INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Evaluar sexualmente a los animales con una IA ya es rentable: así será la granja del futuro

Digitanimal es una empresa pionera en el desarrollo y aplicación de la inteligencia artificial en el sector de la ganadería que acaba de recibir una ayuda del Plan de Recuperación.

Defiende que una vez que el análisis de datos y los sistemas de medición se asienten en el sector éste será más sostenible, rentable y respetuoso con el bienestar animal.

Monitorizar la actividad de los animales puede hacerles "hasta un 30% más rentables".

Vaca.

Vaca. / PIXABAY

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

Benito era una bestia de casi 1.000 kilos llegada desde Francia. Con una genética imponente y compuesto de puro músculo, José Mari, su nuevo dueño, no dudó en pagar 6.000 euros por él. "Menudo ejemplar", llegó a decir a quienes se lo presentaba. Pero Benito, un toro de raza limousin pensado para ser un semental, no se relacionaba con el resto de vacas de la finca. Ni amistosa ni sexualmente.

"El ganadero recurrió a nosotros porque no lo entendía. Pero es que, ¡cómo iba a aparearse! No habían pensado en que a lo mejor en ese terreno hay cuestas que ese tipo de animal tan pesado no está dispuesto a subir, que a lo mejor estaba débil porque no le gustaba el tipo de pasto que había o que no se iba a acercar a las hembras. Para analizar eso, y más, está nuestra tecnología", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Carlos Callejero, socio fundador de Digitanimal, una compañía pionera en el sector de la aplicación de la inteligencia artificial (IA) y la digitalización al sector ganadero.

Su empresa, que acaba de recibir una ayuda de 664.609 euros del Plan de Recuperación como parte de una misión del Ministerio de Ciencia e Innovación para modernizar la ganadería española, está desarrollando una tecnología que consigue, a través de algoritmos interpretados por una IA, saberlo prácticamente todo acerca de cada animal que lleva uno de sus collares.

Una tecnología que uno de sus desarrolladores dice que permitirá controlar mejor el estado de salud del animal. "El ganadero puede saber en todo momento dónde está, si su actividad es mayor o menor de la habitual, cuál es su temperatura corporal, las zonas de pastos y arroyos que ha visitado... Con todos esos datos nuestra plataforma lanza avisos al dueño para que sea consciente de cualquier cosa que se salga de lo habitual, como puede ser el ataque de un depredador, el inicio del celo o una pérdida de apetito derivada de una posible enfermedad", apunta.

Sin embargo, los animales, como las personas, también tienen sus propias singularidades, y eso podría haber llevado a Benito a no querer relacionarse con las vacas de José Mari. En el caso de un ser humano, el peor escenario posible de esa historia podría ser el fracaso amoroso. En el de un animal, la cosa se complica. Si un toro semental no consigue fecundar al suficiente número de hembras porque está despistado, pasta lejos de ellas o no capta los periodos de celo, terminará yendo al matadero. Si una vaca dedicada a la cría no se queda preñada todo lo que debería, también.

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<p class="subtitle"; align="right"> José Mari, un ganadero, acaricia a una vaca que lleva uno de los collares de Digitanimal./ <span class="author"> DIGITANIMAL </span> 

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Pero, ¿por qué es importante para un ganadero conocer cuanto antes si sus animales se reproducen con éxito o no? "Son animales de los que se espera sacar una rentabilidad. Si tienes una vaca de cría que está tres años sin parir es tiempo que la has alimentado y ha consumido recursos en balde. No es sostenible ni para el planeta ni para la empresa, así que es fundamental tener los datos acerca de cuáles están cumpliendo con su cometido y cuáles no", explica a este periódico Callejero, socio fundador de Digitanimal, una compañía que ya da servicio a más de 6.000 clientes en 70 países distintos y que factura alrededor de 1,8 millones de euros al año.

Un 30% más de rentabilidad por animal

Callejero defiende que, con los dispositivos que él ha desarrollado y con el seguimiento tecnológico que ofrece su plataforma, los ganaderos pueden llevar a cabo un control más exhaustivo sobre las condiciones en las que se encuentra esa vaca o esa oveja monitorizada y sacarle hasta un 30% más de rendimiento económico. "Normalmente ese control se lleva a ojo o, como mucho, se guardan registros escritos a mano o en Excel, pero la tecnología ya nos da otras herramientas para analizar el rendimiento que da cada animal y, por supuesto, su bienestar", defiende.

Recabar todos esos datos acerca del ganado ovino, porcino, caprino y bovino permite muchas cosas que ya van más allá de los índices de reproducción o la simple geolocalización. Si se utilizan correctamente, defiende Callejero, se puede reducir el coste de mantenimiento para el ganadero y, en última instancia, incluso afectar el precio al que el consumidor compra la carne.

Según datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2021 se sacrificaron en España 2,5 millones de cabezas de ganado bovino, 9,7 millones de ovino, 1,1 de caprino y más de 58 millones de porcino. Es decir, en total 71,8 millones de animales que suelen destinarse para consumo humano.

La información, y ese cuidado extra del animal y de su situación, permiten, según Callejero, no solo aprovechar aún más el margen de beneficio de cada cabeza de ganado, sino reducir el impacto de la industria en el medioambiente. "Nuestro sistema permite, por ejemplo, evaluar al animal gracias a una pesa especial, y, a través de los algoritmos, predecir su curva de engorde y el mejor momento para su sacrificio. De esa forma se consumirá menos grano y menos agua y la industria será más sostenible", defiende.

Una mayor recolección de datos a través de la digitalización de la industria permitiría, según Callejero, que todos los actores involucrados en ella mejoren su forma de actuar, aunque para eso debería haber una presión por parte de las administraciones para que el sector avance en ese sentido.

"En los próximos años, no décadas, se va a ver un cambio importante porque es necesario, pero tenemos que ver en qué queda. El problema de este tipo de tecnologías siempre es el mismo, que es que evolucionan más rápido de lo que lo hacemos nosotros. Podemos tener herramientas maravillosas, pero si no formamos a la gente para que las integre en su día a día nunca vamos a ver su verdadero potencial", dice el fundador de Digitanimal.