplo, las 2.000 comunidades energéticas que hay en Alemania. Nada tienen que ver estas comunidades con los denominados autoconsumos colectivos y compartidos. Es decir, ciudadanos que generan energía de autoconsumo con paneles fotovoltaicos. Las comunidades energéticas son entes jurídicos formadas por ciudadanos, pymes o entidades locales.

En el caso de Montánchez el proyecto surge como una respuesta clara de la Plataforma cívica Sierra de Montánchez-Natura contra la propuesta de la promotora Reolum de instalar aerogeneradores en la sierra. El proyecto Hybrex sigue encontrándose con una fuerte contestación social de la plataforma, que ya recibe asesoramiento legal para frenar los planes de la empresa. 

El “cebo” de abaratar la luz

Precisamente, Reolum, especializada en el desarrollo integral de proyectos de energías limpias, aúna en el proyecto Hybrex parques eólicos y plantas fotovoltaicas para financiar una comunidad energética que suponga rebajar el coste de la factura eléctrica a la población local en hasta un 30%, como reclamo principal para la ciudadanía.

Sin embargo, desde la plataforma consideran ese reclamo un “cebo”. Y añaden que “los montanchegos podemos conseguir mucho más por nuestros propios medios”.

El portavoz de la plataforma cívica, Francisco Pulido, explica que esa comunidad energética estaría formada por un grupo de vecinos que se asociarían para producir electricidad mediante la instalación de paneles solares en edificios públicos y consumirla después en sus casas o negocios.

“La electricidad producida se transforma, se vierte a la red eléctrica y lo que se consume durante las horas de sol sale prácticamente gratis o a un precio muy reducido”, añade Pulido. “Lo que consumes cuando no hay sol se paga a la compañía eléctrica habitual”.

En este contexto, desde la plataforma estiman que la reducción del coste de la factura podría suponer en torno a un 50% para las viviendas y un 70% para los negocios. “Los paneles solares suelen estar subvencionados. Las viviendas o negocios deben estar a una distancia máxima de 500 metros lineales de los paneles solares”, añade el portavoz.

La plataforma cívica está dispuesta a crear esa comunidad energética y ya está inmersa en la realización de un estudio previo. Cualquiera puede suscribirse o solicitar información en el correo que han habilitado (plataforma.montanchez@gmail.com). Para suscribirse, solicitan una factura actual de la luz, una foto del DNI y un contacto (correo electrónico o teléfono).

“No necesitamos ni gigantescos aerogeneradores ni a los especuladores de Reolum; lo haremos nosotros, los montanchegos”, sentencian desde la plataforma.

En cuanto al proyecto de la Sierra de Montánchez, desde la Junta de Extremadura sostienen que sigue su tramitación para su evaluación ambiental, que se espera tener finalizada en los próximos meses. 

Los pioneros de Garciaz

Garciaz forma parte de la Plataforma Zona Villuercas Oeste, que surgió para denunciar el impacto de la construcción del parque eólico de Conquista, que hubiera supuesto  la eliminación de “1.654 árboles entre encinas y robles. La devastación del entorno natural de Las Villuercas”.

En enero, Iberdrola, empresa promotora de las instalaciones eólicas en Conquista de la Sierra, Garciaz y Madroñera, solicitó a la Junta la devolución de los avales aportados por su decisión de no seguir adelante con el proyecto eólico en Las Villuercas. Un triunfo para este movimiento social que enarbola el lema “Renovables sí, pero no así”.

“La solución a los problemas que afectan nuestra comarca no es esta; tiene que tender a proyectos de autoconsumo, comunidades energéticas. Y la tarea de nuestros representantes políticos es conocer las necesidades reales que mejor se adaptan a nuestro entorno y modo de vida para que esto no se vuelva a repetir”, señalan desde la Plataforma Zona Villuercas Oeste.

Tanto en el caso de Montánchez como en el de Garciaz se cuenta con el apoyo del ayuntamiento contra los proyectos eólicos. “Una abogada asesoró al Ayuntamiento de Garciaz, que después de un inicio titubeante, también se posicionó en contra”.

El consistorio montanchego insiste en que “está respaldado por la encuesta popular realizada en agosto de 2019,  con el resultado de un 86% en contra de la instalación de parques eólicos en este término municipal”.

Cooperativa pacense

En el caso del municipio pacense de Valdelacalzada, su alcalde, Pedro Noriega, explica que el modelo sería una cooperativa energética, sin ánimo de lucro y, exclusivamente, con fines sociales. Si bien, esta cooperativa “no puede suponer más de un 40% de la facturación de luz que se consume sobre la potencia contratada de los interesados”, según recogen los requisitos para obtener las ayudas. 

Un proyecto voluntario y que necesita una adhesión de 200 vecinos, como mínimo, para que cristalice y que ha obtenido una gran respuesta inicial. El consistorio se ha visto desbordado por la gran cantidad de valvienses que se han interesado por el proyecto.

Un proyecto que quiere instaurarse a corto plazo para optar a los fondos de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea. Aunque el consistorio reconoce que, de no llegar a tiempo o si no reciben las subvenciones, la propuesta seguiría adelante.

Proyectos todos que buscan arraigarse en el territorio extremeño, que ganan terreno en la opinión pública y que podrían jugar un papel determinante en la transición energética.