La Generalitat Valenciana dará “la batalla por tierra mar y aire” contra el recorte del trasvase Tajo-Segura

García-Page celebra la "tozudez, tenacidad y apoyo unánime" en Castilla-La Mancha en defensa de la revisión del caudal

El ministro de Agricultura asegura que “en los últimos cuatro años se ha producido el mayor volumen de transferencias de agua del Tajo al Segura”

Regantes durante la concentración el pasado miércoles en Madrid

Regantes durante la concentración el pasado miércoles en Madrid / David Castro

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La polémica por el recorte del trasvase Tajo-Segura se encona. La consejera de Agricultura y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Isaura Navarro, ha defendido que el Consell dará la "batalla por tierra, mar y aire" para que el Gobierno vuelva a "la senda del diálogo" y recupere el acuerdo del Consejo Nacional del Agua sobre la revisión de los caudales ecológicos en el trasvase del Tajo-Segura.

Así se ha manifestado Navarro en la rueda de prensa después del pleno del Ejecutivo autonómico, donde ha criticado que la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, "no acaba de aterrizar en los hechos" con respecto a sus palabras sobre el texto que ha remitido el ejecutivo central al Consejo de Estado, que la consellera defiende que es diferente al aprobado en el Consejo Nacional del Agua.

La consejera ha defendido que el texto que se aprobó en el Consejo Nacional del Agua sí incluía la disposición adicional novena que el Consell pactó con el Gobierno y que preveía la revisión de estos caudales.

Además, ha relatado que se reunió en el miércoles por la tarde con el secretario de estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, a quien le preguntó por la modificación y le expuso las quejas del Consell, aunque ha señalado que "no tiene respuesta" para la motivación que ha llevado al Gobierno a hacer este cambio.

Navarro ha señalado que le trasladó a Morán el malestar del ejecutivo valenciano y ha remarcado la "discrepancia obvia" entre ambos gobiernos. Además, ha defendido que "lo deseable" es reconducir la situación y no llegar a los tribunales.

Mientras, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado la actitud de la sociedad de la región y su "tozudez, tenacidad y apoyo unánime", desde instituciones públicas hasta regantes y sindicatos, en la defensa del agua.

"Hemos dado un salto de gigante para conseguir otro compromiso. Para aquellos que plantean que es una guerra electoral, déjense de tonterías, es mucho dinero", ha aseverado el presidente castellanomanchego.

Mientras, desde el Gobierno central, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha advertido que "el agua necesita menos titulares y más trabajo de fondo para darle futuro". En una entrevista con Efeagro, en la semana en la que el sector agroalimentario del Levante se ha manifestado en Madrid por la decisión del Gobierno de aumentar el caudal ecológico del Tajo, el ministro ha afirmado que "no hay regadío que esté en tela de juicio ni esté en peligro por ninguna decisión que adopte el Ejecutivo, al contrario".

"Los datos tienen la cabeza dura, y en los últimos cuatro años se ha producido el mayor volumen de transferencias de agua del Tajo al Segura", expone Planas, quien contrapone esas cifras a las ejecutadas por el Partido Popular entre 2014 y 2018.

Los regantes aseguraban, en la concentración celebrada el pasado miércoles a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que se prevé un recorte paulatino de hasta el 40 % para 2027 del agua trasvasada del Tajo que llega al Segura, lo que a su juicio afectará gravemente a las comunidades receptoras, la valenciana, la murciana y parte de la andaluza.

Respecto a las proyecciones de pérdida de producción y empleo en dichas zonas productoras, ha considerado que "hay una clara manipulación política y una falsedad; nadie está en condiciones de hacer ninguna proyección al respecto, porque hay que tener en cuenta los volúmenes de agua disponibles", con un plan que es para todas las cuencas y que, insiste, tiene que ver con el agua embalsada.

"Si en la Cuenca del Guadalquivir o del Guadiana se han tenido que reducir las dotaciones de agua este año, no ha sido por ninguna decisión en materia política sino simple y llanamente porque teníamos menos agua embalsada", ha señalado.

Y reflexiona que aunque las "recientes lluvias han sido muy positivas", la sequía y la previsión científica es que las precipitaciones disminuyan: "¿Significa que hay que abandonar el regadío?, mi respuesta es no. Sé que hay quien no lo defiende, pero yo no estoy en absoluto de acuerdo".

A su juicio, "se trata de buscar el equilibrio y sobre todo no caer en la política del corto plazo, también tenemos obligaciones en el medio y en el largo plazo; hay que intentar que la política solucione problemas y no los cree", tras subrayar que "estas cuestiones son muy atractivas como una materia de polémica y enfrentamiento, que no es la actitud del Gobierno".

En ese sentido, ha defendido que perspectiva de conjunto que tenga en cuenta las aguas subterráneas y superficiales, y las no convencionales (recicladas y desalación), como "única respuesta quizás demasiado compleja para una frase o para un titular".

De acuerdo a sus datos, el regadío ocupa el 20 % de la superficie agraria pero se transforma en el 65 % de la producción vegetal, lo que demuestra su impacto "en la renta y el empleo" y se va a invertir hasta 2027 más de 2.000 millones de euros para su modernización.