FARO DE VIGO

Lucía pide el indulto para su cordero 'Almodóvar': "Mi padre se lo quiere cenar en Nochebuena"

Una joven gallega pone en marcha una campaña de recogida de firmas para impedir que su familia sacrifique para Navidad un cordero que desde pequeño es muy sociable con sus dueños y otros animales de la casa

Lucía, la joven gallega que pide el indulto para su cordero, con Almodóvar en brazos.

Lucía, la joven gallega que pide el indulto para su cordero, con Almodóvar en brazos. / CHANGE.ORG

Salomé Soutelo

Cuando Pedro Almodóvar estrenó su última película, La habitación de al lado, Lucía Maceira y sus padres quisieron ir a verla juntos, "pero nos organizamos fatal, por los horarios" y tuvieron que posponer la cita. Al final, Lucía pudo disfrutar del film con su madre, y de paso escogió el apellido del director manchego para bautizar a uno de sus corderos, convertido ahora en protagonista de una campaña de apoyos en la plataforma change.org.

Almodóvar es un cordero de unos cuatro meses, "que vive felizmente en Fiestras, en Silleda", como señala la joven trasdezana en su campaña en internet. "Es cariñoso y amigable, le encantan los mimitos y no duda en acercarse para que le des caricias. Mi padre se lo quiere cenar en Nochebuena. No lo podemos permitir". Ayer a media tarde, esta joven estudiante de Publicidad en Pontevedra ya había reunido 204 apoyos para indultar a Almodóvar. La meta, en principio, son 500 firmas. ¿Y si las consigue, Almodóvar se librará del sacrificio?

La joven es consciente, y mucho, de que los animales que se crían en su familia son para autoconsumo. Ya desde joven hubo ovejas en las fincas de su familia, y su abuela tuvo que encargarse de criar algún que otro cordero a biberón porque la oveja no podía amamantarlo. Pero este cordero es distinto: si fuese criado a cacho, es lógico que se comportase como un perro o un gato, porque entiende que su familia son los humanos, no el resto del rebaño. Pero no es el caso. "Ya desde pequeño, cada vez que estamos en la finca, se nos acerca buscando mimos, lo acariciamos un rato y después se va". Por gustarle, a Almodóvar hasta le gusta que lo cojan en brazos, algo muy inusual en los rumiantes.

No ocurre esto con el resto del rebaño, otros seis animales entre los que se encuentra otro cordero que es ajeno a ese gusto de Almodóvar por las caricias en la cabeza y en el lomo. "Intentamos también que otra oveja, a la que llamamos Teresita, fuese igual de mansa. Pero no lo conseguimos", explica Lucía. Sí funciona, sin embargo, con las gallinas que comparten espacio con este pequeño rebaño. "Están sueltas por la finca y alguna se queda quieta cuando le acariciamos las plumas". Es más, hasta posan con las ovejas a la hora de realizar alguna foto.

La opción de las rifas

Antes de poner en marcha esta campaña, los padres de Lucía le dieron otra posibilidad para que Almodóvar no fuese el plato principal en su cena de Nochebuena: hacer rifas y sortearlo. Les confieso que fue lo que hicimos en mi familia con un cordero criado a biberón y al que llamábamos 13 (su hermano era Martes), para evitar que compartiese mesa con nosotros.

"Pero es que yo no quiero ni que nos comamos a Almodóvar ni que se lo coma nadie. Quiero que viva, porque desde muy joven le han gustado siempre los mimos". Podría quedarse en el rebaño y servir como carnero, pero la consanguinidad con su madre podría derivar en malformaciones en las futuras crías, o en animales menos resistentes a enfermedades, si uno de los dos es portador de un gen recesivo dominante. Queda esperar a ver si las firmas logran que Almodóvar siga viviendo una vida rumiante de cine.