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¿Cómo surgió la famosa marca de zapatillas Pompeii? El proyecto de cinco estudiantes que les llevó al éxito

Con una idea en mente y todos sus ahorros, cinco jóvenes decidieron apostar por el sueño de crear su propia marca de zapatos que, años después, se convertiría en una de las más potentes del país

Zapatillas Pompeii, un éxito en España.

Zapatillas Pompeii, un éxito en España. / Facebook

Vendiendo zapatillas como producto principal, la empresa Pompeii empezó pisando fuerte. Con su característico diseño de zapatillas de suela de colores y cordones de cuero se fundó en 2014 con cinco amigos del colegio de toda la vida. Ellos son Cosme Bergareche, Jaime Garrastazu, Jorge Vidri, su hermano Nacho e Iñaki Sánchez; aunque este último abandonó el proyecto tiempo después por no poder compaginarlo con los estudios universitarios.

En un primer momento, el grupo de amigos pensó en crear una marca de ropa. No sabían si inclinarse más por pantalones o sudaderas o camisetas, pero lo que sí querían es que fuese un diseño enfocado a los jóvenes. Sin embargo, la alta competencia nacional e internacional les hizo pensárselo dos veces antes de dar el salto. Es entonces cuando surgió la idea de hacer zapatillas, ninguno sabía qué diseño hacer ni mucho menos el color que ponerle así que empezaron imprimiendo un boceto de una zapatilla en un folio en blanco que pintaron con lápices Alpino.

La idea de darle color a una deportiva tradicional les pareció el punto de arranque para dar comienzo a su nuevo proyecto. Y aunque el primer diseño que les llegó de la fábrica no fue lo esperado, los chicos no perdieron la esperanza y decidieron intentarlo de nuevo. Así fue como, poco a poco, consiguieron hacer de una vaga idea algo realmente atractivo para los usuarios.

Mucho dinero y todavía más ganas

Los cuatro amigos invirtieron todos sus ahorros en la empresa con una presupuesto inicial de 18.000 euros y no consiguieron ver su primera zapatilla terminada hasta que se gastaron 12.000 euros entre la constitución de la sociedad, el acuerdo con la fábrica, el alquiler de la oficina y muchos otros gastos. Con el dinero restante pudieron fabricar 349 zapatillas en tres colores diferentes.

Pero una vez hecho el producto, ya no había ni un céntimo para hacer una buena campaña de marketing. Así que, con los estudios que tenían en ADE y lo poco que pudieron aprender por cuenta propia, se pusieron manos a la obra. Su primera cuenta oficial empezó en Instagram y en Facebook.

Y sorprendentemente, la estrategia que llevaron a cabo les condujo al éxito. En apenas un fin de semana consiguieron vender todo su stock, fue algo que incluso a los propios fundadores les costó asimilar.

Desde entonces hasta el día de hoy la empresa de zapatillas de referencia para los millennials en España continúa creando nuevos modelos y calzados made in Spain con unas oficinas ubicadas en un polígono de Alcorcón y una fábrica unos cuantos kilómetros más allá, en la Comunidad Valenciana, en Elche. Por el momento, los cuatro socios tienen pensado seguir apostando por la ropa y en especial el calzado para poder así convertir este negocio en un proyecto de vida a largo plazo.