INCENDIOS

Los bomberos denuncian la precariedad con la que trabajan: "12 horas frente al fuego por 1.000 euros al mes"

Los brigadistas exigen que los retenes se mantengan en invierno, que se reconozca su categoría profesional y se igualen sus condiciones, mediante un estatuto, en toda España

Bombero forestal en un incendio forestal declarado a las afueras de la ciudad de Ourense.

Bombero forestal en un incendio forestal declarado a las afueras de la ciudad de Ourense. / EFE/Brais Lorenzo

Patricia Martín

Patricia Martín

España arde por los cuatro costados, con incendios que sorprenden incluso a los expertos, por su virulencia, su capacidad de generar sus propias condiciones meteorológicas y la imposibilidad de apagarlos a la antigua usanza, aunque se empleen todos los medios disponibles. Ya se han quemado cerca de 200.000 hectáreas y la situación puede empeorar en los próximos días, dado que las temperaturas apenas dan tregua.

Ante esta tesitura, los bomberos forestales, unos 25.000 efectivos en todo el país, se están movilizando para exigir que, de una vez por todas, se invierta en prevención y en mejorar las condiciones laborales de un colectivo en su mayoría precarizado, que se juega la vida por salvar los montes y los pueblos y urbanizaciones circundantes, a cambio de muy poco y en condiciones muy duras.

"Podemos trabajar hasta 12 horas ante el fuego por apenas 1.000 euros al mes", denuncia Carlos Martín, bombero con contrato temporal en

Castilla y León

desde hace siete años. Trabaja los tres meses de verano y luego "a la calle". Y es que una de las comunidades autónomas con más hectáreas calcinadas ha hecho, hasta ahora, oídos sordos a la máxima de los incendios se apagan en invierno, pese a las reiteradas peticiones por parte de los bomberos y especialistas.

El gasto en prevención

En Castilla y León, el 80% de los operativos que integran las brigadas es despedido en los meses de invierno, lo que impide limpiar los bosques, hacer cortafuegos y, en definitiva, una correcta prevención para que los incendios que puedan provocarse de forma espontánea -o intencionada- en verano no se conviertan en auténticos tsunamis de fuego.

Y eso pese a que el "gasto en prevención es inferior al de extinción", según expone Martín, dado que se calcula que extinguir un fuego tiene un coste de 5.000 euros por hectárea. "Como en Zamora han ardido 30.000, con los miles de euros invertidos se podría mantener el operativo todo el año", subraya. Por ello, este bombero ha iniciado una petición en charge.org en la que reclama "la continuidad de los bomberos forestales todo el año ya", que ha sido apoyada por más de 180.000 personas.

Material y formación

En su petición denuncia, además, que algunos gobiernos regionales "están poniendo en peligro nuestros bosques y nuestras vidas" dado que proporcionan a los retenes material "antiguo e inadecuado", a lo que se suma la escasa formación que se ofrece a los recién llegados a los bosques: en Castilla y León se imparte un curso de apenas 16 horas, que renuevan cada cinco años aquellos que deciden repetir y no buscan trabajo en otro sitio más seguro y mejor pagado.

La situación no es tan pésima y precaria en otras comunidades autónomas. Pero, precisamente para que la lucha contra los incendios no dependa de cada territorio, los bomberos forestales llevan años reclamando un reconocimiento unánime de su categoría profesional y que se apruebe un Estatuto que iguale la situación y establezca unos mínimos en cuanto a formación, equipamiento, condiciones de seguridad, tiempos máximo de trabajo, salario o edad de jubilación en toda España.

Categoría profesional

La categoría profesional de bombero forestal fue creada en 2011 pero solo se aplica en algunas autonomías, entre las que no se encuentran Catalunya o Madrid. El no reconocimiento implica que, en ocasiones, se contrate a los brigadistas como peones, conductores, etc. pero no como bomberos forestales, lo que a su vez provoca que no se les reconozca las enfermedades propias de una actividad tan peligrosa ni ciertos pluses como toxicidad o nocturnidad, que les permitirían una jubilación más temprana.

"No es normal que un compañero con 62 años, como el que ha perdido la vida en Zamora, esté trabajando a pie de llama, cuando hay chavales que están deseando trabajar", reflexiona José Manuel Alonso, que en 2020 inició otra petición para que se reconozca la categoría profesional de los bomberos forestales en la misma web de recogida de firmas, en nombre de la Plataforma de Asociaciones y Sindicatos de Bomberos Forestales, que cuenta con más de 300.000 apoyos.

El Estatuto y la ley básica

En cuanto al Estatuto Básico del Bombero Forestal, la primera propuesta legal se presentó en 2018, en 2019 se votó a favor en el Senado pero decayó porque se acabó la legislatura y el Gobierno de coalición ha retomado la idea -tras someterlo a audiencia pública-, como respuesta a la actual ola de incendios.

De hecho, esta semana se ha reunido el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, con los principales sindicatos y se ha comprometido a llevar al Parlamento, en el próximo periodo de sesiones, tanto el Estatuto como una ley básica de agentes medioambientales. En el encuentro, el Ejecutivo garantizó que presentará el Estatuto a las comunidades autónomas a finales de julio, para intercambiar posturas y que las autonomías puedan hacer sus propias aportaciones.

Y CSIF, CCOO y UGT le pidieron que lo tramite por "vía de urgencia", ya que el Estatuto es un compromiso de legislatura, incluido en el acuerdo de coalición, "que tenía que haberse presentado hace tiempo".

El horizonte de los bomberos es que en todas las autonomías se proceda como en Galicia, que está haciendo funcionarios a todos aquellos brigadistas que superan una prueba.