Opinión | NAVARRA

La Navarra que queremos, la Navarra que podemos

Cualquier análisis de futuro debe partir de la prudencia, por ello en este artículo hablamos de deseos, expectativas y, sobre todo, de los resultados esperados de las políticas que estamos intentando poner en marcha para mejorar el presente y construir un futuro perfeccionado para toda la ciudadanía. En ningún caso podemos cometer el error de pensar que todo es previsible, la pandemia nos lo ha mostrado con claridad. Después de un año y medio extremadamente duro para el conjunto de la ciudadanía por mor de las consecuencias directas (enfermedad y muerte) e indirectas (restricciones sanitarias) de la pandemia, se antoja fundamental iniciar un proceso de recuperación económica y anímica, que nos permita afrontar el futuro con optimismo. 

Ha sido un tiempo donde hemos tenido que sacar lo mejor de nosotros mismos para hacer frente a una pandemia inesperada y letal. Sin embargo, gracias al impagable esfuerzo del sector sanitario, de las trabajadoras y trabajadores vinculados a los servicios esenciales y elementales, de la ciencia al servicio de las personas y de un comportamiento admirable de la ciudadanía, hemos conseguido superar el reto y prepararnos para iniciar un proceso de reconstrucción económica y rehabilitación social.

El impacto de la pandemia nos ha llevado a repensar el futuro, a redescubrir la fuerza de la solidaridad"

Sin duda, el impacto de la pandemia nos ha llevado a repensar el futuro, a redescubrir la fuerza de la solidaridad, de la ayuda mutua y a priorizar lo importante sobre lo superfluo. Y ello ha de servirnos en el diseño del mañana, en la construcción de una sociedad mejorada sobre la actual.

Durante este tiempo la acción política se ha centrado en la salvaguarda de las personas, en la salud como objetivo prioritario, y en programas defensivos frente a los innumerables daños provocados en los individuos, en la economía, en la propia capacidad social para resistir. Ahora toca una fuerte proactividad, un impulso global que suture cuanto antes las cicatrices y rediseñe un modelo económico y social de nuevo cuño. En todo caso es reseñable la posición de fortaleza con la que Navarra afronta este reto. A pesar de las dificultades, la apuesta por una nueva manera de entender la salida de la crisis, basada en la protección, nos permite mirar al futuro con un moderado optimismo.

Ahora toca la economía, que, si bien no ha sido abandonada en este período, sí ha sido colocada en un lugar secundario. Pero una economía que, como nos alerta Mariana Mazzucato, “no tiene ningún sentido si no ayuda a que la gente tenga vidas mejores; y al menos en parte, eso significa de manera bastante razonable, unas vidas más felices”. Por tanto, una economía que podríamos llamar del bien común, que fundamente su objetivo en las personas y en la calidad de vida de estas, con una visión equitativa e inclusiva.

El Plan Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu, se configura como la herramienta de la cual nos hemos dotado en la Comunidad Foral para guiar los pasos a desarrollar desde el primer momento en la construcción de una sociedad más competitiva, cohesionada y resiliente

Con la puesta en marcha de los diferentes proyectos enmarcados en este Plan, así como los definidos para los Fondos Europeos Next Generation, podemos imaginar una Navarra más prospera en el futuro inmediato.

Una Navarra capaz de combinar sus fortalezas para superar sus debilidades, una Navarra capaz de conjugar lo público y lo privado en objetivos comunes. Una Navarra orgullosa de su diversidad, cohesionada social, territorial y económicamente, innovadora, dinámica, inclusiva y sostenible medioambientalmente. Una Navarra incardinada en la España plural.

Son varios los frentes sobre los que debemos incidir en el futuro inmediato y, para ello, se han desarrollado diferentes estrategias y proyectos. Desde el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del Vehículo Eléctrico que debiera permitirnos seguir siendo comunidad tractora de las inversiones en el sector de automoción, al Ebro Food Valley, que debe poner en valor el liderazgo de nuestro sector agroalimentario en el proceso de descarbonización, pasando por el Green Deal de Navarra o la Estrategia de Cohesión Social y Territorial. 

Junto con ello, la apuesta por la digitalización, la mejora de la Sanidad a partir de herramientas como el Health Big Data Hub, la Educación con el refuerzo y relanzamiento de la Formación Profesional, la profundización en las políticas sociales con especial incidencia en el empleo de calidad y la garantía de rentas. Sumando a todo ello un Plan de Convivencia que situé el respeto y la armonía social en el epicentro de los objetivos.

Con todo imaginamos, y trabajamos por eso, una Navarra en diez años que haya sido capaz de transformarse social, económica y medioambientalmente. Bien posicionada digitalmente habilitando la igualdad de oportunidades por todo el territorio, con sectores económicos resituados en los retos de la sostenibilidad y diversificando las oportunidades; la industria de automoción, agroalimentaria, energías limpias, biotecnología, la salud, la economía del cuidado, el desarrollo sostenible de lo rural, son algunas de las metas de desarrollo económico en el medio plazo.

Una sociedad que avanza en lo económico sin perder de vista que el objetivo es siempre la mejora de la vida de las perdonas y, volviendo a Mazzucato, su felicidad.