Reunión

Las cuatro pistas de Bruselas para abaratar el gas sin poner un tope al precio

Los ministros de energía de la UE discuten este viernes en una reunión extraordinaria como intervenir en los precios del gas

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía.

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía.

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Las reticencias de Bruselas a imponer un tope al precio del gas que la Unión Europea importa de terceros países, tanto por tubería como por barco, no han desaparecido. Pese a la petición expresa de al menos 15 Estados miembros y la creciente presión, la Comisión Europea sigue reacia a avanzar en esa dirección y ve la medida “radical, extremadamente complicada y plagada de riesgos para el suministro”. Su alternativa: fijar un tope al precio de las importaciones de gas ruso, negociar mejores precios con proveedores fiables y extender el modelo de la excepción ibérica a otros socios europeos para limitar el precio del gas destinado a producir electricidad. 

Todas estas ideas estarán este viernes sobre la mesa en una nueva reunión extraordinaria de ministros de energía -la segunda este mes- llamada a aprobar las primeras medidas de intervención del mercado eléctrico: reducción recomendada del consumo del 10% de media más un 5% obligatorio en las horas punta, un tope a los ingresos de las tecnologías inframarginales como las renovables, de 180€/MWh, y una contribución temporal y solidaria de las petroleras y empresas gasistas (del 33% de sus beneficios extraordinarios). El reglamento, negociado en un tiempo récord de dos semanas, introduce flexibilidad para que los Estados miembros apliquen el ahorro reclamado como consideren y permitirá a los gobiernos mantener sus medidas nacionales si son equivalentes, como el impuesto a las grandes empresas energéticas diseñado por España o la excepción ibérica en vigor hasta finales de mayo. 

La intervención de emergencia del mercado eléctrico no resuelve, sin embargo, el gran problema de los elevados precios del gas y la volatilidad del mercado. Un debate que Bruselas lanza este viernes con un documento de trabajo con algunas pistas pero que ha defraudado en muchas capitales europeas por la falta de concreción y la falta de propuestas concretas. “No hay propuestas. Se queda corto”, se quejan fuentes diplomáticas. “Espero que la Comisión Europea escuche a los ministros y a partir de aquí presente propuestas”, espera otro alto cargo que alerta del creciente nerviosismo entre los gobiernos por la falta de reacción.

Tope al precio del gas

La propuesta de topar el precio del gas importado no figura entre las opciones barajadas por la Comisión Europea, pese a la petición expresa de 15 de los 27 países, entre ellos España, Portugal o Italia, en una carta remitida esta semana. Al contrario, el documento circulado por Bruselas insiste en presentar esta opción como una mala idea, complicada y difícil porque una "limitación de los precios al por mayor en todos los intercambios intracomunitarios requeriría, entre otras cosas, sustituir el mercado por un sistema centralizado de asignación y racionamiento del gas y de financiación de la diferencia entre el precio máximo y el precio global del mercado”, señala el documento.

“Los países están cada vez más nerviosos de que la Comisión Europea no reaccione”, admiten fuentes europeas sobre una medida solicitada hace tres semanas, en el anterior consejo extraordinario, pero que también genera resistencias en países del norte de Europa. como Alemania o Países Bajos, que consideran que podría amenazar la seguridad del suministro y aumentar el consumo en un momento en que la UE necesita reducir la demanda. “Compramos gas de países no europeos y el mercado del gas natural licuado es un mercado global así que podría haber un problema de suministro. Además somos un socio fiable. Sería muy raro decidir unilateralmente un precio al tope del gas. No es la forma de hacer negocios”, advierten fuentes diplomáticas.

Tope al precio del gas ruso

Bruselas vuelve a insistir en su idea de que Rusia no es un socio fiable porque ha cambiado los términos de contratos, detenido el envío de gas a más de una docena de países e interrumpido el suministro a través del gasoducto Nordstream 1. “Está en el origen del problema. Creo firmemente que necesitamos un tope de precios para todas las importaciones de gas ruso a un nivel que siga siendo atractivo para ellos exportar a Europa”, sostiene la comisaria de energía, Kadri Simson. La Comisión justifica esta línea de acción porque considera que tendrá un impacto a la hora de reducir la habilidad de Rusia de manipular el mercado europeo, ayudará a reducir los precios y los ingresos del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania.

Negociar precios con proveedores fiables

Antes de pensar en poner topes al precio Bruselas defiende negociar, “en un plazo razonable”, mejores condiciones para las importaciones de gas por tubería y gas natural licuado con socios fiables como Noruega o Argelia. “Aunque la opción preferida es un enfoque mutuamente acordado con socios de confianza, el objetivo clave para la UE es garantizar precios más bajos para los consumidores de la UE ya este invierno. Por ello, la UE debe estar dispuesta a introducir medidas para limitar los precios", apunta la Comisión que parte de la idea de que tienen que ser tratado de “forma distinta a Rusia”, apuntan fuentes de la Comisión. “Pensamos que sería de interés mutuo y que podría responder a dos tercios del suministro”, apuntan las mismas fuentes.

Intervención del mercado GNL

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La Comisión también sugiere intervenir el mercado de has natural licuado negociando con proveedores mejores precios y desarrollando un nuevo índice para las transacciones ya que el TTF holandés, que se utiliza como referencia utilizada por los operadores europeos, “está expuesto a una volatilidad excesiva y no captura todas dinámicas del mercado GNL”, sostienen los técnicos comunitarios.

Excepción ibérica a la europea

Bruselas también plantea por primera vez aplicar a nivel europeo un mecanismo similar a la 'excepción ibérica', a través de un “marco temporal europeo para limitar la influencia de los elevados precios del gas en la formación de precios de la electricidad”, teniendo en cuenta la experiencia de algunos socios como España, Portugal o Grecia, y sin aumentar el consumo de gas. Una opción sería establecer un tope al precio del gas en la generación eléctrica a un nivel que ayude a recortar los precios de la electricidad. "El diferencial de coste entre el precio topado y el precio del mercado lo asumiría el sistema eléctrico dentro de los Estados miembros”, señala la Comisión sobre un sistema que hasta ahora habían descartado “europeizar” por las diferentes características de los mercados pero que ahora plantear. “Necesitamos algo que tenga un impacto inmediato en los precios. Algo simple, temporal y que se pueda aplicar y lo que proponemos se puede aplicar y tener impacto”, explican.