EN CUATRO MESES

El récord de venta de luz a Francia inyecta 414 M para bajar la factura en España

La excepción ibérica propicia 2.900 millones de ahorro a los clientes españoles desde que se activó en junio, y una parte procede directamente de las tasas que abonan las eléctricas por usar la interconexión y que al final están pagando los clientes franceses.

Interconexión eléctrica entre España y Francia.

Interconexión eléctrica entre España y Francia. / Redeia

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España lleva meses disparando sus exportaciones de electricidad hacia Francia y acumula varios máximos históricos consecutivos de envíos de energía al país vecino en plena crisis energética. Más de la mitad del parque de centrales nucleares francesas no están operativas por problemas de mantenimiento y de corrosión, lo que está haciendo que las necesidades de importar electricidad del mercado galo sean acuciantes para garantizar el suministro.

Las interconexiones eléctricas que unen ambos países están exprimiendo su capacidad para llevar energía a Francia -funcionando al límite durante el 99% de todas las horas de los dos últimos meses- en pleno parón nuclear galo y en un momento en que el precio de la electricidad en España está muy por debajo del que registra el mercado francés gracias al efecto en los últimos meses de la excepción ibérica, el mecanismo que desde mediados de junio fija un precio máximo al gas que se utiliza para producir electricidad en España con el objetivo de bajar el precio del resto de tecnologías de generación. Un mecanismo que ha quedado temporalmente sin efecto precisamente por el bajo precio del gas en España, por debajo del tope actual.

El récord de exportaciones de luz hacia Francia y la diferencia creciente de precios entre ambos mercados está haciendo que las tasas que las eléctricas deben pagar por utilizar las interconexiones internacionales también se estén disparando. Las denominadas rentas de congestión se calculan precisamente en función de la cantidad de energía que se transporta a través de los cables internacionales y del diferencial de precios de la electricidad entre ambos países.

Inyección millonaria

Cuanta más electricidad se transporte y mayor sea la diferencia de precios entre los dos mercados, mayores son unos ingresos que se reparten a partes iguales entre España y Francia. Hasta que entró en vigor la excepción ibérica, las rentas de congestión que le corresponden a España se destinaban íntegramente a financiar los costes de los peajes de acceso de las redes eléctricas españolas.

Pero desde hace cuatro meses el Gobierno permite destinar parte de esos ingresos directamente a pagar la compensación que reciben las centrales de gas por la excepción ibérica (estas plantas cobran por la electricidad que producen en base al precio real del gas natural, sin el tope del resto de tecnologías, para que no produzcan con pérdidas) y con ello se consigue rebajar su impacto en el precio de la electricidad que pagan los consumidores españoles.

De los más de 700 millones de euros de rentas de congestión percibidas por España desde que se puso en marcha el tope al gas, más de la mitad se ha destinado a reducir el coste de la compensación a las plantas de gas y, con ello, a reducir el precio final de la electricidad en el mercado español. En concreto, entre el 15 de junio y hasta el 17 de octubre se han inyectado 414 millones procedentes de las rentas de congestión para reducir del ajuste para compensar a las centrales de gas, según los registros del Ministerio para la Transición Ecológica a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

La estimación que maneja el Gobierno es que utilizar esas rentas de congestión para financiar parte del ajuste de las centrales de gas ha permitido reducir el coste de esa compensación que paga la demanda expuesta a la evolución del mercado eléctrico (singularmente los clientes con tarifa regulada de luz y los consumidores directos que van al mercado) en 7,5 euros por megavatio hora (MWh) en estos cuatro meses, pasando de una media aritmética de 114 a 106,5 euros por MWh.

Paga el cliente final

La capacidad de uso de las interconexiones se adjudica mediante subastas anuales, mensuales y diarias a la que acuden compañías que pueden ser tanto exportadoras como importadoras de la electricidad, y que acaban repercutiendo en el precio de la electricidad el coste asumido por utilizar las redes entre ambos países. Pero a la postre, los que acaban asumiendo ese coste son los consumidores finales del país que importa la electricidad y que en los últimos meses son los clientes franceses, según confirman desde el sector eléctrico.

Los consumidores galos se benefician del menor precio que registra el mercado eléctrico español mediante esas exportaciones y también porque no pagan la compensación que sí abonan los clientes españoles a las eléctricas con centrales de gas para cubrir sus costes reales. Pero sí están cargando con el grueso de estos costes de las rentas de congestión que se están destinando parcialmente a reducir el coste de esa compensación a las plantas de gas.

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Desde el PP se ha venido criticando la excepción ibérica por estar subvencionando energía más barata a los consumidores franceses y porque para cubrir la demanda extra de electricidad para cubrir el boom de exportaciones a Francia se están utilizando más las centrales de gas y elevando el precio del ajuste de compensación.

El Gobierno, por el contrario, defiende que la excepción ibérica funciona, subrayando que en los cuatro meses en que ha estado en marcha la excepción ibérica -entró en vigor el pasado 15 de junio-, los consumidores españoles se han ahorrado 2.900 millones de euros por haber conseguido contener el precio del mercado mayorista de la electricidad, incluso con la compensación abonada a las centrales de gas. En esos 2.900 millones se incluyen los 414 millones utilizados para rebajar el coste del ajuste para las plantas de gas procedentes de las rentas de congestión.