MULTAS DE TRÁFICO

¿A qué velocidad puedo circular sin que me multen?

La DGT ha señalado en Twitter cuál es el máximo de velocidad al que se puede circular sin ser multado

Un radar.

Un radar. / EFE

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Una de las multas de tráfico más temidas por los conductores es que les pille un radar pasando el límite de velocidad permitido. Sabemos que los radares no saltan justo cuando se rebasa dicho límite, es decir, que si en un tramo está limitado a 120 km/h, el radar no va a multarte si vas a 121.

No obstante, sí hay una velocidad o franja a partir de la cual saltan estos dispositivos. Así pues, esta es la velocidad exacta a partir de la cual los radares pueden multarte.

A esta velocidad multa un radar

Obviamente, no es lo mismo pasar en 10 km/h la velocidad permitida en una autovía, limitada a 120 km/h, que en una vía urbana cuya máximo se sitúa en 50 km/h. Es por esto por lo que el límite por el que se activan los radares, no se mide en velocidad como tal, sino en porcentaje de la misma. De esta forma, se establece el mismo umbral de tolerancia para todas las velocidades.

La regla del 7

Y es que, la propia Dirección General de Tráfico (DGT) ha revelado en su cuenta de Twitter el umbral a partir del cuál comienza a multar a los conductores que sobrepasan el límite de velocidad permitido. El cálculo se realiza a través de la conocida como "regla del 7", o "regla del 7%", ya que un radar nos multará si superamos en un 7% la velocidad máxima permitida en la vía.

De esta forma, en una carretera convencional de límite 100 km/h, la sanción será si alcanzamos o superamos los 109 km/h, en una autovía o autopista, cuyo máximo permitido es 120, será de 131,. Sin embargo, para velocidad inferiores a los 100 km/h, el dispositivo saltará si se superan los 7 km/h de velocidad permitida, por lo que en una vía urbana de 50, las multas podrán producirse a partir de los 58 km/h y en los tramos de 80 lo harán a los 88 km/h.

Según la propia DGT, se pasa de los 7 km/h al 7% ya que, a velocidades inferiores a 100 km/h es complicado que el conductor conozca a qué velocidad exacta circula, por lo que el margen de error es demasiado pequeño si no se cuenta con un velocímetro digital.