Opinión

Nueva etapa en el asesoramiento financiero: más profesional, más personalizado

Durante los últimos años hemos asistido al inicio de una transformación en el mundo de la inversión y del asesoramiento financiero.

Iñigo Batuecas Responsable de Banco Mediolanum en Zona Madrid Centro.

Iñigo Batuecas Responsable de Banco Mediolanum en Zona Madrid Centro. / MEDIOLANUM

Los clientes han empezado a interesarse por cómo gestionar sus finanzas, principalmente empujados por un contexto cada vez más cambiante que impacta en su economía personal y familiar.

Tras 27 años ejerciendo como asesor financiero, he vivido todas las grandes crisis del siglo XXI (la burbuja de las puntocom, la quiebra de Lehman Brothers, el Brexit, el Covid o el inicio de la guerra de Ucrania, entre otras) y he sido testigo de esta todavía incipiente transformación. 

Este cambio se refleja, por ejemplo, en la composición de la riqueza financiera de las familias españolas. Según el Observatorio Inverco, el peso de los fondos de inversión ha pasado del 10,5% en 2014 al 16,4% en 2024; por el contrario, ha disminuido la exposición a activos como los depósitos y el efectivo en cuentas corrientes, que han pasado del 39,7% al 35,1%.

Aunque hasta ahora la evolución ha sido lenta y sigue habiendo un gran número de españoles que toman decisiones de inversión guiadas por impulsos o titulares, cada vez nos llegan personas más informadas, que nos piden soluciones más personalizadas y una revisión más continua. Pero, sobre todo, los clientes valoran cada vez más una atención personal.

Esa demanda en aumento coincide con una sólida evolución de la profesión de asesor financiero en nuestro país. Cuando yo empecé éramos muy pocos y no había certificaciones obligatorias ni regulación para proteger adecuadamente al cliente. Es un orgullo ver cómo cada vez somos más, pero especialmente ver cómo se ha profesionalizado nuestra labor, con más certificaciones y un sólido marco regulatorio para garantizar el mejor servicio al cliente. Y, sin duda, hacia donde debemos seguir avanzando es en que todos pongamos el foco en ofrecer una atención personalizada, que es realmente nuestro valor añadido.

En mi reciente transición del País Vasco, de donde soy y donde he desarrollado toda mi carrera, a Madrid, centro neurálgico del sector financiero, he podido comprobar las grandes similitudes entre los inversores. Los que ya llevan años acompañados por un asesor comprenden la importancia del largo plazo, entienden los vaivenes de los mercados y son más capaces de mantener la paciencia en los momentos de incertidumbre. Mientras, por otro lado, hay todavía una gran cantidad de personas que, pese a tener cada vez mayor interés por planificar sus finanzas, en momentos de volatilidad entran en pánico y salen corriendo, perjudicando el esfuerzo que han hecho previamente. 

Es el momento de que los asesores financieros pongamos en valor nuestra profesión y acompañemos a los españoles en la personalización real de su planificación financiera.