ORDENANZAS FISCALES

La nueva tasa de basuras de Madrid castigará a los barrios que peor reciclen

El Ayuntamiento introduce un coeficiente corrector que penaliza o bonifica en función de cómo se haga la separación de residuos en origen

Contenedores para la recogida selectiva de residuos en una calle del centro de Madrid.

Contenedores para la recogida selectiva de residuos en una calle del centro de Madrid. / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Víctor Rodríguez

Víctor Rodríguez

"Ha sido un calvario", comentan desde el Área de Economía, Innovación y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid. La Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular establecía que, bajo el principio de "quien contamina paga", debe ser "el productor inicial" de los residuos quien sufrague los costes de gestión de los mismos. Para ello conmina a los ayuntamientos al establecimiento de una tasa que repercuta el coste íntegro de esa gestión de residuos, la conocida como tasa de basuras, y les daba un plazo de tres años para establecerla que concluye el próximo abril.

Lo que no explica la ley es cómo. Y eso, aseguran en el Ayuntamiento de Madrid, es una fuente notable de inseguridad jurídica que ha llevado a cada consistorio a utilizar un criterio. Unos se fijan en los metros cuadrados de vivienda o en el número de personas que residen en ella. Otros en el consumo de luz o de agua.

Los técnicos municipales de Hacienda han estado trabajando varios meses en el diseño del nuevo gravamen y han llegado a un sistema presentado ayer y basado en dos cuestiones: la disponibilidad del servicio de recogida y tratamiento de residuos por un lado y la generación de los mismos por otro. La primera define el 81% de la tasa y depende del valor catastral de cada vivienda. La segunda, que supone el 19% restante, se define en función de la cantidad de basura generada por habitante en cada uno de los 131 barrios de la ciudad.

Sobre esta última variable, no obstante, se ha introducido un coeficiente corrector que pretende premiar a los barrios en que la separación de residuos se haga de manera más metódica o penalizar a los que lo hagan en menor medida. Para ello se ha establecido una tabla en virtud de la cual los siete primeros tramos suponen un incremento de cuota en los barrios en los que el reciclaje sea peor, hay un tramo neutro, en el que no se penaliza ni se bonifica y dos tramos que bonifican la cuota para los vecinos de aquellos barrios en que la separación de los residuos en origen sea más efectiva. El coeficiente corrector oscila entre el 0,6 y el 2. Desde Cibeles no se indica cuáles son los barrios en los que más basura se genera ni en los que mejor o peor se recicla.

El criterio de más peso para el cálculo de la tasa será, no obstante, el valor catastral de la vivienda o local en cuestión. En total son 1,7 millones de inmuebles los que quedan afectados por la nueva tasa, de la que quedan exentos los garajes y trasteros asociados a una vivienda y los solares edificios en estado de ruina. Las viviendas vacías y los locales sin actividad pagarán solo la parte correspondiente a la tarifa por disponibilidad del servicio.

Sobre esas estimaciones, el Ayuntamiento calcula que la tasa de basuras será de 141 euros de media para las viviendas y de 310 euros de media para los locales comerciales. La recaudación habrá de cubrir los 296 millones de euros que suman los contratos de recogida de basuras que mantiene el consistorio. La aportación neta para las arcas municipales será, sin embargo, de 256 millones, pues la aprobación supone acabar con la actual Tasa de Residuos Urbanos de Actividades (TRUA), por la que se venían ingresando 40 millones anuales.

La tasa, a menudo definida como "sanchazo" por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, ha sido muy criticada desde el gobierno municipal, que asegura que la adopta porque la ley estatal obliga y en "profundo desacuerdo" con la misma. Para tratar de compensarla se ha acompañado de una reducción del impuesto de bienes inmuebles, que pasará de estar en el 0,442% al 0,428%, lo que supondrá una reducción de 31 millones de euros en términos globales para 2025. En Cibeles se insiste además en que las rebajas fiscales que viene practicando desde 2019 permitirán neutralizar los efectos del nuevo gravamen.

"Este sablazo fiscal se compensa por este Ayuntamiento", aseguraba ayer mismo el propio Almeida en la presentación de las nuevas ordenanzas fiscales, "porque prácticamente es coincidente el importe de la tasa con lo que los madrileños se ahorran en 2025 por las medidas adoptadas por este equipo de gobierno". Según el Área de Economía, Innovación y Hacienda que dirige Engracia Hidalgo, en 2025 los madrileños no pagarán 220 millones de euros en impuestos que sí pagaban en 2019.

La nueva tasa de basuras se notificará a los contribuyentes en 2025 estableciendo un pago único que deberá abonarse en un plazo de dos meses. A partir de 2026 se podrá fraccionar el pago. Además, se ha incluido una reducción en la cuota para familias numerosas similar a la que ya existe para el IBI. En el caso de los arrendamientos, el recibo se dirigirá a los propietarios, que podrán repercutirlo en los inquilinos.