INVESTIGACIÓN

La clínica estética de los horrores: lesiones, inspecciones de sanidad desfavorables e impagos

Cinco pacientes se querellan contra Woman Medical Institute, un centro de estética de Madrid que pertenece a Man South Europe Medical Institute S.L., por negligencias médicas

La Consejería de Sanidad ya cerró una de sus clínicas por "riesgo grave e inminente contra la salud", pero siguen captando pacientes y operando

"Hay mucha gente a la que no han devuelto su dinero ni los gastos de desplazamiento", afirma un abogado especializado en pacientes afectados por este tipo de prácticas

Fachada de Man Medical Institute, en la calle Basílica, en Madrid.

Fachada de Man Medical Institute, en la calle Basílica, en Madrid. / ALBA VIGARAY

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Sara acudió en agosto de 2020 a una clínica de cirugía estética en pleno barrio de Salamanca para someterse a una operación de aumento de pecho. Su marido la acompañó y la esperó fuera del quirófano. Tardó más de lo que ambos esperaban en salir de allí. Sara despertó. El personal médico no les explicó ni a ella ni a su pareja qué había pasado en esa sala. Se limitaron a decirles que había tenido que afrontar una hemorragia más grande de lo esperado, que se había complicado un pecho y que por eso habían tardado tanto en sacarla.

"Me dijeron que iba a estar dos horas y me tuvieron allí cuatro o cinco", afirma en una conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Cuando Sara recibió el alta, se marchó a descansar y, por la noche, leyó el informe de la intervención que le habían realizado en Woman Medical Institute, un centro de estética que ofrece tratamientos para hombres -en su división de Man Medical Institute- y mujeres. El cirujano había llevado a cabo dos mamoplastias diferentes, por lo que Sara, al salir de la sede de la clínica en Recoletos, que actualmente permanece clausurada, tenía un implante entre el músculo pectoral y la glándula mamaria y otro implante detrás de ambas superficies.

Cuando días después consiguió hablar con su cirujano, le trasladó que tenía mucho dolor. "Me dijo que estaba todo bien", recuerda. Detrás del médico sonó otra voz, la de una enfermera que avisó a Sara de que le iba a dar una cita para revisarle los puntos de los senos. "Ella cortó la conversación para que él no hablara más. A los cinco minutos, me llamó el cirujano desde su número privado. Me dijo que no me podía contar nada delante de la enfermera porque [desde la clínica] no le dejaban confesarme que habían tenido problemas en la operación", relata.

En el quirófano falló un dispositivo sanitario que se emplea para coagular, cortar o eliminar tejido blando y el segundo instrumento que trajeron de urgencia durante la operación tampoco funcionaba. Ambos estaban rotos. El doctor tuvo que hacerle a Sara una hemostasia manual para que dejase de sangrar. 

Podría haberme desangrado. Ahora, me da pánico entrar a un quirófano y he tenido pesadillas"

— Sara, una de las pacientes afectadas por una operación estética de Woman Medical

En esa llamada, el médico aclaró lo que había pasado: "Tenía una teta detrás y otra delante. Yo estaba alucinando. La única opción era sacarme el otro implante y salir sin nada", algo que no le pareció buena opción al doctor. El cirujano responsabilizó a Woman Medical Institute y se ofreció a operarla de nuevo, pero era la clínica la que tenía que hacerse cargo de encontrar un hospital en el que llevar a cabo la nueva intervención. "Pasé por la sede y le echaron la culpa al cirujano", señala.

Woman Medical Institute se negó a devolverle el dinero. "Me intentaron convencer de operarme otra vez con otro cirujano suyo, pero yo no quería pisar más esa clínica", afirma. Dos años después, Sara sigue teniendo un implante mal colocado y ahora es consciente de que "podía haberme desangrado". "Visualmente, la prótesis está hacia fuera. Es asqueroso, muy desagradable". Si se tumba de lado, tiene molestias. Pero, además de los dolores físicos, ha sufrido las consecuencias psicológicas de esta negligencia: "No estoy bien. Me da pánico entrar a un quirófano. He tenido pesadillas. Intento olvidar, pero lo he pasado muy mal", sostiene.

