URBANISMO

"Te encerrarán en tu barrio y no podrás salir": el plan de ciudades caminables que enloquece a los conspiracionistas

La 'ciudad de los 15 minutos' es un modelo urbanístico que propone crear barrios donde todos los servicios estén cerca

Una teoría de la conspiración global que ya ha llegado a España sugiere que, en realidad, es un plan de las élites para encerrar a la gente

Un joven en bicicleta.

Un joven en bicicleta. / Shutterstock

Analía Plaza

Analía Plaza

Una nueva amenaza se cierne sobre la humanidad. Las élites globalistas quieren encerrarle a usted en su barrio. Proponen un sistema —parecido al de los Juegos del Hambre— en el que la población no se desplace para reducir las emisiones. ¡La alerta climática lo justifica todo! La idea es crear núcleos urbanos en los que todo esté a quince minutos a pie o en bicicleta y ya se está implantando en lugares tan dispares como Oxford, París o Milán. ¿A que no se lo había contado nadie? Ojo con este asunto, porque nos va a amargar la vida en los próximos años.

El párrafo anterior es un pequeño extracto de El Gato al Agua, una tertulia de corte liberal-conservador que produce Intereconomía y emite El Toro TV, del pasado 10 de febrero. El programa dura más de dos horas y trata diversas cuestiones de actualidad: entre otros, la reforma de la ley del aborto y el "ataque" de Bruselas a la dieta mediterránea mediante el sistema de etiquetado Nutriscore. Pero hacia la mitad se cuela una cuestión nueva que llega directa desde Reino Unido y Canadá. Son las ciudades de quince minutos, una idea aparentemente buena que esconde un maligno plan superior.

"Me encanta la idea. Me encantaría una ciudad más humana", llega a decir uno de los tertulianos, al borde del cortocircuito. "Lo tremendo es que sea por coacción. ¡Oiga, usted no puede salir! ¿Cómo que no puedo salir? ¡Puedo ir adonde me dé la gana, sin tener que pedir permiso a nadie! (...) ¿Qué coño está pasando para que sigamos pensando que esto es un régimen de libertades?"

Las llamadas 'ciudades de los 15 minutos' se han convertido en la última teoría de la conspiración global. Este modelo urbanístico propone crear pequeños centros urbanos y dotarlos de servicios (colegios, centros de salud, tiendas de alimentación, parques y espacios culturales) para que los ciudadanos puedan llegar a ellos andando. Las ideas en las que se basa son antiguas, de hace alrededor de un siglo, pero el concepto se ha popularizado recientemente impulsado por el urbanista colombiano Carlos Moreno y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

Tras varias décadas de desarrollos urbanísticos vinculados al coche —con consecuencias que incluyen contaminación, atascos y largos tiempos de viaje entre casa y trabajo—, las 'ciudades de los 15 minutos' son una especie de vuelta atrás. "Nosotros hablamos de volver a centrar las ciudades en las personas", explica Sara Ladra, asesora de Más Madrid y editora del libro Madrid, ciudad de los 15 minutos, en el que el partido presentó sus ideas para convertir a la capital en una de estas urbes. "Que cada barrio sea una ciudad en sí misma. Los quince minutos son algo relativo: la idea es que lo tengas próximo y que puedas moverte de un distrito a otro con más facilidad".

Si bien el modelo puede generar dudas (¿dónde entran los precios de la vivienda? ¿Qué pasa si lo único que me puedo permitir está a dos horas de mi trabajo?), las bases sobre las que se asienta son razonables hasta para los comentaristas de El Gato al Agua, que durante el debate mencionan a Santander. "Allí está todo está al lado. Es un valor positivo que refuerza la vida de la ciudad", dice uno de ellos. El problema para estos tertulianos está en la teoría del control que reproducen, vinculando las 'ciudades de 15 minutos' a los distritos de los Juegos del Hambre y los confinamientos de la pandemia.

No se la inventan ellos: es la misma teoría que vienen propagando los ciudadanos ingleses y canadienses que se oponen a planes urbanísticos en esta línea en sus municipios.

Barrios cerrados, agenda 2030

En Edmonton (Canadá) hubo una protesta la semana pasada cuyos carteles decían: "Edmonton quiere crear algo llamado 'ciudad de los quince minutos'. No podrás ir a ningún sitio que esté a más de quince minutos de ti. Limitarán tu movimiento entre distritos. Pasarás el 90% de tu vida en estas áreas mientras monitorizan tu huella de carbono".

El psicólogo canadiense Jordan B. Peterson, con más de tres millones de seguidores en Twitter, dijo en esta red que "la idea de que barrios sean caminables es bonita. Pero la idea de que los tiranos burócratas decidan por decreto dónde está permitido conducir es la perversión de esa idea y parte de un plan documentado".

En Reino Unido se viralizó el TikTok de un joven que, desde su habitación, dijo que "los Tories" quieren convertir la vida de los ciudadanos en Black Mirror. Las 'ciudades de 15 minutos' son una "película distópica" que "se está ensayando en Oxford" y que obligará a los ciudadanos a pedir permiso para salir de su barrio.

El Ayuntamiento de Oxford tuvo que salir a desmentir que fuera a poner barreras para encerrar a la gente. Lo que en realidad hará será crear zonas de bajo tráfico, como Madrid Central, que impone restricciones a determinados vehículos pero permite entrar a los residentes, o el centro de Londres, al que hay que pagar para entrar en coche. Está previsto que suceda a partir de 2024. Por supuesto, puntualizó el consistorio, "los autobuses y taxis podrán entrar todo el tiempo, la gente podrá caminar e ir en bicicleta y habrá excepciones para servicios de emergencia, trabajadores sanitarios y personas que reciban tratamientos en el hospital".

