CHOQUE DE ESTRATEGIAS JURÍDICAS

Malestar en el PP con Ayuso por Bildu: "Desvía el foco de Sánchez a nuestro debate interno"

Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo en un mitin de la campaña en Madrid.

Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo en un mitin de la campaña en Madrid. / RODRIGO JIMENEZ.

El PP mantiene la presión sobre el PSOE y sus pactos con Bildu cuando se cumple una semana de la campaña. La sensación en Génova es que la polémica sobre las listas de la izquierda abertzale, que incluyó a 44 condenados por terrorismo en distintas candidaturas, pasará factura al partido de Pedro Sánchez. La intención de la dirección nacional pasa por mantener vivo el debate político y forzar a los socialistas a decir con claridad si se seguirán apoyando en la formación de Arnaldo Otegi en lugares como Navarra, además de en el Congreso el resto de legislatura. El debate legal, sin embargo, lo dan por zanjado. Y por eso la insistencia de Isabel Díaz Ayuso en plantear la ilegalización descoloca y molesta en la cúpula conservadora y en otros territorios.

Sobre todo, ante el temor de que al final se visualice un debate interno en el PP “que, en realidad, no existe”, aseguran, quitando foco al objetivo principal: Sánchez y sus alianzas. En Sol, sin embargo, insisten en que no se trata de desviar la mirada, sino en dar una batalla que ven viable. Insisten en que el artículo 9.3 de la ley de partidos establece de forma nítida el supuesto de ilegalización en el que podría haber incurrido Bildu. "Hay motivos para explorar la ilegalización. Esto no va contra Feijóo, sino contra Sánchez y sus socios", zanjan.

Ese artículo, en su apartado C, afirma que se entenderá que un partido podrá declararse ilegal si "incluye regularmente en sus órganos directivos o en sus listas electorales personas condenadas por delitos de terrorismo que no hayan rechazado públicamente los fines y los medios terroristas, o mantener un amplio número de sus afiliados doble afiliación a organizaciones o entidades vinculadas a un grupo terrorista o violento, salvo que hayan adoptado medidas disciplinarias contra éstos conducentes a su expulsión".

En Génova, por su parte, son conscientes del perfil nacional de la presidenta de la Comunidad de Madrid y comparten su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta el 28 de mayo. Para que eso suceda, explican distintos dirigentes, necesita garantizarse dos diputados más. Y en ese contexto, dicen en el entorno de Feijóo, es “comprensible” que tenga un discurso propio en el que confronte con el Gobierno central. “Ella sabe mejor que nadie lo que importa a la gente en Madrid. Y la política nacional aquí es prioritaria”, asumen. Pero de ahí a contradecir la estrategia jurídica de la cúpula hay un paso más que muchos dirigentes nacionales no ven con buenos ojos.

Ayuso ha sido la única dentro del PP que ha hablado de ilegalizar a Bildu, igual que Vox. Lo hizo en la fiesta de San Isidro al proponer que al menos “se estudiara”. Los días posteriores quedó clara la posición de la dirección de Feijóo: con la ley actual no se puede ilegalizar al partido de Otegi. Además, en Génova insisten en que debe ser el Gobierno el que “actúe” a través de la Abogacía del Estado. La Fiscalía del Tribunal Supremo rechazó este mismo jueves esa ilegalización en un informe. En todo caso, los populares lo que entienden es que debe ser Sánchez quien tenga la presión encima.

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Con todo, la presidenta madrileña ha demostrado que no tiene intención de dejar de lado el debate porque forma parte de su estrategia. Lleva desde el primer mitin de la campaña empuñando la espada contra la coalición abertzale, subiendo la apuesta un poco más cada día. Primero se limitó solo a hablar de “indignidad”, después señaló que habría que buscar la fórmula jurídica para sacar a Bildu del mapa electoral mediante su ilegalización porque su presencia en las instituciones es una “anomalía democrática”, y ahora invoca, además del artículo 9.3 de la ley de partidos, el artículo 11, en el que se desarrolla el procedimiento para comenzar los trámites de esa ilegalización.

Ese artículo dice que "el Congreso de los Diputados o el Senado podrán instar al Gobierno que solicite la ilegalización de un partido político, quedando obligado el Gobierno a formalizar la correspondiente solicitud de ilegalización, previa deliberación del Consejo de Ministros". Era una manera de lanzar un recado a sus propios grupos parlamentarios para que hagan algo. Y la petición choca de lleno con la visión que tiene Feijóo tras consultar intensamente a los servicios jurídicos del PP.

Hasta el punto de que en Génova lo que ven es una posible reforma legal de la ley electoral (no de la ley de partidos) para endurecer algunas causas de inelegibilidad. Los condenados por terrorismo quedarian inhabilitados para hacerlo. Además, los populares han registrado ya una iniciativa parlamentaria con la que buscan retratar al PSOE con sus futuros pactos con Bildu. Lo que dice la proposición no de ley es aplicar el cordón sanitario a aquellas formaciones con sentenciados por terrorismo en listas y estructuras orgánicas. El mensaje es claro, pero en ningún caso va por el mismo camino que Vox y por el que parece querer ir Ayuso.

La realidad es que la presidenta madrileña sigue estirando la polémica con el ojo puesto en la cita con las urnas. Da igual que los servicios jurídicos de su propio partido, tras analizar la norma, aseguren que no hay manera de hacerlo. En su equipo insisten en que "hay motivos para seguir explorando" la ilegalización mediante el citado artículo 9.3 de la ley de partidos. Mientras la Fiscalía lo rechazaba ayer mismo y varias víctimas de ETA pedían abiertamente que parara algunas de sus declaraciones, Ayuso señalaba que no se trata de “retorcer la ley” y que “una gran parte de personas jurídicas han estado de acuerdo”, sin especificar a quién se refería. 

Este sábado, de hecho, hará campaña en Bilbao, único lugar fuera de Madrid al que se desplazará, ya que cierra de manera simbólica las listas de ese ayuntamiento. Se espera una intervención en la misma línea.

En la dirección nacional sí reiteran que “cada presidente autonómico tiene su propia estrategia” y no esconden que, más allá del endurecimiento discursivo de Feijóo en periodo electoral (cuyo lema ha sido que "derogará el sanchismo" frente a las críticas por su falta de contundencia, como explicó este diario) el líder del PP sigue buscando ensanchar el espacio del centro. Por eso, afirman, “la suma de voces sigue siendo muy necesaria”. Y el perfil de Ayuso resulta inalcanzable en muchos otros dirigentes. “Feijóo necesita su mayoría y no hay más”, resumen algunos dirigentes. “Pero, a ser posible, sin tirarnos tiros en el pie”, zanjaban también.