"Sus procedimientos bordean la falta de ética"

Sara ha iniciado un procedimiento judicial contra la empresa. La compañía, según traslada su abogado, Miguel Durán, se encuentra en "plena reestructuración" y cambió de nombre a Man South Europe Medical Institute S.L., según se puede consultar en el Boletín Oficial del Registro Mercantil de Madrid. "Quiero que paguen por lo que han hecho". Como Sara, otras cuatro mujeres afectadas por las cuestionables prácticas de este centro estético han interpuesto una querella contra la compañía, a la que ha tenido acceso en exclusiva este periódico, por presuntos delitos de lesiones graves, imprudencia profesional, organización criminal y estafa.

Uno de los ejemplos más claros de cómo opera esta clínica se refleja en la experiencia de Laura, una de las querellantes, a las que representa el abogado Marcos García-Montes. Ella se trasladó desde otra región a Madrid para realizarse una abdominoplastia y un lipoláser en Recoletos. Por estas intervenciones iban a cobrarle 6.000 euros, pero, con los meses, la empresa fue añadiendo varios extras a su factura: dos noches de UVI y unos concentrados de hematíes que le dijeron que le tenían que suministrar porque tenía el "hierro bajo". No le pidieron nada por el consejo que le dio su cirujano: "Te comes dos solomillos y un chuletón, que la carne roja te irá bien y anda mucho".

Tras la operación, el cirujano le extrae líquido acumulado en varias ocasiones. A Laura, a pesar de que, por su profesión de sanitaria, tenía interés en saber cuántos mililitros le quitaron, nunca le precisaron ese dato. Los meses siguientes experimentó fuertes dolores e hinchazón y aparecieron en la zona operada varios bultos. Se tuvo que curar la escisión ella misma y quitarse dos puntos que el doctor "olvidó" retirarle. A principios de este año, a Laura se le abrió una herida en la cicatriz y tuvo que acudir a su médico de cabecera por los nervios que le dio el abandono de Man Medical. Ahora, presenta ante el juzgado un informe psicológico que certifica que sufre un trastorno depresivo debido a las malas prácticas de la clínica.

Nieves, otra de las querellantes, se encontró nada más despertarse tras la intervención de lipoescultura a la cirujana limándose las uñas en la sala de postoperatorio. Mientras estaba sedada, los profesionales de la clínica no pararon de entrar y salir del quirófano. Estaban inmersos en una inspección de Sanidad. Días después, vio en televisión que la clínica que la había operado se había "dedicado a estafar a varias personas", según el texto. En ese momento, se bajó la faja para ver el resultado del arreglo y "no fue capaz de diferenciar si se había hecho una operación o no". "Estaba peor que antes de entrar", reza la querella.

Todas las historias a las que ha tenido acceso este periódico tienen puntos comunes. La clínica hace unas primeras comprobaciones de qué quiere el cliente y le detalla si es o no posible operarle. Esta toma de contacto, según ha expresado un abogado especializado en pacientes afectados por negligencias médicas que conoce algunos de estos casos, la suelen llevar a cabo comerciales de la compañía vía telefónica, pero no el personal sanitario del centro.

Una vez que los clientes han adelantado el dinero, el tiempo de espera para que les vea un profesional se va alargando y, cuando les recibe, a veces por videollamada y a veces en persona, trata de disuadir a algunos de los pacientes de que se operen con cualquier excusa, como le ocurrió a Laura.

Hemos tenido que atender infecciones que han generado en los quirófanos de Recoletos, en los que hacían cirugías que no se pueden hacer de manera ambulatoria"

— Fuente de la directiva del Hospital VOT

Las intervenciones, cuando los quirófanos de Man Medical no han estado disponibles, se han realizado en otros hospitales privados de la Comunidad de Madrid. El Hospital VOT, en el que esta clínica alquiló los quirófanos durante un año, impidió a Man Medical Institute seguir operando en sus instalaciones porque no consideraban que, dados "sus procedimientos de trabajo", la "seguridad y el confort del paciente" estuviesen asegurados, expone una fuente de la directiva del hospital para este diario.

"Nosotros hemos tenido que atender infecciones que han generado, no en nuestros quirófanos, sino en otros, como en los de Recoletos, en los que hacían cirugías que no se pueden hacer de manera ambulatoria", confiesan estas mismas fuentes. Como consecuencia, en su centro tuvieron que mantener ingresados "con tratamiento antibiótico" a los pacientes que Man Medical derivaba.

