LABORAL

Por qué es positivo hablar de dinero en el trabajo (y no algo cutre)

  • Un trabajo de Harvard demuestra que la transparencia salarial aumenta la productividad

  • Expertos recomiendan invertir en el capital humano, y eso significa que la empresa debe ser clara con los empleados

Los expertos aconsejan hablar de dinero en el trabajo

Los expertos aconsejan hablar de dinero en el trabajo / Pixbay

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Hablar abiertamente de dinero es incómodo para mucha gente, sobre todo si esta conversación se da en el plano laboral. Quizá te choque que un compañero te pregunte eso de "en cuánto estás", y seguramente más le chocará a algún jefe la pregunta de a cuánto puedes llegar. Pero eso tiene mucho más que ver con una cuestión cultural que racional. Lejos de ser inapropiado (o cutre), los expertos aseguran que es hasta necesario.

José Luis Lominchar, profesor del Máster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), explica a El Periódico de España que hablar de dinero en el trabajo es positivo. Hay diferentes estudios realizados en universidades que así lo apoyan. La principal razón es que ayuda a aumentar la motivación y la productividad. "El hermetismo se asocia a la baja productividad", asegura.

Un ejemplo es el estudio realizado por Zoë B. Cullen y Ricardo Perez-Truglia, dos profesores de Economía de la Universidad de Harvard que llevaron a cabo un experimento para ver hasta qué punto sirve hablar de dinero en el trabajo. Para ello utilizaron una muestra de 2.060 empleados de distintas categorías de un gran banco comercial en Asia. En su opinión, era "bastante representativo de la mayoría de las empresas de todo el mundo en algunas dimensiones clave, como el grado de desigualdad salarial y la política de no divulgación en torno a los salarios". De una forma algo peculiar, fueron viendo si el conocimiento o desconocimiento de los sueldos de los compañeros y jefes les motivaba o no.

Motivarse con la promoción

El resultado es que les motivaba saber el salario de los jefes "porque se convertía en algo aspiracional, de poder llegar a ese punto", explica Lominchar. "Eso en el plano vertical, porque si nos vamos al horizontal, el no conocer el salario de los compañeros, ya fuera por ellos o por la organización, se veía como un elemento desmotivador: se relacionaba con poca transparencia y baja productividad".

Los autores también señalaron que descubrir que los compañeros ganaban de media un 10% más de lo que se pensaba inicialmente hizo que los empleados pasaran un 9,4% menos de horas en la oficina, enviaran un 4,3% menos de correos electrónicos y vendieran un 7,3% menos. "Esta evidencia sugiere que no sería prudente motivar a los empleados individualmente con aumentos únicamente. Si aumenta el salario de un empleado, ese empleado puede trabajar más, pero el resto del grupo de compañeros podrían trabajar menos". Consideran que eso se puede motivar a los empleados con la perspectiva de un salario más alto asociado a un ascenso; a una promoción.

El hablar de dinero, una cuestión cultural

¿Por qué, entonces no hablamos, de dinero? Pues porque hacerlo, sobre todo en cuanto a salarios, "sigue siendo un tema fundamentalmente cultural, en el que existe gran heterogeneidad por países, pero incluso por sectores laborales. En España aún estamos muy lejos de abrirnos a hablar de ello en la mayoría de los casos", asegura asegura Pedro Rey, profesor de Economía del Comportamiento de Esade.

"La razón psicológica principal -prosigue- tiene que ver con no querer exponernos a comparaciones o que otros utilicen nuestra información para conseguir privilegios. Es común pensar que a uno le pagan menos de lo que merece, pero que en cambio al de al lado le pagan más, por lo que se tiende a evitar entrar en los problemas derivados de revelarlo. Además, incluso aunque a uno le paguen lo objetivamente justo, hay una razón secundaria de no querer hacer ostentación que pueda generar envidias".

Lominchar va más allá y lo relaciona con el cristianismo. "La realidad es que ese secretismo salarial es una cuestión cultural y casi de influencia religiosa. En las sociedades donde hay una mayor tradición cristiana no está bien visto hablar de dinero. Parece que no es prudente; que choca con la intimidad del otro", señala.

Sin embargo, en países anglosajones ocurre todo lo contrario. Explicaque mientras que ganar mucho dinero está mal visto en la cultura cristiana, en la anglosajona es de crack. Y pone otro ejemplo: mientras que en España huiríamos de una persona cuya empresa ha quebrado dos veces para hacer negocios, en EE.UU se vería con buenos ojos.

Los más jóvenes son más proclives a hablar de dinero

Sí es cierto que ambos expertos están de acuerdo en que, cuanto más jóvenes son los empleados, menos pudor tienen para abordar este tema. De todas formas, desde 2021 todas empresas están obligadas a cumplir con la normativa de transparencia y tener un registro detallado de los trabajadores con el objetivo de que no haya desigualdades entre hombres y mujeres.

"La principal ventaja de las actuales normas de transparencia salarial es la disminución de las injusticias e incluso de las sospechas, fundadas o no, de que esas injusticias se producen. La trasparencia también puede llevar a cierta homogeneización salarial entre empresas distintas de un mismo sector, o a que las diferencias existentes deban justificarse con otro tipo de ventajas laborales, no necesariamente salariales", explica Rey.

"Sin embargo -continúa-, pueden también enrarecer el ambiente de trabajo entre compañeros de jerarquía similar. Por ejemplo, en casos en los que esas diferencias salariales se deriven de procesos de negociación distintos, o en diferentes momentos del tiempo, para puestos similares".

Cómo naturalizar este tema

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Naturalizar todo esto para que no existan recelos y haya una verdadera igualdad pasar por políticas retributivas sean claras, algo que no siempre ocurre. Estamos mucho más acostumbrados a que haya un runrún en la empresa sobre lo que gana o deja de ganar un compañero, o sobre el plus o el aumento que ha recibido, que a las tablas salariales. 

"Puedes conseguirlo desde una perspectiva de cultura de organización abierta y una cultura retributiva transparente", explica el docente de UNIR.Y eso se conecta con nuevos modelos de liderazgo. "El departamento de RRHH de cualquier compañía debería ser un pilar estratégico de la organización. Lo más importante es el capital humano, es decir, las personas. Cuanto más inviertas en ellas, y una forma es una política retributiva interesante y transparente, más talento atraes", concluye Lominchar.