IGLESIA

El obispo de Córdoba rechaza el sacerdocio femenino porque "responde a ideologías y modas"

Demetrio Fernández cree que poner a una mujer en un altar iría contra la "moral católica"

El Obispo de Córdoba

El Obispo de Córdoba / Europa Press

S. C.

El 

Córdoba

, ha lamentado esta tarde que haya "voces disonantes" en la Iglesia que propongan "el sacerdocio femenino" porque considera que esa propuesta "atenta contra la moral eclesial". "Como si la Iglesia tuviera que ponerse al día en esta reivindicación al socaire del feminismo reinante", ha protestado el eclesiástico.

"No es nuevo. Estos aires corrían ya hace más de 30 años", dice en su carta semanal. Es algo en lo que las voces críticas insisten "como si de tanto proponerlo se va creando la conciencia de esta reclamación de una supuesta igualdad y los pastores ceden concediendo esta reclamación", se queja Fernández.

Pero, tal y como recuerda en esta carta, el Papa Juan Pablo II ya habló de este tema en el año 1994 y dio una respuesta clara a esas voces: "la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia".

Por lo tanto, el obispo lo tiene claro, las mujeres no pueden ejercer como sacerdotes ni ponerse delante de un altar. Si el Papa ya ha emitido una doctrina sobre el tema es "definitiva" e "irreformable". Es una cuestión que afecta a "la misma constitución divina de la

Iglesia

", ha afirmado Fernández.

"Rompe la comunión eclesial"

En la opinión del obispo de Córdoba, que la propuesta de que las mujeres puedan ejercer el sacerdocio es una cuestión que responde "a ideologías de moda" y que "se sale de la fe y rompe la comunión eclesial". Y, la Iglesia, prosigue Fernández "a eso no juega". Esa no es una propuesta ni que se alinee con la fe ni que salga de ella, por lo que es inadmisible en el seno de la religión católica.

Además, el eclesiástico considera que no se pueden "infiltrar asuntos inadmisibles" en la agenda de la Iglesia, como lo es el sacerdocio femenino. "Con la fe de la Iglesia no se juega", ha concluido en su carta.