DIARIO DE IBIZA

Crimen entre hippies en el 'barco de la vergüenza' en el puerto de Ibiza

En marzo de 1975 fue condenado un joven italiano por la muerte de un británico a bordo del ‘Fenicio’ un antiguo mercante atracado en el puerto de Ibiza que fue definido durante el juicio como "hogar de un grupo de jóvenes presuntos hippies" y que llevaba tiempo envuelto en polémica

Postal del puerto de Ibiza a finales de los 60.

Postal del puerto de Ibiza a finales de los 60. / DI

Fernando de Lama

Ibiza

"Los isleños llaman al barco británico el ‘barco de la vergüenza’. Un barco donde se hace todo lo que se quiere. Una pensión flotante para hippies, donde hay reuniones de drogados y donde chicas con los pechos al descubierto se pasean por la cubierta. Ahora la gente de la isla está pidiendo que las autoridades tomen medidas al respecto, contra el dueño". Diario de Ibiza traducía así en su edición del 20 de mayo de 1973 parte de un reportaje aparecido en el diario sensacionalista británico Sunday Mirror sobre el motovelero ‘Fenicio’, atracado en el muelle de la avenida de Santa Eulària del puerto de Vila, donde hoy lo hacen los ferris de Formentera.

Una historia que acabó en tragedia cuando, a bordo del ‘Fenicio’, un joven italiano agredió con una botella rota a un británico por una cuestión de celos causándole la muerte, solo un mes después de la publicación del artículo. Unos hechos por los que fue condenado a 12 años de prisión en marzo de 1975, hace ahora 50 años.

Pero ¿cómo era la vida en ese llamado ‘barco de la vergüenza’? Como siempre hay versiones contradictorias. El ‘Fenicio’, que había servido como buque de carga durante medio siglo, fue comprado a principios de 1973 por el joven británico Mark Linvard con la intención, según aseguró él mismo, de rehabilitarlo y llevárselo a Inglaterra.

En su reportaje, el Sunday Mirror contaba que el barco tenía una tripulación de siete británicos reclutados entre los camareros de los bares del puerto y que solo Linvard tenía permiso de navegación. El rotativo amarillo atribuía al propietario estas declaraciones: "No sé por qué los locales nos llaman piratas y al ‘Fenicio’ el barco de la vergüenza. Admito que algunas veces ha habido hasta 30 personas a bordo, a pesar de que solamente tenemos seis cabinas. Las reuniones a veces llegan a ser un poco salvajes y se fuma mucha droga. Vienen muchas chicas a bordo. Nunca pregunto de dónde vienen ni quiénes son. Si quieren un sitio para dormir, se lo proporciono, así es como hago dinero. No diría que organizamos orgías, pero lo pasamos bien con las chicas. Alguno de los tripulantes tiene una chica distinta cada noche". 

Añadía una frase supuestamente de la danesa Astrid, de 16 años: "He estado a bordo tres semanas y me he divertido mucho. Está mejor que cualquier hotel. Ahora estoy esperando que mis padres me manden dinero. Si supiesen lo que estoy haciendo se volverían locos".

Antes de que nada de esto fuera rectificado el ‘Fenicio’ volvió a ser noticia y esta vez por el sangriento crimen cometido a bordo. El italiano Vicenzo Zoppi, de 21 años, había sido ingresado unos días antes en el Hospital Provincial de Ibiza para ser operado de una rodilla herida e infectada. Allí se montó un escándalo cuando reclamó a las monjas que le atendían que dejaran a su novia Gee Frances Gillian, de nacionalidad británica y 22 años, que durmiera con él. La pareja mantuvo días después una acalorada discusión, tras la que la chica abandonó el centro hospitalario con varios amigos.

Intento de ocultarse

Esa noche el italiano abandonó "subrepticiamente el hospital", según contó Diario de Ibiza el 6 de junio, un día después de los hechos. Fue al ‘Fenicio’ y encontró a su novia con otro hombre. Entonces rompió una botella, o la encontró rota, y atacó con ella a su rival, Keith Newton, estudiante inglés residente en Canadá, según se supo después.

Newton bajó malherido del barco y comenzó a caminar por el muelle de la avenida de Santa Eulària, donde se desplomó empapado en sangre 150 metros después. Dos chicas le intentaron atender y avisaron a la Guardia Civil, cuyos agentes trasladaron al herido a la Clínica Nuestra Señora del Rosario. Pero nada pudo hacerse por salvarle la vida. La víctima presentaba graves heridas en el hígado y el estómago y tenía casi seccionada la arteria iliaca. Murió desangrado.

Zoppi fue detenido al día siguiente pese a sus esfuerzos para ocultarse. Tras la agresión mortal recogió apresuradamente sus pertenencias en el barco, se afeitó la larga barba, compró tabaco en un bar cercano y se escondió en una cueva en la zona des Soto, donde fue encontrado. El entonces Comandante de Marina, José Bermejo, se encargó del primer interrogatorio, y, tras pasar por el juzgado, fue recluido en el depósito municipal de Ibiza, a disposición de la Jurisdicción de Marina.

Tras el crimen llegaron las diferentes versiones sobre la vida a bordo del ‘Fenicio’. Una semana después el comandante de Marina remitió una carta a es Diari en la que tachaba de "sensacionalista" y "falsa" la mayor parte de la información publicada por el Sunday Mirror y recogida por Diario de Ibiza, y aseguraba que las autoridades no habían recibido en ningún momento denuncias sobre las actividades en el barco. "Como considero que este sensacionalismo y falsa información perjudica los intereses de Ibiza y Formentera, ya que el turismo serio huye del ambiente que se pretende crear a estas islas, le ruego la publicación de estas líneas para tranquilidad de las personas de bien, que deben saber que se vela por la decencia, la moral y las buenas costumbres, hasta el máximo de nuestras posibilidades", terminaba Bermejo su escrito.

Contaba también que cuando se publicó el reportaje dos de los tripulantes citados ya no estaban en el barco, ya que habían sido encarcelados por agredir a los marineros de una de las golondrinas de Talamanca y que se prohibió al responsable que nadie ajeno al ‘Fenicio’ pernoctara en su interior.

Reportaje con los Bee Gees

El propietario del barco, Mark Linvard, reclamó a través de sus abogados una rectificación al Sunday Mirror que también fue reproducida por Diario de Ibiza. En ella tachaba el reportaje de "ficticio artículo" que podía "dañar seriamente" su reputación. Aseguraba que el periodista del semanario británico había acudido a Eivissa a hacer un reportaje sobre los Bee Gees, pero que "le falló" y entonces decidió dedicarlo al ‘Fenicio’. Dijo que se inventó sus declaraciones en las que admitía las "salvajes fiestas con drogas" a bordo o las "chicas con los pechos al aire" en cubierta, y que, de hecho, las chicas que aparecían en las fotos habían sido llevadas por el propio reportero, y, además, que los siete tripulantes eran en realidad los profesionales que trabajaban en la rehabilitación del barco, entre ellos un ingeniero.

Fuera o no cierta la versión de Linvard, lo que era una realidad terrible e innegable era el crimen que se había cometido a bordo, que fue juzgado casi dos años después, en marzo de 1975. En la vista se refirieron al ‘Fenicio’ como "hogar de un grupo de jóvenes presuntos hippies".

El juicio se celebró en Cartagena, en el Juzgado de la Zona Marítima del Mediterráneo, y Zoppi fue condenado a doce años de reclusión y a indemnizar a la familia de Newton con medio millón de pesetas, una fortuna en esa época.