CASTILLA Y LEÓN

El laberinto de abortar en Zamora: "Tuve que irme a Valladolid porque aquí son objetores de conciencia"

Una paciente denuncia esta situación: “Me gustaría haberme sentido arropada hasta el final con el mismo equipo que siguió mi embarazo”

Interior de un quirófano donde se practican abortos.

Interior de un quirófano donde se practican abortos. / Cedida

B. Blanco García

Una zamorana denuncia el desagradable periplo que tienen que atravesar las mujeres en la provincia que, por motivos médicos, deban interrumpir su embarazo, puesto que la intervención se tiene que realizar fuera de Zamora. Ella ha sido una de las afectadas, ya que, después de un inicio de embarazo normal, a los tres meses comenzaron a detectarle al feto anomalías cromosómicas, con un alto riesgo para tres trisomías distintas.

“Casi un mes más tarde me dieron los resultados de otra prueba más específica, que arrojaba un alto riesgo de síndrome de Down, y quince días después, la amniocentesis, cuyo resultado tardó dos semanas”, relata. Ese resultado le confirmó una patología incompatible con la vida, así que la interrupción del embarazo se tuvo que hacer cuando estaba a punto de cumplir cinco meses de gestación.

Llegaba entonces un nuevo peregrinaje, el de la gestión de la intervención, más corto “pero bastante enrevesado: ir a la oficina de Atención al Usuario, hacer la PCR en el hospital de día, acudir a la Gerencia de Salud de Área para hablar con Inspección, desde donde se tramitaba la cita con una clínica de Valladolid. Regresar a Ginecología para sacarme sangre para las pruebas de coagulación que se necesita para la interrupción y regresar a la gerencia para terminar de tramitar los papeles”, resume.

Viaje a Valladolid

Lo de tener que viajar a Valladolid fue toda una sorpresa para esta paciente. “No sabía que todo el departamento de Ginecología en Zamora se declara objetor de conciencia, así que no podían realizarme el aborto aquí”, lamenta. “Bastante mal se pasa con todo este proceso después de tomar esta decisión tan terrible, así que me gustaría haberme sentido arropada hasta el final con el mismo equipo que había seguido mi embarazo, que fueron unos profesionales muy atentos”, reconoce.

Manifestación a favor del aborto.

Manifestación a favor del aborto.

En su caso, además, “como en el de tantas otras que habrá habido, no se trata de una decisión personal porque sí, sino que es producto de los resultados de unas pruebas que te aseguran que ese bebé es incompatible con la vida. No hay más opciones”, subraya.

Lejos de ser un hospital

Llegó “muy asustada” a ese centro de Valladolid, que no tenía las dimensiones que se esperaba de una clínica, sino que todo era mucho más pequeño. “Aunque, afortunadamente, todo salió bien al final, el sitio no me daba mucha seguridad, yo me esperaba algo más parecido a un hospital”, describe.

Antes del viaje a Valladolid, preguntó si al menos le harían en Zamora el seguimiento de después de la intervención y la respuesta fue afirmativa. “Pero la cita me la dieron para más de dos meses después”, fecha que considera demasiado larga para esta situación.

“Esta realidad se podría catalogar de violencia obstétrica”

A esta paciente no le gustaría que ninguna madre tuviera que pasar por este calvario y denuncia una situación “anacrónica” del sistema sanitario en Zamora. En Castilla y León, tan solo practica abortos dentro de la sanidad pública el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro, en Burgos. También tienen concierto con el Sacyl los centros privados de Multimédica y Clínica Mencía —ambos en Salamanca—, el Centro Ginecológico Buenavista en León y la Clínica Ginemédica de Valladolid.

“En Zamora no podemos seguir así, me parece incluso que se puede catalogar de violencia obstétrica, con todo lo que hemos pasado en este tiempo”, lamenta y espera que su denuncia sea el inicio de un camino hacia una atención más humana a las familias que tienen que pasar por el difícil trago de tomar la decisión de abortar.