LIMÓN & VINAGRE

Victoria Federica, la influencer a su pesar que ahora triunfa en bikini

La chica delgada, tímida y cabizbaja que se alojaba en el Palacio de Marivent, a una distancia prudencial de la familia de su tío el rey, ha eclosionado y mutado en una sofisticada prescriptora de tendencias. Ahora posa en bikini y las redes se revolucionan.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón en Limón&Vinagre.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón en Limón&Vinagre. / EPE

Pilar Garcés

Pilar Garcés

La quinta persona en la línea de sucesión al trono de España reina en todas las fiestas y sus photocalls. En todas a las que desea asistir, ella manda. Victoria Federica de Marichalar y Borbón, hija menor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, se ha quitado el nombre de la bisabuela en sus redes sociales, y sus íntimos la llaman Vic. Fuera lastres para la joven deseosa de vivir su época y no la de las ramas superiores de su ilustre árbol genealógico.

A los 21 años se la rifan en el proceloso mundo de la moda, dejando muy claro que ha nacido una estrella. Inesperada, además. La chica delgada, tímida y cabizbaja que acudía junto a sus primos Urdangarin de Borbón a clases de vela en Mallorca por orden y gusto de su abuela Sofía de Grecia, y se alojaba en el Palacio de Marivent, a una distancia prudencial de la familia de su tío el rey, ha eclosionado y mutado en una sofisticada prescriptora de tendencias. Ahora posa en bikini y las redes se revolucionan. Recibe docenas de miles de me gusta de cada estilismo que publica con otros lacónicos "Preparada para esta noche" o "Cita especial con Dior". Nada que ver con las modosas primas de la Zarzuela que van de Zara al ballet.

Protagonizó en abril su primera portada en papel couché con un amplio reportaje para la revista Elle en el que posaba con grandes marcas, con el precursor titular 'Victoria Federica salta al ruedo' sobre una foto de reminiscencias flamencas. "Quiero mostrarme ante la gente para que me vean tal cual soy, porque la imagen que se difunde de mí no es la verdadera, tengo las mismas inquietudes que cualquier chica de mi edad", era su declaración de intenciones para descorchar su nueva vida, en un outing que incluyó hacer pública su cuenta de Instagram (199.000 seguidores y subiendo). Con el concepto equivocado que se tiene de ella tal vez se refiriera al relato de sus andanzas en las noches madrileña y sevillana, a sus amistades con toreros y su noviazgo con el DJ Jorge Bárcenas (nada que ver con el extesorero Luis Bárcenas), que parece estar en pausa en la actualidad. 

La chica sigue la estela marchosa/ociosa de su hermano, el simpar Froilán, aunque asegura que acude a la iglesia con sus amigos y se declara fervorosa creyente. Adora a Felipe Juan Froilán, siempre dispuesto para una farra (con tiroteo incluido si se tercia, como en Marbella) o para envolverse en una bandera rojigualda a la derecha de la derecha si la ocasión lo requiere. Él también reniega del patronímico revelador de su sangre azul y prefiere que le llamen Felipe o Pipe. Pero esto es España, y se seguirá conociendo a ambos excelentísimos como Federica y Froilán.

Con su abuelo por parte de madre en el ojo del huracán por la investigación judicial de su fortuna procedente de dádivas y comisiones y las sucesivas indagaciones de Hacienda, el rey emérito autoexiliado en Abu Dabi ha tenido en Victoria Federica una defensora sin complejos. Una portavoz oficiosa mientras el resto de la familia callaba, por el bien de Felipe VI y sus esfuerzos para proteger a la monarquía. "Solo quiero que se valore lo que mi abuelo ha hecho por este país. Es mi persona favorita del mundo. A nivel personal es un referente, como para cualquier persona lo es su abuelo, eso es obvio, y le considero mi segundo padre, pero también para mucha gente en España ha sido importante, y lo sé porque se acercan para decírmelo". Por él lleva tatuado un velero en el tobillo, aunque asegura que su mejor recuerdo con Juan Carlos I es una tarde en los toros. La afición por la fiesta nacional que horroriza a su vegetariana abuela Sofía le viene de su madre, también asidua a las plazas. El gusto por el glamour, sin embargo, es herencia paterna. Siempre atildado, Jaime de Marichalar frecuentaba las pasarelas que ahora pisa con garbo su benjamina, que se hizo un selfi con Rihanna en el desfile de Dior de la última Semana de la Moda de París. 

Mucho más abajo en la escala de la elegancia se encuentra la última celebridad con quien se le ha fotografiado, Omar Montes, ex Mujeres y hombres, ex de Isa Pantoja, otra dinastía que entretiene a los súbditos de la telerrealidad. Con él se ha paseado de fiesta por Badajoz, marcándose un baile con el abuelo del cantante en un corro de palmas que hizo recordar a la mismísima duquesa de Alba. No deja de sorprender la it girl que reniega de esa etiqueta, aunque sus posados y recomendaciones de artículos carísimos en poses en las que evita sonreír digan lo contrario. "No quiero ser influencer, aunque es un trabajo que respeto mucho. Quizás sí me sienta cómoda siendo alguien influyente". Para ello se prepara estudiando marketing y comunicación en un centro americano privado en Madrid, a más de 19.000 euros el curso y para el que no hace falta Selectividad. Como cualquier chica de su edad, pero con privilegios de serie.