SENTENCIA

Una jueza de Palma "aconseja" a una joven de 28 años con carrera que busque trabajo y no dependa de su padre

El magistrado avala que el progenitor deje de pagar la pensión que venía abonando a su hija, de 28 años: "Está en perfectas condiciones para trabajar"

La Audiencia de Palma ha resuelto este conflicto.

La Audiencia de Palma ha resuelto este conflicto.

J.F. Mestre

Un padre que reside en Palma dejará de pagar la pensión que viene abonando desde hace años a su hija de 28 años, porque la joven ya ha conseguido terminar su formación universitaria y está en condiciones de entrar en el mercado laboral. La pensión la ha suprimido una magistrada de la Audiencia de Palma, que en su sentencia "aconseja" a la joven que encuentre trabajo para independizarse económicamente de su padre con quien, por cierto, ni lo ve, apenas le habla. La magistrada entiende que la joven, que estudia en una importante universidad británica, "está en perfectas condiciones para trabajar, de hecho ha venido realizando trabajos esporádicos y con su formación no será difícil que encuentre trabajo adecuado a la misma o de cualquier tipo", señala la sentencia.

La magistrada, citando los artículos legales, recuerda que los hijos mayores de edad tienen derecho a ser mantenidos por sus padres. Son los progenitores los que se tienen que preocupar del sustento, de la habitación, de la asistencia médica, de la vestimenta y de la educación. Esta obligación se mantiene hasta que el hijo deja de vivir en el domicilio familiar y dispone de recursos propios para mantenerse.

Sin embargo, el deber de financiar la formación académica de un hijo "no se prolonga de forma indefinida, ni hasta que los hijos alcancen la independencia económica". Los padres han de pagar los estudios de sus hijos hasta "el tiempo normalmente requerido para completar la formación".

Los padres de esta joven universitaria se separaron hace casi 20 años. Fue un divorcio amistoso. Los hijos se quedaron a vivir con la madre, pero el padre se comprometió a abonar la manutención de sus dos hijos.

Cuando la hija cumplió la mayoría de edad, su manutención dejó de pasar por las manos de su madre, sino que el progenitor la abonaba directamente en la cuenta de la joven.

La hija decidió desarrollar sus estudios universitarios en Inglaterra. Ha completado su formación con éxito y han sido los profesores los que le han propuesto que empiece el doctorado, que se puede prolongar entre tres y cuatro años.

El padre consideró que ya había llegado el momento de que su hija se mantuviera ella misma y de hecho alegó que la joven ya no vivía en el domicilio de su madre y tenía empleos esporádicos. La madre se posicionó a favor de su hija, afirmando que el dinero que cobra cuando trabaja no le basta para mantenerse y de hecho, ella y su actual marido se encargan de ayudarla.

Sin que el tribunal ponga en duda estas circunstancias personales considera que ya ha llegado el momento de que el padre deje de pagar los estudios de su hija, porque está a punto de cumplir los 30 años y está más que capacitada para encontrar trabajo y mantenerse con su sueldo.