"Sus procedimientos en quirófano bordeaban, no sé si la ilegalidad, pero sí la falta de ética", agregan. En Man Medical, según denunciaron las direcciones médica y de enfermería del Hospital VOT, no hacían "nada bien" la asepsia o conservación de la esterilidad, dilataban los tiempos quirúrgicos y los pacientes eran dados de alta a las dos o tres horas de la cirugía, cuando, en condiciones normales, deberían estar ingresados al menos 24 horas.

"Tratan a los pacientes como ganado"

Asimismo, el centro médico les denunció por impagos hace un año y, antes del verano de 2021, dejaron de darles turnos quirúrgicos. Sus abogados les han trasladado que Man Medical Institute es "insolvente", por lo que no podrán, por el momento, ingresar el dinero que les deben. "Son auténticos delincuentes", afirman estas fuentes de la dirección del hospital. 

Los clientes descontentos con los que ha contactado EL PERIÓDICO DE ESPAÑA presentan después de la operación deterioros físicos y psicológicos. "Nos llegaron pacientes con infecciones posteriores a las cirugías por un mal seguimiento", recalcan desde el Hospital VOT.

"Son unos carniceros", refleja el letrado especializado en negligencias de este tipo, que ha conocido por sus investigaciones algunas de las prácticas de la compañía. El centro, a pesar de estar al tanto de sus historias, se niega a devolver el dinero cuando las afectadas han reclamado. En esta clínica, concluye este abogado, "no tratan a los pacientes como personas, sino como ganado".

En las operaciones estéticas, defiende el letrado de la compañía, los resultados "son un poco opinables", dado que "una persona puede pensar que no ha quedado como ella esperaba que debía quedar". "Cualquier persona que ha venido y que ha hecho alguna reclamación ha sido atendida. En las cuestiones de cirugía estética, el paciente puede creer que el resultado no es el que ella preveía y a veces incluso se ha hecho una reintervención para corregir lo que la paciente quería", agrega Durán. 

"No devolver un dinero que no es suyo es estafar y robar"

Las negligencias médicas no son las únicas prácticas cuestionables de la compañía. Más allá de los pacientes con destrozos físicos y secuelas psicológicas, Man Medical Institute también ha dejado tras de sí un amplio reguero de personas que han perdido su dinero. A principios de junio de 2021, María, interesada en una reducción de pecho, se puso en contacto con la empresa: "Vía WhatsApp, me solicitaron fotos y un vídeo para una valoración online gratuita", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Tras recibir el presupuesto, María acudió a su primera cita presencial con la asesora médica. "Más tarde me enteré de que no era cirujana ni médico, sino enfermera", señala. Allí, concertó una fecha para la operación dos semanas después y acordó realizar la transferencia de 5.200 euros al día siguiente. "Me hicieron pagar la operación completa, no hubo un porcentaje por adelantado para la reserva del quirófano", cuenta la afectada.

Desde la clínica le emplazaron a un primer contacto con el cirujano cinco días antes de la intervención. "Desde el principio me miraba con cara rara, muy dubitativo, diciendo que mi caso era muy complicado". Una reacción que contrastaba con la valoración inicial dada por la clínica. Sin embargo, el especialista le dijo que "nunca había operado algo así y que tenía que consultarlo con sus compañeros".

"Me consta que hay mucha gente a la que no han devuelto su dinero ni los gastos de desplazamiento"

— Abogado especializado en pacientes afectados por negligencias médicas

En ese momento, al ver dudar al médico, le "saltaron todas las alarmas". La clínica contactó con un cirujano experto en casos como el suyo para una segunda valoración. Pero, "al tratarse de un cirujano externo, el presupuesto cambiaba", le argumentaron. La empresa quería que abonase otros 2.500 euros, a lo que María se negó alegando que no era lo pactado. En respuesta, su asesora le dijo que iba a hablarlo con dirección para ver si podían ofrecerle algún descuento. "Esto ya parecía un regateo de mercadillo, y les rogué por favor que no quería continuar y que quería la devolución", afirma María.

A partir de ahí, "todo fueron largas, largas y más largas". La asesora desapareció del mapa y Woman Medical pasó a jugar al despiste: "Llamadas sin contestar, reseñas borradas, un único email respondido en el que me dicen que siguen trabajando en mi solicitud, una llamada en la que me piden paciencia...". Al final, obligada a recurrir a un abogado, María denuncia "que es una vergüenza que jueguen así con la salud, dinero e ilusión de las personas".

