EXTREMADURA

La esperanza de vida en Extremadura, lastrada por la pandemia y el envejecimiento

Pasa en apenas doce meses de rozar los 83 años en 2019 a los 81,7: 79,1 en hombres y 84,6 en mujeres. La incidencia del covid-19 entre la población más mayor lastra el hito alcanzado en los últimos años

Una pareja mayor pasea por un parque.

Una pareja mayor pasea por un parque.

Guadalupe Moral

El aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas es un éxito de la propia sociedad y una estadística que ha variado mucho desde que se recogen datos oficiales. En 1975 los extremeños vivían una media de 73 años y desde entonces la cifra no ha hecho más que aumentar progresivamente hasta el siglo actual. 

Las condiciones de vida creadas en este tiempo han favorecido la longevidad de las personas. Una cultura que mantiene la alimentación de una manera continua, la seguridad personal, los cuidados sanitarios, la higiene, el alcance a las medicinas... Todo ello está detrás de que los extremeños hayan llegado a tener una esperanza de vida media (al nacer) de hasta 82,8 años, el máximo alcanzado hasta ahora. 

En el caso de las mujeres el éxito es mayor, ya que han llegado a vivir una media de 85,8 años frente a los 79,9 años de los hombres. Estos son los datos más altos registrados hasta ahora en Extremadura, aunque hay comunidades que han superado estos números, como es el caso de Castilla y León, con una esperanza de vida media (mujeres y hombres) de hasta 84,99 años durante el 2019, el dato más alto registrado en el país hasta el momento.

Sin embargo, esa tendencia positiva se ha visto no solo frenada, sino incluso retrasada por la aparición de la pandemia de covid-19, que ha mostrado su peor cara precisamente en la población más mayor y más vulnerable a la enfermedad producida por el SARS-CoV-19. 

Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en solo doce meses la esperanza de vida al nacimiento en Extremadura ha bajado un año completo de media, pasando de rozar los 83 años en 2019 a los 81,7 en 2020. El descenso ha sido más acusado entre las mujeres extremeñas, que en el último ejercicio han perdido 1,2 años de vida, hasta quedarse en una esperanza de 84,6 años. No se registraba un dato tan bajo desde 2012, cuando se situó en 84,4. En el caso de los hombres el descenso en este último ejercicio ha sido algo menor, de 0,8 años, pasando de 79,9 a 79,1, justo el mismo indicador que tenían en el año 2015. De momento, ellos no han llegado a alcanzar todavía la media de los 80 años.

"Coyuntura excepcional"

Detrás de este descenso en el último año hay un hecho clave: la pandemia. "Es consecuencia del covid porque ha afectado a gente que era mayor, pero que todavía tenía teóricamente expectativas de vida", apunta Antonio Pérez Díaz, profesor de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Extremadura (UEx). No obstante, a pesar del brusco descenso de un año completo, el experto señala que "en realidad no es una bajada muy elevada y en el momento en que se consiga vencer el virus volveríamos a recuperar esa esperanza de vida que teníamos hasta el año pasado".

Por tanto, insiste en que se trata de una "coyuntura con un carácter excepcional: ha habido una mayor mortalidad que ha afectado además a unas determinadas edades y eso es lo que provoca esa pérdida", añade Pérez Díaz. 

Además de este indicador demográfico, hay otros que también se han visto alterados con la pandemia, como la esperanza de vida a los 65 años, que ha pasado de los 20,42 años en 2019 (18,5 en hombres y 22,1 en mujeres) a los 19,84 años (17,6 en hombres y 21,5 en mujeres), y especialmente la tasa de mortalidad. Este último indicador se ha incrementado a lo largo del 2020 en Extremadura en casi todas las franjas de edad respecto a un año antes y especialmente lo ha hecho en los grupos a partir de los 65 años. Los aumentos más acusados están entre los 90 y 94 años, cuya tasa de mortalidad ha pasado de 180 fallecidos en 2019 a 211 en 2020, y en el grupo de 95 y más años, de 334 a 355.

Pero en ningún caso, advierte el profesor de la UEx, esta situación coyuntural va a cambiar las tendencias demográficas que viene experimentando Extremadura en los últimos años: envejecimiento, baja natalidad y pérdida de población. "Siempre que hemos tenido problemas de estas características similares, como podría ser la gripe de 1918 o la guerra civil, la demografía ha acabado retomando las tendencias anteriores. Esperamos que sea una coyuntura que dure cuatro o cinco años". 

Envejecimiento

A pesar del aumento de la mortalidad que ha supuesto el coronavirus en estos ya casi dos años de existencia, especialmente entre la población más envejecida, las tendencias demográficas no van a variar y Extremadura continúa envejeciendo. La población mayor de 65 años sigue incrementándose sin freno. Según los últimos datos de Instituto Nacional de Estadística (INE), la población extremeña con más de 65 años suponía en el 2019 el 20,64 % del total de los habitantes de la región y en el 2021 supone el 21,06%. Si nos fijamos a partir de los 85 años, también se aprecia un incremento: las personas que superan esta edad eran el 3,74% de la población extremeña en el 2019 y en el 2021 son el 3,93%.

"Aunque haya muerto gente de cierta edad, sigue habiendo población de generaciones muy amplias que acceden a edades septuagenarias u octogenarias y eso contrarresta de sobra la incidencia que el covid haya podido tener. El envejecimiento es algo que no se va a frenar como consecuencia de la pandemia", destaca el experto en demografía y profesor universitario Antonio Pérez Díaz. La clave también está en otro indicador básico, la natalidad. "Como los que nacen son cada vez menos y los menores de 15 años también, el envejecimiento siempre va a ir incrementándose".