'THE ERAS TOUR' MADRID
Shake Madr(It) Up: el primer concierto de Taylor Swift desborda el Bernabéu de pulseras, 'brilli brilli' y colas infinitas
Desde antes de las 6 de la mañana, al filo del amanecer, la gente ha empezado a llegar a los seis puntos habilitados por la organización del evento para hacer cola para acceder al estadio
Sillas, abanicos, paraguas, sombrillas, cartones y todo tipo de útiles e ingenios varios para aguantar la espera y el calor han marcado la previa de uno de los espectáculos más esperados del planeta
La divina comedia de Taylor Swift: el infierno, el purgatorio y el paraíso por los que transita en sus 11 discos
Las swifties que han estado acampando estos días previos en las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu - pocas, pero muy entregadas a la causa- ya lo avisaban ayer por la tarde: lo "gordo" empezaría a primera hora de este miércoles, el día del primero de los dos conciertos de la gira europea de Taylor Swift en Madrid. El espectáculo que ha secuestrado todas las miradas y mantiene a medio mundo en vilo. El show más grande de todas las Eras.
Y así ha sido. Desde antes de las 6 de la mañana, al filo del amanecer, la gente ha empezado a llegar a los seis puntos habilitados por la organización del evento para hacer cola para acceder al estadio. Conforme avanzaba la mañana y la caló apretaba, los fans de la artista más escuchada del planeta han ido llenando hasta desbordar el Paseo de la Castellana desde el Bernabéu hasta Cuzco.
Colas infinitas de gente se han extendido a lo largo de toda la jornada desde el cruce de Castellana con Rafael Salgado hasta más allá de Cuzco. Por todas partes, sillas, abanicos, paraguas, sombrillas, cartones y todo tipo de útiles e ingenios varios para aguantar la espera y la canícula más propia del verano - hasta 34º en las horas centrales del día; aderezado todo ello con llamativos vestidos, espectaculares maquillajes y outfits de todos los tipos, formas y colores. Desde propuestas country mezcladas con brilli brilli hasta góticas, pasando por hadas forestales y todas las combinaciones imaginables (y alguna más).
Un fenómeno que traspasa fronteras y generaciones
Mezclados entre los miles de jóvenes y menores de distintas edades, varios padres y madres han estado presentes en las larguísimas colas de espera. Algunos, incluso, han hecho noche en la zona para guardar sitio a sus hijos, otros se han ido turnando entre ellos para acompañar a sus hijos en todo momento y otros tantos han venido para asistir ellos también al concierto.
Es el caso, entre tantos otros, Sara (14 años) y su familia. La joven ha dicho en el colegio que estaba mala para poder estar desde bien temprano haciendo cola; una pequeña argucia en la que ha contado con el apoyo de sus padres, quienes se han revelado el uno al otro. "Llevamos varios días, pero nos estamos turnando día y noche", ha explicado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Yolanda, su madre. "Considero que es el mejor regalo ahora mismo que le podemos hacer unos padres a sus hijos porque es una cosa histórica. Nos estamos estado turnando mi marido y yo. Él ha pasado la noche y nosotras hemos llegado a las seis de la mañana", reconoce, aunque será su marido quien asista al concierto con su hija.
Pero el concierto de Taylor Swift no solo traspasa generaciones, sino también fronteras. Miles de personas se han desplazado a la capital de España desde todos los rincones del mundo para ver de cerca a la que es la reina indiscutible del panorama musical. Desde Estados Unidos, Australia, Tailandia, Costa Rica, México... La lista de lugares de procedencia de todos los extranjeros desplazados para ver a Taylor Swift resulta, como las filas de fans a las puertas del feudo blanco, casi inabarcable.
Y también muy rentable. Para muestra, un botón: Marina, una de las trabajadoras de la tienda de merchandising del Bernabéu ha explicado que la mayoría de personas que han pasado por allí desde que abrieron el martes son extranjeros. En estos días han vendido milesy miles de productos, sobre todo camisetas y pulseras de las Reas de Taylor Swift, con un gasto medio por visitante que ronda los 300 euros.
