INCENDIOS FORESTALES

Una noche sin dormir pendientes del infierno en Galicia

Vecinos y brigadas vigilaron el monte y guiaban a las motobombas para cargar agua

Un niño de 9 años hizo la maleta mientras sus padres luchaban contra las llamas y su hermana lo calmaba a través del móvil

Una brigada enfría el monte de de Meira próximo a casas.

Una brigada enfría el monte de de Meira próximo a casas. / Pablo Hernández

Juan Calvo

Dormir se hacía difícil. Había aún muchas zonas calientes y el monte seguía echando humo. De repente ardía un árbol en un lado y otro en un sitio diferente. Demasiado fue el susto de la tarde del lunes como para relajarse ahora que se había conseguido contener el fuego en un esfuerzo heroico por parte de los vecinos y personal de extinción de incendios. Así que fueron muchos los que montaron guardia, los que acompañaban a los brigadistas, los que guiaban por esos caminos estrechos e infernales a las motobombas para que cargaran agua en medio de una noche con olor a quemado, con el humo introduciéndose en sus pulmones. El calor en el monte de Meira aún era grande. La lucha por enfriarlo era la consigna de las brigadas forestales de Medio Rural y también de la colaboración de comunidades de montes y Protección Civil de Cangas, que había sido mandada a la zona por la tarde para atacar el flanco norte que estaba pegado a la autovía y que se quedó hasta las 00.30 horas en tareas de enfriamiento.

La casa de sus padres en lugar de O Caeiro estuvo a punto de ser devorada por las llamas en la tarde del lunes. Su familia había estado realmente en peligro como para ahora pegar ojo. El humo continuaba y había pequeños focos que aún resistían al ataque e los medios aéreos. Se temía a la pleamar, que siempre levanta viento y no se sabe lo que puede pasar. Así que nada de dormir. 

Desde el transporte marítimo ya se apreciaba el incendio, que se veía como crecía con enorme rapidez. Ana Gil fue recogida por un familiar de la estación de pasaje y de inmediato llamó a sus padres. Ellos, al principio le aseguraban que era niebla, pero poco después ya estaban con las mangueras apagando el fuego que amenazaba su vivienda. Su hermana le decía que metiera la cabeza en el congelador, que le iba a ayudar. Martín Gil es un niño asmático que debía de estar al resguardo del humo sofocante que intentaba entrar en casa por todos los lados. Ana logró su propósito de tranquilizar al muchacho y una prima se encargó de él. La labor de los vecinos ayudó a alejar las llamas de las inmediaciones de la casa y a tranquilizar una situación de estrés y pánico gracias también a las intervenciones de los medios aéreos, que demostraban su eficacia. Comenta Ana Gil que “todos inhalamos humo, pero nadie tuvo que ser atendido por los sanitarios”.

Asegura que se vivieron momentos muy tensos. “Relata que el portal fue cortado por una radial para dejar paso a los hombres y mujeres que trabajaban en la extinción. “Era una finca donde la maleza alcanzaba los 4 metros de altura”. Ana Gil no se cansa de dar gracias a los vecinos, medios de extinción y políticos que acudieron hasta la zona. “Más de mil personas estaba en mi casa con cubos, tinas, hachas y lo que hiciera falta. Fue muy emocionante y doy las gracias a todo el pueblo. Ella toca en la banda de música, pero ya avisó que no tenía intención de acudir al concierto con motivo de las Fiestas de Meira, que empezaban el martes.

Orlando Rúa, de Fonte da Tella, otro de los lugares de Meira más afectados por el incendio, estaba en un supermercado de Moaña cuando se declaró el fuego. “Vi una pequeña hoguera y ya de inmediato me avisaron por teléfono. En menos de 15 minutos el fuego corrió 3 kilómetros. Cuando llegué a Fonte da Tella vi como el fuego se aproximaba a las viviendas que están delante de la mía. El despliegue vecinal fue emocionante. Hicieron cortafuegos y había cadenas humanas pasando calderos de agua para luchar contra las llamas. Pero los medios de extinción fueron la clave. Sin su ayuda hubiese sido imposible”.

Orlando Rúa manifiesta que estuvo en el monte hasta media noche, que después se marchó a cenar y a descansar un poco y regresó a la zona cero a las 03.30. Ahí ya se dio cuenta que más o menos estaba todo controlado. Ya suspiró más hondo.

Un gobierno en vigilia

Medio Rural hacía oficial el martes por la mañana que el incendio ya no estaba en alerta 2, al finalizar el peligro para los núcleos de población. Aseguraba que la extinción de este incendio que quemó 20 hectáreas de arbolado evolucionaba favorablemente y se trabajaba en enfriar los puntos calientes. Hacía oficial también el dispositivo puesto en marcha: 10 agentes forestales, 27 brigadas, 22 motobombas 8 aviones y 5 helicópteros.

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, se felicitaba por la colaboración que hubo entre las distintas administraciones: Concello, Diputación de Pontevedra y la Consellería de Medio Rural. Asegura que fue fundamental para la extinción del incendio forestal de Meira. Comenta que los medios de extinción realizaron una labor magnífica y evitaron que el fuego saltara a la autovía, porque de hacerlo, según señala la regidora, llegaría a Moaña.

En esta colaboración que se tuvo en el operativo, menciona también la participación de los socorristas de Moaña, que ayudaron a la Guardia Civil del Mar en las tareas de facilitar la toma de agua por parte de los medios aéreos. La alcaldesa, la concejal de Servicios Marta Freire y los ediles Odilo Barreiro y Daniel Costa, en compañía de la Policía Local, estuvieron hasta cerca de las 03.00 horas recorriendo los sederos del montes, visitando las casas, hablando con los miembros de las brigadas, guiando también a las motobombas por esos estrechos caminos de monte para repostar agua.

Leticia Santos quiere destacar la colaboración de las tres comunidades de montes, la de Domaio, Meira y Moaña, que pusieron al alcance de todos medios como tractores para ayudar a sofocar el fuego. En la zona de Meira se había hecho una labor importante para retirar eucaliptos y repoblar con especies autóctonas.

En cansancio se hacía notar en el rostro de la alcaldesa, que ya renunciaba prácticamente a estar presente en las fiestas de Meira, que curiosamente empezaban ayer. Que la causa del incendio fuese que saltara una chispa en un desbroce cobraba ayer más verosimilitud, por los comentarios que fueron surgiendo en las tareas de extinción.