Casi 5.000 vigueses con licencia de armas para su protección, caza o uso deportivo

España, a diferencia de Estados Unidos, no cuenta en su Constitución con una Segunda Enmienda que blinda el derecho a portar armas. Tampoco con un lobby como la Asociación Nacional del Rifle cuyo fin es la defensa a poseer pistolas o escopetas tanto para la defensa personal como para actividades recreativas. Igualmente, en casi 5.000 hogares vigueses cohabitan armas de fuego, según los últimos datos registrados por la unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra.

A lo largo de este año, se han expedido licencias para un total de 6.836 armas de fuego, lo que implica en la ciudad un arma de fuego por cada 35 habitantes. La cifra de armas y licencias ha ido decayendo en los últimos años, preferentemente por el desinterés de los jóvenes en mantener o renovar las licencias que procedían de sus padres o abuelos. Hasta hace dos años, las armas se entregaban en la Comandancia de Pontevedra para su subasta, si bien desde 2022 esta práctica quedó en desuso. Ahora las armas que se entregan en las dependencias de la Guardia Civil por carecer de licencia son achatarradas. En el último año, 1.238 se destruyeron en Pontevedra.

Obligaciones

Entre las obligaciones para poder contar con esta licencia está superar el psicotécnico así como un examen teórico-práctico de tiro así como carecer de antecedentes penales. Tampoco es obligatoriamente necesario ser mayor de edad, ya que existen autorizaciones a partir de los 16 años. Es más, en la ciudad, hay un menor de 18 años que cuenta con este permiso. En toda la provincia, esta cifra se eleva a 20 menores con permiso de armas.

Atendiendo a las franjas de edad, son los vigueses de entre 50 y 60 años los que más licencias acumulan (1.345), seguidos de los de 60-70 años (1.174) y los mayores de 70 que acumulan un millar de licencias.

¿Qué motiva a un vecino solicitar esta licencia de armas? Aunque gran parte de ellas pertenezcan a amantes de la caza –en Vigo no hay mucha tradición pero por herencia siempre se solicita alguna–, deportistas de tiro olímpico o incluso coleccionistas, guardan un hueco especial en casas de vigueses que sufrieron graves amenazas.

Y es que no son poco los vecinos que tienen piezas registradas para protegerse al sentirse inseguros tras haber recibido amenazas, siempre y cuando se acredita la situación de necesidad.

Licencias

La denominada licencia de armas B –hay cinco tipos diferentes– ampara la posesión de pistolas y revólveres de defensa personal. Este perfil de usuarios suele responder a empresarios pero su obtención no es monetaria, sino que debe quedar debidamente justificada su necesidad, por medio de la emisión de informes de varios organismos que lo acredite, por ejemplo con denuncias que demuestren que la persona sufre una amenaza o vive en una situación de peligro real. Su permiso de vigencia es de cinco años.

En Vigo, la gran mayoría corresponden a exmiembros de las fuerzas de seguridad a la que tienen derecho una vez se retiran.

Las armas de tipo C son las reservadas al personal de seguridad privada como vigilantes de seguridad, explosivos, escoltas privados o guardas de campo. Las licencias de tipo D, E y F son las destinadas a la caza o uso deportivo.

Las primeras son armas largas rayadas para caza mayor, mientras las segundas obedecen a armas de tiro deportivo y escopetas de caza para finalizar con las de tipo F que son armas para uso en campos, galerías y polígonos de tiro.

Examen

La Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra tiene señalado para el próximo 27 de septiembre el examen para la licencia de Seguridad Privada (tipo C) y también las de armas de caza (tipos D y E).

Al término del 2023, en esta comandancia provincial estaban registradas 23.772 licencias y autorizaciones de armas, siendo las más numerosas (16.572) las de tipo E.

El número total de armas registradas en la provincia de Pontevedra se eleva a las 41.446 unidades.