Sus fans la quieren hasta en pintura
Una de los grandes, si no el mayor, atractivos de la cita de hoy para las fans de Taylor Swift es poder ver a su idolatrada artista, a esa que sienten a la vez como una persona cercana, casi una conocida o una amiga, y como un fenómeno trascendental, en persona. No obstante, las swifties adoran su imagen en cualquier formato, sea subida al escenario del Bernabéu, en fotos, pegatinas, estampitas o, como el caso que nos ocupa, en pintura.
Y es que, en paralelo a uno de los puntos de la fanzone, desde esta mañana la artista española Esther Moya (@moyagonzalez_ en Instagram) se ha plantado en medio de la Castellana con un caballete, un lienzo en blanco y un ambicioso objetivo: pintar un cuadro de Taylor Swift y hacérselo llegar a la cantante estadounidense Algo que ya, puntualiza, logró en los conciertos de Rels B y Bad Gyal. No obstante, como han ido explicando ella y su equipo a todos los que se han parado a contemplar el avance de su obra, si no lo consigue lo sorteará entre quienes difundan la foto de la pintura y la compartan en Instagram.
Un proceso que se ha alargado hasta pasadas las 6 de la tarde. La idea, según ha explicado la propia Esther al comienzo de la jornada, "es estar pintando durante la cola del concierto, porque ya he estado en dos conciertos y han salido bien, y si no consigo que le llegue el cuadro a Taylor Swift, pues sortearlo entre la gente". "El cuadro me lleva hacerlo un mínimo de cinco horas", asegura. "Utilizo acrílico porque se seca rápido. Hago todo el encaje a lápiz, y luego ya voy con el acrílico", detalla la artista.
Las cuatro de la tarde marcan el inicio de una velada histórica
A esos de las 16 horas de la tarde, después de una especie de calma tensa durante el mediodía en la que los fans han aprovechado para comer, descansar un rato o rehuir del inclemente sol disputándose las escuetas sombras, la apertura de puertas ha dado comienzo al fin de la ansiada espera. Primero ha sido el turno de los 'privilegiados', los afortunados - en doble sentido- poseedores de una entrada VIP han empezado a entrar antes que nadie; seguidos por el resto de asistentes a pista. Mientras el staff de la promotora distribuía a los primeros por grupos para evitar aglomeraciones en las puertas, los segundos iban sumándose a una fila que, por momentos, ha llegado a sobrepasar la parada de metro de Cuzco, a cientos de metros del Bernabéu.
A pesar de la ingente cantidad de gente, valga la rima fácil, el acceso al estadio se ha producido de forma notablemente ordenada. Quitando alguna que otra confusión entre quienes no tenían claro a qué puerta dirigirse y algún momento puntual de estrés entre el personal que organizaba las filas, la entrada ha transcurrido mayoritariamente sin incidentes reseñables. Eso sí, el calor ha tenido su papel en la función: los efectivos de emergencias ha tenido que atender a varias decenas de personas por golpes de calor, sobre todo al inicio de la entrada al concierto, cuando las largas horas de espera, la tensión y la falta de agua han jugado una mala pasada a más de una y uno. "Hace mucho calor, la gente no se está hidratando bien y es normal que al final pase esto", ha explicado una de las trabajadoras del Samur- Protección Civil destinadas a la zona.
Casi tres horas después, con el reloj rozando las siete de la tarde, los primeros acordes musicales han rasgado el cielo de Madrid. A pocos minutos de las 19:00 horas de la tarde, el concierto ha echado a rodar con los teloneros, el grupo de pop-rock Paramore, mientras los fans con entrada en grada y los más rezagados continuaban entrando o haciendo tiempo en los aledaños del campo. Capitaneado por Hayle Williams, la banda ha acompañado a la cantante durante todo el Eras Tour. Mientras tanto, la gente continúa entrando en el estadio. Tras ellos, llegará el momento más esperado. El Día D de las swifties, la hora bruja del pop; el final de la expectación y el principio del recuerdo: el concierto de Taylor Swift en Madrid. Porque, como ella misma canta en su primer disco, I've heard every album, listened to the radio waited for something to come along that was as good as our song.