BALEARES

"La gente ya no viene a trabajar a Ibiza, no le compensa por el coste de la vida"

Una feria de empleo con 2.800 puestos de trabajo para 1.115 personas constata la dificultad de encontrar personal cualificado para completar las plantillas de cara a la temporada estival

Sin casa en Ibiza no hay contrato.

Sin casa en Ibiza no hay contrato.

José Miguel L. Romero

"Este es el año en el que los trabajadores tendrán la sartén por el mango", avisa Nuria Chardí, district manager de Adecco en

Baleares

, una empresa de contratación temporal presente en la nueva edición de Santa Eulària Se n’Ocupa, que el jueves inició en el Palacio de Congresos las jornadas dedicadas a entrevistas laborales.

Este verano no será el empresario el que pondrá las condiciones: "Será el candidato [quien busca empleo] el que decida dónde trabaja y cuánto gana. Es la ley de la oferta y la demanda". Lo dice Chardí, pero también el resto de empresas, un centenar, que acuden a Se n’Ocupa en busca de personal.

Un par de cifras resumen la (crítica) situación: esos 100 negocios ofrecen 2.800 puestos de trabajo, pero sólo 1.115 personas se han inscrito para ser entrevistadas. La demanda es grande, la oferta es ínfima. Aun cuando se diera el visto bueno a todos los candidatos que acudan a la cita, quedarían dos tercios sin cubrir.

"2021 fue un infi...". Sandra López, de recursos humanos de CBbC está a punto de decir la palabra infierno, pero se muerde la lengua: "Fue muy complicado encontrar gente para las plantillas", rectifica. Para sus locales de Santa Eulària y Vila, así como para su beach club de Cala Bassa, tienen casi 25 plazas vacantes: de camareros, de seguridad, de friegaplatos y, sobre todo, de cocineros, el oficio estrella, el más demandado y el más difícil de cubrir.

Hay tortas por ellos. López admite que, en realidad y dado el panorama laboral, "no se hace una selección. Tal es la escasez que se contrata al vuelo: "Debes ir rápido. La gente quiere trabajar ya. Y si no lo contratas tú hoy mismo, otro lo hará por ti".

"Será el candidato [quien busca empleo] el que decida dónde trabaja y cuánto gana. Es la ley de la oferta y la demanda"

"¿Que no tiene formación? Ya se le preparará", indica Paloma Pasqual, técnica de recursos humanos de Vibra Hotels (antes PlayaSol), cadena que también busca cocineros, camareros y, especialmente, servicios técnicos, pues falta gente adecuada en esa área. Tienen 35 hoteles, de ahí que, en su caso, intenten reclutar a 300 personas, una tarea hercúlea en el páramo laboral pitiuso. Si llega alguien sin preparación, no hay problema: "Los formamos en el puesto. En tres días aprenden".

Visto lo ocurrido en 2021 ("nos las vimos y nos las deseamos para encontrar trabajadores"), tienen claro que deben ser flexibles, pues "este año será peor; la gente ya no viene a trabajar a Ibiza, se queda en la Península porque no le compensa el salario debido al coste de la vida en la isla, sobre todo por la vivienda". Así, si bien las plantillas, escuálidas, tienen que completarse como sea, existe un condicionante que es un común denominador en el reclutamiento: que el seleccionado viva o tenga alojamiento en Ibiza.

"La gente ya no viene a trabajar a Ibiza, se queda en la Península porque no le compensa el salario debido al coste de la vida en la isla, sobre todo por la vivienda"

Es una condición casi sine qua non para los oficios menos selectos, como los camareros. Otra cosa es lo que ocurre con los pata negra, que en el caso de Vibra Hotels son los especialistas en servicios técnicos y los cocineros. A estos, mano de obra muy preciada, se les facilita el alojamiento. Vibra tiene unas 150 plazas para ellos si vienen desde la Península.

Cerca del trabajo para ahorrar

El coste de la gasolina ya supone un problema

El problema del alojamiento para los trabajadores es de tal calibre que el hotel Six Senses alquila todo un apartahotel, "entero", para albergar a los 40 estudiantes de prácticas que contrata en verano. No hay otra solución, comenta Nacho Rodrigo, director de recursos humanos, pues con el salario base que cobran no podrían permitirse el lujo de dormir bajo techo en Ibiza.

Además, el establecimiento dispone de una casa con siete habitaciones en Sant Carles para albergar a su más preciado tesoro: 15 cocineros, codiciados y cotizados hasta extremos insólitos en esta isla. "Son lo más difícil de encontrar", afirma Rodrigo. Hay que tratarlos, pues, a cuerpo de rey.

Contratan a gente que ya reside o tiene posibilidad de alojamiento en Ibiza. Y "si no hay más remedio", a la que viene de fuera. De todas formas, Rodrigo reconoce que cada vez son menos los que vienen a hacer la temporada: "Ibiza es muy hostil. En la Península, además, es más fácil encontrar empleo todo el año".

