INFRAESTRUCTURAS

Más de 1.800 cámaras vigilan los túneles de la M30 desde una sala que ya tiene nombre: Manuel Melis

El Ayuntamiento de Madrid homenajea al artífice del soterramiento de la M30 poniendo su nombre al centro de control del tráfico que discurre por sus subterráneos

Vista del centro de control de túneles de la M30 Manuel Melis.

Vista del centro de control de túneles de la M30 Manuel Melis. / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

Con más de 40 kilómetros entre todos ellos, los túneles de la M30 constituyen la segunda red de tráfico bajo tierra más grande del mundo. Un millón de vehículos circula al día por el primer cinturón de circunvalación de la ciudad. Y cuando acceden a esos túneles son monitorizados por un sistema con un total de 1.850 cámaras de circuito cerrado de televisión. Se controlan desde un centro en la calle de Méndez Álvaro considerado entre los más complejos del mundo. Hasta 18.000 equipos diferentes reciben 115.000 señales que se procesan en ese lugar, esa especie de cerebro al que se ha querido poner un nombre: Manuel Melis.

El Ayuntamiento de Madrid ha querido de esa forma homenajear al ingeniero artífice del soterramiento del arco sur de la M30, de esos túneles en definitiva, que, construidos entre 2004 y 2007 transformaron la fisionomía de la ciudad. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y la viuda de Melis, fallecido el pasado mes de marzo, Cristina, han descubierto hoy una placa en esas instalaciones que oficializa su nombre: Centro de Control de Túneles Manuel Melis.

"El mejor futuro de una sociedad y de una ciudad como Madrid se proyecta sobre lo mejor de su historia y Manolo Melis forma parte preeminente de esa historia porque no hay persona que haya contribuido más desde el ámbito de las infraestructuras a la transformación extraordinaria que ha tenido, no solo la ciudad sino la Comunidad de Madrid a lo largo de las últimas décadas", ha subrayado el regidor madrileño, quien en su elogio de la figura del ingeniero zaragozano ha llegado a evocar a Carlos III. "Cuando se habla del mejor alcalde de Madrid, que fue Carlos III", ha dicho, "es inevitable hablar de Sabatini [Francesco Sabatini, arquitecto autor entre otras obras del Palacio Real y de la Puerta de Alcalá]. Cuando se hable de Alberto Ruiz-Gallardón y su legado extraordinario en la ciudad de Madrid, también en la Comunidad, será imposible hacerlo sin mencionar a Manolo Melis".

El propio Gallardón, presente en el acto, ha recordado cómo fue Melis quien le convenció de que era posible acometer las obras de soterramiento de la M30. El ingeniero ya había sido responsable de la ampliación de la red de Metro durante la presidencia de Gallardón en la Comunidad de Madrid y cuando preparaba su candidatura a la alcaldía de la capital, reunió a quienes terminarían por ser su vicealcalde, Manuel Cobo, y su concejal de Hacienda, Juan Bravo con Melis para trasladarle que buscaban para la ciudad "la misma ambición".

Familiares de Manuel Melis descubren una placa en su recuerdo en presencia del exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón, la actual delegada de Obras del Ayuntamiento, Paloma García Romero, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Familiares de Manuel Melis descubren una placa en su recuerdo en presencia del exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón, la actual delegada de Obras del Ayuntamiento, Paloma García Romero, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Fue entonces cuando el ingeniero propuso el proyecto de los túneles de la M30 para "fascinación" del propio Gallardón y "estupor" de Bravo en tanto responsable de Hacienda. Fue Cobo quien preguntó cuántas semanas o meses habría que cortar el tráfico, ante lo que Melis contestó que ni un solo día. Durante tres años las obras fueron un suplicio para muchos conductores madrileños, pero el resultado fue "el fabuloso proyecto" que el exalcalde madrileño ha calificado de "la mayor transformación urbana que ha tenido la ciudad de Madrid".

Si Almeida ha aludido a Carlos III, Ruiz-Gallardón ha recordado a Napoleón cuando decía que la Historia recuerda a los generales pero olvida a los soldados, que son quienes ganan y pierden las batallas. "Melis fue mucho más que un soldado", ha afirmado, "pero sí fue quien ganó esta batalla". Y lo hizo, ha dicho, con su rigor, con un carácter "duro" y un nivel de exigencia "altísimo" pero también con sentido del humor, como su referencia a que las tuneladoras derrapaban en las curvas de tan rápido como avanzaban en el trabajo o la exigencia de que hubiera una máquina de café en cada centro de obra como condición para aceptar el desafío de acometer el proyecto.

El homenaje a Melis coincide con la renovación del Centro de Control que ahora lleva su nombre, en la que se han invertido 11,5 millones de euros, el 90% de ellos procedentes de fondos Next Generation de la Unión Europea. La renovación ha permitido incorporar la automatización en ciertos procesos y la introducción de inteligencia artificial. De los 32 kilómetros totales que conforman longitudinalmente la M-30, 10 de ellos discurren a través de túneles. En esos túneles, se disponen más de 700 postes SOS, más de 200 salidas de emergencias, 100.000 metros de tuberías de protección contra incendios, 2.500 bocas de incendios, 3.000 extintores y 8.000 puntos de detección de incendios.

Asimismo, existen 670 paneles de mensaje variable, más de 1.000 ventiladores, 3.500 altavoces, 120 puntos de medida de tráfico, una red de fibra óptica de 110.000 metros de longitud, 53.000 pantallas de iluminación, 40.000 luminarias, 150.000 metros de barreras de protección de vehículos, 33 pozos de bombeo y 450 analizadores de calidad del aire repartidos por toda la galería. Con cuatro bases operativas, los agentes de movilidad están en condiciones de llegar en cinco minutos hasta cualquier lugar de los túneles donde se registre un incidente.