NATURALEZA

De 'Noumealla oviedo' a 'Paradoris aviles': el catedrático que dedica a Asturias las especies de moluscos que descubre

Oviedo, Tapia, Siero, Langreo, Avilés y Castropol, entre las denominaciones de los descubrimientos del catedrático Jesús Ortea

El investigador, con más de cuarenta años de carrera y 914 especies descubiertas, ya había dedicado algunas a Quini, Margarita Salas y José María García

Estas son las nuevas especies de moluscos descubiertas por Jesús Ortea.

Estas son las nuevas especies de moluscos descubiertas por Jesús Ortea. / LNE

T. P.

Seis nuevas especies de moluscos marinos, descubiertas por el investigador asturiano Jesús Ortea, han sido dedicadas a seis concejos del

Principado de Asturias

: Oviedo, Tapia, Siero, Langreo, Avilés y Castropol. Procedencia: una del Caribe de México, dos de las islas Canarias (Lanzarote y Tenerife) y tres de las islas de Cabo Verde, dos de la isla de Sal y una de la de Santiago. Ortea bate récords científicos: nacido en Noreña en 1951, el catedrático de Zoología jubilado de la Universidad de Oviedo tiene más de 500 artículos. Son más de cuarenta años de carrera y supera ya con creces las 914 especies nuevas, entre las que figuran las dedicadas a Margarita Salas, José María García y Quini.

Su intención es "dar visibilidad a los concejos de Asturias con la dedicatoria de nuevas especies, en un momento en el que prima la extinción en la Naturaleza (pandemias, olas de calor, guerras, incendios...) frente a su expansión".

El proyecto Una especie un Concejo pretende "llamar la atención sobre lo que aún queda por descubrir en el medio marino y lo que se extingue sin llegar a ser descubierto, especialmente en los frágiles ecosistemas tropicales hábitat de numerosas criaturas sin nombre, seres anónimos de pequeño tamaño, como son algunas de las nuevas especies que se proponen".

En esta primera fase, a la hora de seleccionar el concejo y su especie dedicada, "se dejó todo al azar. Una noticia de prensa, como el centenario de la biblioteca de Castropol, sirvió para dedicarle su especie, colectada en la isla de Santiago, en pleno año jacobeo; sirvió para despertar los recuerdos de la participación del autor en los inicios del cultivo de ostras en la ensenada de La Linera y la oportunidad de incluir esas vivencias en el manuscrito con la descripción de la especie; una mezcla de ciencia, historia y periodismo".

La aparición en escena del Heraldo de La Balesquida pidiendo permiso "para celebrar el Martes de Campo en Oviedo fue el detonante para dedicarle una especie al concejo y a su capital, un animal bello, esbelto, elegante, como la ciudad, y casi blanco; la segunda especie atlántica del genero ‘Noumeaella’, confinado hasta ahora al mar Caribe. No había especies azules en nuestro almacén de moluscos anónimos, el blanco fue una solución para Oviedo por todo lo que supone ese color para la ciudad. ‘Noumeaella oviedo’, con un encaje blanco níveo superpuesto al tono rosado del cuerpo es una obra de arte viva, un nuevo animal con un singular comportamiento defensivo, escupe, literalmente, por las papilas del cuerpo, las células urticantes de los hidrozoos que ha comido y que ha reciclado para defenderse con ellas de sus depredadores".

Una pequeña babosa de color rojo, hallada en Lanzarote, con el aspecto de una tabla de surf, "fue la inspiración para nombrar la especie dedicada a Tapia, ‘Runcina tapia’, cuna del surf en Asturias y otra del mismo género, recolectada en Tenerife, negra como el carbón, pero roja por dentro sirvió para honrar el espíritu minero dedicándosela a Langreo".

La especie dedicada al concejo de Avilés, explica Ortea, es "una cúpula viva de color terracota que se puede volver blanca, como un pequeño Niemeyer; solo en otra especie conocida de estos animales ha sido descrita la capacidad de cambiar de color, ‘Jorunna davidboviei’, del mar Caribe. ‘Paradoris aviles’ fue hallada en la isla de Sal, Cabo Verde, bajo las piedras que cubrían los restos de un carguero de chapa arrojado a la costa por el oleaje, una chapa que bien podía haber tenido su origen en la acería avilesina".

Por último, la especie dedicada a Siero es "un reconocimiento al esfuerzo medioambiental del concejo, los murales en las calles de sus pueblos, las sendas, el Siero verde, plantando árboles de gran porte en sus parques. ‘Jensenneria siero’, la especie dedicada, no puede ser más verde, pertenece a un grupo de animales que se alimentan de algas, cuyas paredes perforan con unos dientes en forma de punzones que ellos mismos fabrican y reciclan; almacenan en sus tejidos los cloroplastos de las algas, que continúan siendo funcionales, realizando la fotosíntesis y su riñón es de acumulación, almacenado los desechos en las papilas del cuerpo, que son autotomizadas cuando están sobrecargadas de ácido úrico".