Sabe que lo van a tener complicado para encontrar al centenar de trabajadores que buscan para una plantilla de en torno al medio millar: les falta gente en la cocina, en el restaurante, en la recepción, en la limpieza… Augura una lucha entre empresas por "el escaso talento cautivo", en la que la mano de obra será captada (o seducida) con extras laborales.

En el caso de Six Senses, intentarán que caigan en la tentación con una oferta de empleo "durante todo el año", así como con un salario "superior al resto" para "compensar que hay que subir hasta Portinatx". De nuevo el carburante como hándicap.

¿Ibiza es uno de los quebraderos de cabeza de Áreas, la empresa de negocios de restauración en aeropuertos? Sí, junto a Palma y Burgos, reconoce Inés Navarro, talent manager. Las dos localidades baleares, por el mismo motivo: el alojamiento está imposible. En la capital castellana, porque prácticamente tiene pleno empleo.

Como es difícil encontrar gente con la preparación requerida, la entrenan para sus puestos: "Ofrecemos mucha formación. Buscamos, ante todo, actitud, que sepan trabajar en equipo, que sean amables y que atiendan bien a los clientes". Como aliciente, empezar desde abajo y poder llegar a ser gerente "en la Península, incluso en algún país extranjero".

Buscan a 20 personas para el aeródromo ibicenco, donde su plantilla es de unos 120 empleados. Para Palma, a 90 (son 300 en total). Lo esencial es que tengan casa aquí: "Pero no hay suficientes candidatos para cubrir los puestos".

A la barrera de la vivienda se suma la temporalidad, que hace poco atractiva la isla. "Todo ha cambiado mucho en los últimos tres años. Antes venían a trabajar con nosotros más foráneos. Ya no", reconoce Pablo Domínguez, supervisor de Áreas de Balears. La pandemia y el precio del alquiler han desmontado el mercado laboral pitiuso, absolutamente roto y con difícil solución a medio plazo.

"Muchos de los que vienen terminan marchándose de aquí. Retenerlos en la isla es el mayor problema"

La cola ante el puesto de Mercadona en Se n’Ocupa es enorme. La empresa de Juan Roig tiene en Ibiza un agujero de casi una veintena de plazas, pero lo que más preocupa a Sonia Abellán, gerente de recursos humanos, no es cubrir a los reponedores, sino a los responsables de mantenimiento y a los repartidores, tarea harto "difícil", admite.

Busca personal que ya viva en la isla, pues traerlo de fuera no sale a cuenta: "Muchos de los que vienen terminan marchándose de aquí. Retenerlos en la isla es el mayor problema". Esa "hostilidad" ibicenca (por sus precios y escasa oferta habitacional) a la que se refería Nacho Rodrigo.

En el agroturismo Atzaró buscan esteticistas (para el spa) y personal de cocina. En total, a una veintena de profesionales (llegan a ser unos 90 trabajadores en temporada alta).

Encontrar cocineros es como buscar una aguja en un pajar: "Por el concepto", indican Melisa Morales (manager de eventos) y Candela Fernández (recursos humanos), pues no es fácil que se adapten a preparar el menú del hotel y "no todos están capacitados. Camareros hay muchos, que sean profesionales, pocos".

No es sencillo, reconocen, sobre todo porque el mercado laboral ibicenco está en los huesos: "En 2021 ya tuvimos muchos problemas para encontrar gente. Por la pandemia y por los precios del alojamiento, muchos se fueron de Ibiza y no volvieron. O han cambiado de profesión y han pasado de la hostelería a otro sector". Como además piden inglés ("indispensable"), la tarea de reclutar es aún más complicada.

"Este año, al mejor postor", comenta Morales, en referencia a que serán los candidatos, y no las empresas, los que escojan dónde trabajan. Tienen la sartén por el mango porque la oferta de mano de obra es ínfima.

Lo reconoce Nuria Chardí, la district manager en Balears de Adecco: "Cada vez llega menos gente para hacer la temporada. Muchos que venían otros años prefieren quedarse en la Península ante la incertidumbre". Y por la dificultad de hallar una vivienda.

"En 2021 ya tuvimos muchos problemas para encontrar gente. Por la pandemia y por los precios del alojamiento, muchos se fueron de Ibiza y no volvieron. O han cambiado de profesión"

Hasta Proa, concesionaria del rent a car Hertz, no ve claro cómo completará su plantilla. Busca a una decena de trabajadores, desde limpiadores de coches a personal de reservas en el aeropuerto, asesores comerciales, atención al cliente y, lo más complicado, mecánicos y electromecánicos. Como plus para captarlos ofrecen trabajo todo el año en un concesionario.

Y como saben que quien tiene casa tiene un tesoro, se fijan en que el currículo del candidato detalle que lleva más de dos años residiendo en la isla, señala Alejandra Puig, coordinadora de selección de personal. Porque sin piso no hay contrato.