EL PROYECTO MIDCAT

El Midcat, el resucitado proyecto para convertir a España en un gran 'hub' de suministro de gas en Europa

España y Alemania presionan a Francia para desbloquear la construcción de este gasoducto que permitiría transportar gas desde España al resto de Europa

Gasoducto Argelia

Gasoducto Argelia / EMPL

Héctor González

Héctor González

El problema de suministro del gas en Europa es uno de los grandes protagonistas de la actualidad política. Frente a la necesidad de reducir drásticamente la dependencia del gas ruso, España y Alemania quieren impulsar de nuevo el Midcat, el proyecto de conexión gasística de España con el resto de la Unión Europea (UE). Los gobiernos de España y Alemania, junto con Portugal, están presionando intensamente a Francia para que desbloquee su construcción.

Esta infraestructura, paralizada en 2019, permitiría redistribuir el gas almacenado fuera de nuestras fronteras, convirtiendo así a España en el principal proveedor europeo de gas. Y es que el papel de España se presenta clave para suministrar gas a los países europeos del norte y hay tres horizontes posibles a corto y medio plazo: un compresor que pueda aumentar el gas hasta un 30%, aprovechar la logística con barcos metaneros en el Mediterráneo y el proyecto de un gasoducto que podría estar listo hasta el sur de Francia en ocho o nueve meses, según la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

¿Qué es el Midcat?

El Midcat es un gasoducto diseñado para reconducir el gas almacenado en España, procedente de Argelia, a otros países de la UE a través de los Pirineos. Fue paralizado en 2019 por lo costoso y complejo del proyecto en un momento en el que el gas ruso resultaba una opción mucho más barata y accesible. Sin embargo, la guerra de Ucrania y los problemas de desabastecimiento han vuelto a poner el proyecto encima de la mesa.

La compañía Enagás ha previsto la ejecución de un nuevo trazado, similar al anterior, a fin de proveer de gas hasta Francia. Además, este nuevo gasoducto serviría también para el transporte de hidrógeno renovable. En cualquier caso, el Gobierno español insiste en que este proyecto debe ser pagado con dinero europeo, servir para transportar gases renovables y contar con el beneplácito de Francia, para que el país de Emmanuel Macron de continuación al tubo hacia el resto de Europa.

¿Cuánto costaría el nuevo trazado?

La inversión total prevista se estima en unos 370 millones de euros para la parte del trazado español. De ellos, 225 millones de euros estarán destinados a los conductos en sí y el resto, 145 millones, para una estación de comprensión específica para hidrógeno renovable.

Su capacidad estimada de conducción, tanto de gas como de hidrógeno renovable, sería de 7.000 millones de metros cúbicos (bcm), una cantidad similar a los otros dos gasoductos ya operativos e interconectados con Francia (8.000 cm): Irún (Guipúzcoa) y Larrau (Navarra). De este modo, España, gracias a esta infraestructura y a su capacidad de almacenaje, se convertiría en un gran 'hub' de suministro de gas en el sur de Europa y dotaría de más autonomía energética al continente.

¿Cuál es la postura de Francia?

Francia está dispuesta ahora, al menos, a estudiar la opción de un gasoducto con España, a través de los Pirineos. Después de mantenerse en su 'no' a la opción de reactivar el Midcat como primer paso para una conexión gasista desde la Península Ibérica a Europa Central, el Gobierno francés se muestra ahora dispuesto a examinar esa posibilidad porque se lo piden el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que son "amigos".

Este es el sorprendente anuncio que ha hecho este martes el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, tras su intervención ante la universidad de verano de la patronal francesa (Medef) en París: "España y Alemania -reiteró Le Maire- son socios muy próximos de Francia, de forma que cuando hacen una propuesta la examinamos".

El 'plan B': un gasoducto submarino entre España e Italia

Ante la posibilidad de que Francia no cambie de postura, el presidente Pedro Sánchez y varios de sus ministros han dado alas a un plan alternativo. "Si no sale adelante el plan A, habrá que buscar el plan B", advirtió Sánchez esta semana. Y el plan B pasa por construir un gasoducto submarino entre España y el norte de Italia, y desde allí suministrarlo al resto de Europa.

A falta de conocerse los detalles definitivos del informe, las estimaciones iniciales contemplan inversiones conjuntas por unos 3.000 millones de euros para construir un tubo submarino de cerca de 800 kilómetros, que podría estar operativo en 2028 y que pasaría a utilizarse para transportar hidrógeno verde en 2039.

El tubo tendría una capacidad para transportar 10.000 millones de metros cúbicos de gas (10 bcm) al año, con posibilidad de elevarlo hasta 15.000, con lo que España duplicaría o incluso triplicaría su capacidad de exportación actual por tubo.

¿Cuáles son las otras opciones de España para transportar gas a Europa?

Aparte del relanzamiento del Midcat, a corto plazo, el plan del Gobierno pasa por aprovechar la infraestructura ya presente: los dos gasoductos que existen en el País Vasco y la posibilidad del transporte mediante barcos metaneros en el Mediterráneo.

Los dos gasoductos que pasan desde España al otro lado de los Pirineos tienen una capacidad de 8.000 millones de metros cúbicos anuales, y la intención del Gobierno de España es que con un compresor se aumente el suministro hasta en un 30%.

También llevar el gas a través de metaneros para el mes de diciembre. Una mejora de las instalaciones y de la coordinación para aprovechar los barcos metaneros a través de una regasificadora y tener todos los recursos en marcha en el Mediterráneo.