POR LA OLA DE CALOR

España tendrá la peor cosecha de cereal cuando el precio batía récords: "Repercutirá en el consumidor"

La ola de calor de finales de mayo asoló los cultivos de trigo y cebada de Castilla y León, considerado el granero de España

Se está empezando a cosechar en esa comunidad y se espera que la bajada de la producción ronde el 40%

Debido a la guerra de Ucrania, el precio se había disparado: se pagaba casi al doble que en 2021

"A algunos no les va a llegar ni para pagar la cosechadora", advierten en el sector, que lamenta el pinchazo en un año clave

Una cosechadora, en un campo de cultivo de cereal de Castilla y León.

Una cosechadora, en un campo de cultivo de cereal de Castilla y León. / UPA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

"Hace un mes, tenía una alegría en el cuerpo que no veas. Venía una de las mejores cosechas de cereal que haya visto, y en una semana nos cambió la cara. Más de la mitad de la cosecha perdida. Ayer ya me dieron datos de Ávila y están en 2.000 kilos por hectárea. ¡La previsión era el doble! Aquí no hemos empezado a cosechar, pero va a ir mal, nos vamos a llevar sorpresas". 

Pedro Mataranz, agricultor y ganadero de Cantimpalos (Segovia), define bien la frustración del campo español, que a mediados de mayo aventuraba una cosecha de cereal excelente en un momento en el que el cultivo estaba rozando su precio récord debido a la guerra en Ucrania, el granero de Europa.

En la actualidad, la tonelada de trigo, por ejemplo, se cotiza a 367 euros, cuando hace un año estaba a 206 euros, según los datos de la Lonja de Zamora. En la cebada ocurre algo similar: ha pasado de 193 euros la tonelada en julio de 2021 a 357 euros de la actualidad. 

Detrás de esta mala cosecha está la ola de calor de la última quincena de mayo, la mayor de los últimos 20 años, que sobre todo en el norte de España (Castilla y León, Aragón, País Vasco, La Rioja) pilló al cereal en la fase lechosa, cuando la espiga termina de formarse y se llena el grano. 

En ese momento se necesitan temperaturas frescas, incluso alguna que otra lluvia -no hubo casi precipitaciones-, pero el calor, con el termómetro llegando a los 36-38 grados en algunos puntos del norte peninsular, apretó de forma inusitada al campo, y secó la espiga. En algunos casos, los cultivos se vieron afectados además por hongos. 

"En el caso del trigo, el centeno o el triticale ha sido catastrófico, no han sido capaces de granar. Es una ruina total. La cebada sí, pero aun así si el año pasado estábamos entre 3.500 y 4.000 toneladas por hectárea y este año no llegamos a 2.000", afirma Ventura Rodríguez, agricultor experimentado de Madrigal de las Altas Torres (Ávila).

"Cuando la cosecha viene buena, siempre es mejor, pero cuando viene mala siempre es peor", advierte por su parte Nacho Senovilla, secretario de Agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que estima que en el norte de la península la cosecha puede reducirse ente un 30 y un 40%. Son datos preocupantes teniendo en cuenta que el 42% de la producción de cereal proviene de Castilla y León, considerado el granero de España. 

"Te metes en cualquier finca y ves que tiene una altura normal, pero no tiene grano, la ola de calor lo secó", aprecia Senovilla, que estima que este año la producción a nivel nacional puede bajar de los habituales 20-24 millones de toneladas de cereal a 15-17 millones, por lo que habrá que importar entre 15 y 18 millones de toneladas para poder satisfacer la demanda tanto alimentaria como de pienso para los animales. 

Espigas de trigo en un cultivo de Castilla y León. 

Espigas de trigo en un cultivo de Castilla y León.  / UPA

"Vamos a tener un problema gordo, porque las importaciones están más difíciles y caras que nunca y los costes son elevados. Está todo el mundo buscando. Al final eso va a repercutir a los precios que paga el consumidor. Es que imagínate que al ganado no se le pueda echar de comer porque el ganadero no tiene pienso...", plantea como posibilidad el secretario de Agricultura de UPA, que advierte también de lo fluctuante que está el mercado. 

"Es que igual una fábrica española de pienso importa un barco de trigo de EEUU y en el camino se subasta cinco veces", desvela Senovilla, que informa que la tonelada del trigo y la cebada se está llegando a pagar a 400 euros, "el doble" que el año pasado. "Hay mucha especulación".    

"Para un año en el que podía estar un poco la solución... en esos 15 días de mayo se ha ido muchísima producción", lamenta entretanto Pedro Barato, presidente nacional de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), que cifra la pérdida de la cosecha en un 23% a nivel nacional. La bajada en la producción con respecto a un año normal es mucho peor en Castilla y León, donde el pinchazo es del 40-45%. "Es una pérdida muy importante". 

La afección al consumidor final será un hecho, según explica. "Desabastecimiento no va a haber, pero la gente no va a poder comprar todo lo que quisiera", alerta el responsable de Asaja.  

Aun así, desde UPA apuntan que hay que tener en cuenta que España era hasta ahora uno de los países del mundo donde "más baratos" estaban los alimentos. "Hace 30 años una familia española se dejaba en alimentación entre un 25 y un 30% de sus ingresos, antes de la guerra de Ucrania estábamos entre un 13 y un 18%".

Los grandes almacenistas y las multinacionales están ofreciendo precios récord a los agricultores sin haberse realizado todavía las cosechas en previsión de que el cereal aumente su precio aun más en las próximas semanas. 

"Por nuestra zona ya se están haciendo contratos de cebada por 420 euros la tonelada, 40 euros más de lo que se paga en la lonja", comenta Ventura, de Madrigal, "y el trigo todavía no se sabe a qué precio va a poder llegar... Hay fábricas de piensos que tienen ya hechas compras de cereal para entregar en septiembre o noviembre". 

Este agricultor también introduce un matiz sobre los beneficios de las cosechas, que no son tantos si se tiene en cuenta que los costes de producción "han sido muy elevados", por la subida del gasoil, la luz y los fertilizantes. 

Uno de los sectores más perjudicados por esta situación será el ganadero, ya que el precio de los piensos se disparara aun más, y algunos (o mucho) no tendrán más remedio que cerrar. Por todo ello desde las distintas plataformas agrarias y ganaderas piden que se cumpla de una vez la ley de la cadena alimentaria, y no se venda producto por debajo de precio de coste.

"Necesitamos que se materialice cuanto antes, que los precios estén fijados. Intentar llegar al estatus que tiene nuestro sector en países como Bélgica o Francia, o cualquier otro país. Poner a España al nivel de Europa", insiste Ventura, que estima que la cosecha este año va a ser tan mala en Castilla y León que "a algunos no les va a dar ni para pagar la cosechadora".