El caso de María resulta significativo, pero en absoluto es único. Tal y como explica el abogado especializado en pacientes afectados por negligencias médicas, se trata del "modus operandi habitual de esta compañía". Captan a los pacientes a través del diagnóstico online gratuito, que "es ilegal ya que no lo lleva a cabo personal médico ni se realizan las pruebas pertinentes". Les dicen que son aptos para la operación y que deben abonar el dinero por adelantado para no perder la oferta del momento. Después, cuando se presentan a la valoración presencial, el especialista de turno rechaza en diversas ocasiones a muchos de ellos por no ser válidos por criterios médicos: "Me consta que hay mucha gente a la que no han devuelto su dinero ni los gastos de desplazamiento", afirma el letrado.

Carlos, que encabeza a un grupo de pacientes afectados que se ha organizado a través de internet para reclamar, sufrió una situación parecida. En febrero de este año, iba a someterse a una liposucción de abdomen y flancos con esta empresa. Mientras esperaba a que le diesen una fecha para la operación, un reportaje de El Programa de Ana Rosa sacaba a la luz la historia de una paciente con graves secuelas físicas tras varias intervenciones. Al verlo, Carlos reconoció las instalaciones: se trataba de la clínica de Man Medical Institute situada en el número 18 de la calle Recoletos de Madrid, donde debían intervenirle.

Un espacio que, según la compañía, estaba cerrado por reformas, pero que el programa afirmaba que había sido "precintado después de recibir decenas de denuncias". La incertidumbre generada por esta información llevó a Carlos a echarse para atrás, cancelar la operación y solicitar un reembolso. A día de hoy, aún no ha recuperado su dinero, pero un juez ha admitido a trámite su demanda y está a punto de dictar sentencia ante la ausencia de respuesta de la empresa.

"Yo no tengo ninguna notificación de una demanda. A veces en la administración de Justicia se envía algo a una dirección equivocada y el juez sigue adelante pensando que era un procedimiento correcto", justifica el abogado de Man Medical Institute. "Si tuviera el nombre de esta persona me interesaría por él y trataría de darle una respuesta", añade.

"En esta empresa normalmente se ha actuado por contrato", señala el letrado. Una circunstancia que, en el caso de Carlos, es cierto que se cumple: en el acuerdo firmado con la compañía, tal y como ha podido confirmar este periódico, se estipula que si la cancelación de la cirugía se produce antes de 15 días de la fecha programada, Man Medical Institute "procederá a la devolución íntegra de la cantidad abonada".

"Riesgo grave e inminente para la salud"

Fuentes de la Consejería de Sanidad de Madrid han confirmado a este periódico que la suspensión de actividad, cierre y precintado de la clínica de Recoletos se realizó por "riesgo grave e inminente para la salud". Asimismo, han trasladado un escrito a la Fiscalía en relación con la custodia de los historiales clínicos. En estos momentos, el local se encuentra desmantelado y derruido, aunque sigue figurando en Google como un centro vinculado a la web de Man Medical Institute. Sin embargo, las fotos que aparecen no son de la clínica de Recoletos, sino de un banco de imágenes.

Apariencia de Clínica Recoletos, en el lugar en el que antes se encontraba una de las sedes de Man Medical, en Google Maps./ GOOGLE MAPS


Pese a todas las reclamaciones pendientes y los casos que van saliendo a la luz, la compañía sigue operando y captando personas impunemente. La clínica de Basílica, 20, donde se llevan a cabo las cirugías capilares, sigue abierta, y han derivado actividad a la Clínica Ordás, ubicada en C/ Padre Damián, 37, vinculada desde marzo a los mismos propietarios.

"Utilizan a la gente a base de mentiras y falsas promesas para enriquecerse", denuncia categóricamente el abogado. Un parecer compartido por todas las personas afectadas por su cuestionable forma de proceder y que condensa Marta cuando afirma que: "Tenemos pruebas más que suficientes de que esta gente solo sabe mentir, engañar y robar, porque no devolver un dinero que no es suyo, es estafar y robar".


*Todos los pacientes de Man Medical Institute que aparecen en este reportaje han sido renombrados por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA para salvaguardar su anonimato.