Fernández Vara presenta a Extremadura como polo de atracción para la inversión

Fernández Vara destaca la apuesta de la región por las energías renovables en plena crisis energética y por las baterías de litio como nuevas vías de crecimiento

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, en el encuentro 'Extremadura, tierra de oportunidades'

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, en el encuentro 'Extremadura, tierra de oportunidades' / Alba Vigaray

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, aprovechó su intervención en el acto dedicado a Extremadura por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA para reivindicar a la región que preside como polo de atracción de inversiones empresariales. Su comunidad autónoma es, según recalcó en un acto celebrado en Madrid, la que tiene hoy en España una mayor potencia fotovoltaica instalada. «Si la revolución industrial tardó 150 años en llegar a Extremadura, no podíamos tardar otros 150 años en incorporarnos a la revolución industrial verde», señaló. Vara hizo hincapié en proyectos como el de la gigafactoría de baterías de litio que Acciona y el grupo industrial chino, Envision, proyectan en Navalmoral de la Mata, que estará operativa en 2025, y al interés de la empresa californiana Diamond Foundry por instalar en Trujillo una planta de fabricación de diamantes.  

El litio y el factor ferroviario

A lo largo de su intervención resaltó asimismo la estrategia extremeña en torno al litio, considerado esencial para la nueva movilidad y para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos. La región cuenta con dos de las mayores reservas del continente, una cerca de Cáceres y otra en Cañaveral. Sobre esta cuestión, el Consejo de Gobierno extremeño aprobó a finales de agosto un decreto-ley que garantiza que el tratamiento de estos recursos se realice, al menos en su primera fase, dentro de los límites de la comunidad autónoma.

Continuando con su relato estratégico, Vara subrayó como fortalezas para atraer a las empresas que Extremadura es una de las regiones con mayor seguridad ciudadana, con un acceso más fácil a la vivienda y con una administración más ágil. «La gente quiere sol, tierra y agua, paz social, estabilidad política y acompañamiento en la financiación, pero a Extremadura le faltaban las infraestructuras», aspecto en el que la autonomía ha avanzado en los últimos tiempos, según el presidente autonómico.

No faltó en su intervención un mensaje claro respecto a la transcendencia del ferrocarril como infraestructura que brinda oportunidades a las empresas y bienestar a los ciudadanos. La alta velocidad ferroviaria, que es ya una realidad desde que el pasado mes de julio se pusiera en servicio el primer tramo entre Plasencia y Badajoz, sigue despertando, no obstante, cierto malestar entre los extremeños, que urgen a culminar el AVE a Madrid.

El presidente de Extremadura se refirió, en este sentido, a «la deuda de la vergüenza que tiene España con Extremadura» y confesó que le produce «un profundo dolor que se haya jugado con nuestra tierra».

Destacó asimismo que no todos los gobiernos se han implicado por igual, y puso en valor que en los últimos seis años se hayan invertido 1.700 millones de euros para hacer realidad la primera fase de la línea de alta velocidad. Fernández Vara considera importante, en el capítulo logístico, no solo que el AVE llegue a su comunidad sino también que «los productos de las empresas extremeñas puedan llegar lo antes posible a todos los puertos de la península ibérica, incluido el de Lisboa el año que viene». «De ahí que se decidiera que la alta velocidad extremeña fuera mixta, para pasajeros y mercancías. Sabíamos que perdíamos 100 kilómetros por hora por el camino, pero éramos conscientes de ello”, recalcó.

El reto de la inmigración

El presidente extremeño explicó que un día, escuchando un programa de radio, contaron como noticia que el grado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de Extremadura se había «colado por sorpresa» entre los cien primeros del mundo en el ranking de Shanghái. Aquella expresión le soliviantó, llamó para entrar incluso en antena y no lo consiguió. «Ese desprecio a Extremadura se lo van a meter por el culo», dijo visiblemente enfadado. «Se van a terminar las sorpresas porque, a partir de ahora, va a ser costumbre. La gente debe ver convertido todo su esfuerzo en resultados», añadió para asegurar después que su objetivo, como presidente autonómico, es que Extremadura deje de estar por debajo de la media del PIB en la Unión Europea.