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Nachito, un niño modelo vigués para visibilizar el síndrome de Down

El pequeño gran ‘influencer’ reúne más de 20.000 seguidores

Nacho Davila junto a sus padres, Leticia e Ignacio en la Alameda de Vigo.

Nacho Davila junto a sus padres, Leticia e Ignacio en la Alameda de Vigo. / Marta G. Brea

C.S.

Le gusta que le saquen fotos, charlar con la gente y compartir un pincho de tortilla con sus padres. Es la viva definición de la alegría. Pero también de la concienciación por la igualdad. A sus cinco años, el vigués Nachito es el rostro de marcas de ropa y utiliza Instagram para dar visibilidad al síndrome de Down. En su perfil @nachitosuperheroe reúne a más de 20.000 seguidores y su contenido muestra desde los aspectos más cotidianos de un pequeño de su edad a campañas con conocidas firmas.

Su madre, Leticia Rocha, cuenta que el nacimiento de Nachito fue una “toda una sorpresa” porque el embarazo había ido perfectamente y, tras una cesárea y apenas haber tenido tiempo para el piel con piel, se lo llevaron a una incubadora al ser sietemesino. No lo conoció hasta el día siguiente y, aunque los médicos tardaron todavía una semana en comunicárselo, ella ya se había dado cuenta el día en que pudo verlo, y le apena recordar su reacción y que, en aquel momento, los profesionales no lo hubieran abordado de una forma más natural, porque Nachito había nacido con una copia extra de un cromosoma, pero hoy es su mundo.

Leticia comenta que cuando abrió la cuenta lo hizo “con el objetivo de desahogarme, porque no había podido prepararme para ello y necesitaba explicar cómo me sentía. Me encontré con que mucha gente empezó a apoyarme, con tan solo una palabra me hacían sentir bien y a Nacho lo querían tanto que al final la comunidad fue creciendo de forma natural, no era nuestra intención y, hoy, si no publico algo, rápidamente me preguntan si estamos bien, me dicen que echan de menos a Nacho y que les alegra las mañanas”. Y es que este pequeño vigués conquista el corazón de cualquiera en menos de cinco minutos y, en las redes sociales, tiene en la actualidad el apoyo de más de 22.700 seguidores.

Tras haber terminado la tortilla, el pequeño Nacho Davila es un no parar, es un niño inquieto y quiere bajar de la silla para saludar a todos los “Romi” que están en la calle. Romi es su perro y le encanta, al igual que le chifla bailar, cantar no, dice una pequeña mentira negando que le guste el fútbol y se echa las manos a la cabeza sonriendo cuando se le pregunta si le gusta soplar las velas. La playa también la disfruta, pero bañarse no, porque “agua fría”, dice mientras se frota los brazos.

Entre semana, los días con Nacho empiezan con terapias a primera hora de la mañana para estimular su neurodesarrollo, los martes y los jueves con logopeda y otra jornada con una clase de estimulación temprana a través del Sergas. Después se va al colegio, en donde le han facilitado poder entrar algo más tarde a las clases y sale a las cinco de la tarde para estar con sus padres. Además, los lunes y los miércoles, una profesora de apoyo se desplaza a su casa para ir adelantando materia y que “así, cuando lo den en clase, a él ya le suene”, explica Leticia Rocha. Esta misma es la realidad que puede verse en las redes sociales de este pequeño “influencer” que con su ejemplo da visibilidad al síndrome de Down de una forma simpática y natural, en la línea de su personalidad.

Los padres de Nacho Davila comentan que tiene un impacto positivo en mucha gente, y por eso siguen adelante. En este sentido, Ignacio Davila afirma que “un verano, un matrimonio incluso vino a visitarnos desde Badajoz para comentarnos su caso, porque hay mucho trabajo de fondo”, a lo que Leticia añade que “tiene su parte dura, lógicamente, y muchas madres que van a tener un bebé con Down me escriben para pedir consejo y apoyo y yo les cuento mi experiencia y las tranquilizo”. Y ahí está la clave, dice Ignacio, “en tener paciencia, evitar comparaciones con los demás niños y mantener la calma, porque tienes dos opciones, amargarte o seguir hacia adelante y disfrutarlo, aprendes mucho de ellos, y nosotros optamos por la segunda”.

Si bien la mayoría de las personas que interactúan con los padres de Nacho lo hacen de forma respetuosa, a veces también se encuentran comentarios algo desagradables. A modo de ejemplo, comentan que "no todo el mundo está de acuerdo con algunas cosas. En una ocasión criticaron que le diéramos helado porque decían que estaba gordo y otras personas consideran que niños como él no tendrían que salir en redes sociales, cuando creemos que es todo lo contrario, que tienen que ser visibles porque es una realidad que existe y que también puede servir a muchas familias como referente".

Centrándose de nuevo en lo positivo, tanto Leticia Rocha como Ignacio Davila señalan que para muchas familias es relevante contar con un ejemplo como el de Nacho porque "así pueden ver que niños como él tienen su propio ritmo, que están perfectamente integrados y que la mayor motivación que pueden tener es estar con sus padres, que las terapias están muy bien y son necesarias, pero que lo fundamental es la implicación de la familia, que la pareja sea un equipo, que haya mucho cariño y que estén ahí para ellos", indica Leticia.

A este respecto, destacan que las facilidades para la conciliación por parte de las empresas son fundamentales en estos casos. Así, Ignacio explica que, en su caso, contó con todas las facilidades del mundo por parte de la empresa para la que trabaja y, en el caso de Leticia, "como trabajo con temas publicitarios, pude adaptar mi horario, de manera que cuando él sale del cole, yo ya estoy disponible para dedicarle el tiempo que necesita".

En el último año, además de “influencer”, Nacho se ha convertido en modelo y marcas como Krack, Famosa, Bizak o Bezoya han contado con él para campañas publicitarias en un ejemplo de inclusión, porque tal y como dicen sus padres, “la vida no se mide en cromosomas, se mide en comosomos”.