La cuestión ha llegado al parlamento británico. Un miembro de la cámara preguntó la semana pasada al Gobierno por el "concepto socialista internacional" de las 'ciudades de 15 minutos', las cuales "acabarán con la libertad personal".

Algunos de los tuits que reproducen estas afirmaciones terminan con una ficha (falsa) de la Agenda 2030 que dice: "No tendrás nada y serás feliz".

Rivas, primera ciudad en "sufrir" los 15 minutos de España

En España, además del tiempo que le dedicaron en El Gato al Agua —cuyos fragmentos se han viralizado en TikTok— la idea de que las ciudades caminables son en realidad un proyecto para controlar a la población se ha dejado caer por Twitter en los últimos días.

Los usuarios que la reproducen apuntan a dos ciudades: Las Rozas, por el sistema de videovigilancia que instaló hace más de un año ("ya se prepara la reclusión 2030 en forma de ciudad de 15 minutos, de donde no se podrá salir sin pauta completa, huella de carbono y lo que ellos quieran", rezan los tuits) y Rivas Vaciamadrid, por los carriles bici que instaló hace unos meses y que están siendo objeto de protestas.

El Ayuntamiento de Rivas, donde gobierna Izquierda Unida-Equo-Más Madrid, instaló a finales del año pasado 21 kilómetros de carril bici segregado quitando carriles al coche.

"En Rivas hay zonas que son filas y filas de unifamiliares", explica Ángeles, una vecina que se declara a favor de los carriles pero cree que habría que haberlos hecho de otra forma. "Y la movilidad es complicada, porque hay gente que no tiene plaza en el colegio de su barrio y tiene que irse al quinto pino. Por las mañanas eso es un problema: no pueden ir andando porque está lejos y porque las aceras son, en muchos casos, inexistentes. Como han dejado un carril para coche en cada sentido, si hay un autobús o el camión de la basura tienes que esperar. Eso ha provocado manifestaciones masivas. Vecinos por Rivas, un partido nuevo que se define como apolítico, y Vox, son quienes están capitalizando el enfado de la gente". La alcaldesa anunció este mismo viernes la creación de rutas escolares en autobús para evitar este problema.

"Los cochistas están presionando mucho para que el Gobierno dé marcha atrás", comenta otro vecino que creó una cuenta en Twitter para defender los carriles. "Es año electoral, mal momento para restringir el espacio a los coches".

No me toques mi coche

El Ayuntamiento de Rivas no vinculó sus carriles bici a la 'ciudad de los 15 minutos'. Entonces, ¿por qué las redes juntan ambos conceptos? ¿No será que la paranoia creada alrededor de las ciudades caminables tiene que ver con la negativa a quitarle cualquier centímetro de espacio al coche?

"Esto entronca muy bien con otras ideas relacionadas con la 'oscura' Agenda 2030, que incluyen elementos de movilidad sostenible y salud urbana. La gente que tiende a creer en este tipo de conspiraciones siente que es única, que tiene una información privilegiada: los poderosos están diseñando un tipo de ciudad en el que te van a encerrar", dice el profesor de psicología y experto en movilidad David Lois. "Estos grupos, que son pocos pero se mueven muy bien, suelen ser de hombres que tienen vinculación emocional con el coche. Cualquier noticia que diga que no van a poder circular como siempre les supone una amenaza. Si te fijas, es una protección del statu quo. Un statu quo injusto, porque la penalización la sufren las personas que van a pie. Todo está diseñado para obstaculizar su forma de moverse. Si el 25% de los usuarios (los que van en coche) disponen del 65% del espacio público, en ningún caso hacer una mínima modificación de las calles puede considerarse totalitario".

Recuerda Lois que en Londres ya hubo manifestaciones cuando se empezaron a crear barrios de poco tráfico (low-traffic neighborhoods), con gente arrancando las jardineras dispuestas para evitar que los coches pasaran. "Y también tienes el caso de los chalecos amarillos en Francia, un maremágnum bastante infiltrado por la extrema derecha en el que cargaban contra la fiscalidad de los carburantes y destruían radares de velocidad", añade.

"Yo creo que aquí [la teoría de la conspiración] ha tenido menos repercusión que en otros países. Pero puede que Vox la aterrice", valora Ladra, de Más Madrid. "En los plenos cargan contra la Agenda 2030 en cuanto tienen ocasión y ya han dicho que si Almeida los necesita para gobernar querrán eliminar Madrid360. Si lo coge Vox, dirán que las 'ciudades de 15 minutos' limitan tu libertad y lo llevarán a la parte del tráfico, cuando nosotros hablamos de tres grandes ejes: transporte público, barrios vivos e igualdad de oportunidades. De hecho, nuestra propuesta va más de conectar barrios, algo que puede contrarrestar la idea de cortar el tráfico".

"Cualquier medida de cierto calado que se vaya a llevar a cabo en cualquier ciudad tiene que pillar a los Ayuntamientos y a sus técnicos preparados en la parte comunicativa para sortear estos ataques, que son pequeños pero peligrosos y se pueden cargar cualquier actuación", concluye Lois. "Son argumentarios que aparecen siempre que se hacen medidas de salud pública con impacto: acuérdate del tabaco, de los límites de velocidad o del alcohol y la conducción. Aznar llegó a decir que a él nadie le decía cuánto podía beber".