ZAMORA

Gastó 300.000 euros en comprar Bitcoins y creía haber ganado más de dos millones, pero era una estafa

La aplicación a la que entraba el perjudicado, una plataforma falseada cuyo enlace le facilitó el supuesto 'broker', le llevaba a creer que había obtenido una importante suma de beneficios

Un cajero automático de Barcelona en el que se puede operar con bitcoin.

Un cajero automático de Barcelona en el que se puede operar con bitcoin.

Susana Arizaga

La compleja investigación de una estafa de más de 300.000 euros a un zamorano que creía estar comprando bitcoins a buen precio ha llevado a la jueza que investiga el caso a seguir la pista de los delincuentes hasta China y otros países de Europa, al sospechar que allí podrían estar radicados los delincuentes que idearon el engaño.

El zamorano llegó a creer que había ganado más de dos millones de euros con la revalorización de las criptomonedas que había comprado, así lo reflejaba la plataforma de Internet falseada de inversión cuyo enlace le había facilitado el supuesto broker con el que había contactado por teléfono. Llamadas que, tras la denuncia, resultaron haberse efectuado desde un país diferente al indicado por el supuesto experto en finanza digital.

La estafa no es complicada en cuanto al sistema que utiliza la red criminal, siempre radicada en terceros países, grupos organizados que llevan a la víctima hasta una plataforma, una página web, desde la que simulan el incremento de las inversiones que supuestamente ha hecho en bitcoins el inversor, quien pierde todos los euros destinados a esas operaciones sucesivas de adquisición de bitcoins u otras de las muchísimas monedas digitales que existen, cuyo número se va incrementando cada día.

La aplicación a la que entraba el perjudicado le llevaba a creer que había obtenido una importante suma de beneficios y cuando quiso hacer efectivo parte de los mismo fue topándose con excusas que no cesaron a pesar de su insistencia. Le indicaron que no se podía acceder al dinero por diferentes causas, lo que llevó al zamorano a sospechar y denunciar.

El hombre había facilitado a los delincuentes el acceso a su propio ordenador al permitir que le montaran un programa informático desde el que el poder realizar el movimiento de sus inversiones, tarea que dejaba en manos del supuesto broker, “trading” en el argot del ámbito de la criptomoneda. Desde su equipo informático pudieron instalar un sistema que les abrió la puerta de las finanzas del zamorano, manejaban su dinero sin que él se percatara, ya que en la página web a la que accedía solo veía lo que los delincuentes querían que viera, datos incremento de inversión totalmente falseados.

Más inversiones

A través de esos programas o softwares, los estafadores manejan el ordenador, le dan de alta en una plataforma falsa, es decir, una página web, con usuario y contraseña que les permite consultar las supuestas ganancias, los movimientos que van teniendo, el valor de las criptomonedas en el mercado financiero en el que arriesgan su dinero.

El experto fue recomendándole hacer nuevas inversiones en base a una tabla de subida de la moneda digital que era totalmente ficticia. Los escasos o nulos conocimientos que el estafado tenía permitieron a la organización hacer y deshacer sin que su estrategia fuera descubierta hasta que llegó el momento en el que el hombre quiso convertir en euros las criptomonedas.

Los estafadores contactan con la víctima haciéndose pasar por brokers de banca digital con la promesa de grandes beneficios

Los delincuentes piden documentación personal a la víctima que usan para abrir cuentas a su nombre sin su conocimiento desde las que hace desaparecer el dinero en euros. Esta práctica dificulta la investigación porque la organización criminal maneja las cuentas de las que el titular suele ser el estafado.

Las pesquisas iniciadas en el Juzgado de Zamora han dirigido a la Unidad de Delitos Tecnológicos hasta el país asiático y otros del este de Europa, supuestamente donde está la sede, a donde la magistrada ha solicitado información a las autoridades competentes sobre determinados datos que podrían ofrecer alguna pista para tratar de acotar el área desde el que actúa la red que habría captado al inversor zamorano.

Falsa identidad

La jueza está a la espera de obtener la respuesta para poder completar la investigación e intentar localizar a los estafadores, quienes facilitan nombres falsos, sin ninguna documentación que pueda identificarles. Se ganan la confianza de quien está dispuesto a invertir en la moneda digital, a introducirse en una “banca” que no tiene ningún tipo de control por parte de ningún organismo de valores, ni normas que lo regule y pueda frenar la cascada de estafas.

De hecho, la técnica para captar a sus “clientes” es la que siempre han usado los estafadores, mostrar un lado humano, establecer una relación en la que dan muestras de interés por la vida privada de quien acaba sin euros y sin criptomonedas. En algunas ocasiones, la red, una vez que la víctima ha descubierto el engaño, se hace pasar por un bufete de abogados para recuperar el dinero que se ha perdido en la estafa.

Se aconseja desconfiar de quien llama por teléfono o contacta por redes sociales para ofrecer importantes beneficios a cambio de un negocio rentable, detrás siempre suele haber una estafa segura. Esas operaciones deben hacerse a través de bancos o entidades financieras, o de expertos acreditados como tal oficialmente.