INMOBILIARIAS

Nyesa da por perdido su negocio en Rusia y rearma su capital con nuevos accionistas

  • Ángel Cobos y Francisco Javier Villalba entran con un 12,49% y un 10,13%, respectivamente; mientras Ángel Campillo amplía su posición hasta el 17,65%

  • A cambio, Nyesa incorpora un lote de suelos urbanos, un centro polideportivo en Alcalá de Henares y un hotel en Almería

Nyesa

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Gabriel Santamarina

Nyesa arranca su nueva etapa. La inmobiliaria cotizada ha incorporado nuevos socios a su capital a cambio de la aportación de activos, tal y como anunció el pasado 30 de junio, junto con reducciones de capital y un contrasplit 1:10. En esta nueva fase, se estrenan en el accionariado Ángel Cobos y Francisco Javier Villalba, mientras Ángel Campillo ya era accionista antes y ahora amplía su participación. “Nuevos socios, nuevos activos y nuevos planteamientos en sectores con futuro, centrados en eventos, nuevas tecnologías, renovables, medioambiente y agroalimentación”, comentan fuentes de la compañía.

En total, se cerraron tres ampliaciones no dinerarias, es decir, aportar activos a la empresa a cambio de acciones. La primera, un hotel El Ejido (Almería), el cual se valora en 5,27 millones de euros. Liberto Campillo, a través de Inversiones Rio Arnoia, S.L., y Francisco Javier Villalba contaban con la mayoría de acciones de la sociedad propietaria del activo y recibieron, junto a los minoritarios, 175,70 millones de participaciones de Nyesa. Campillo también aportó acciones del Polideportivo La Galerna, en Alcalá de Henares, el cual valoraron en 2,49 millones de euros. De esta forma, Liberto Campillo se coloca como el máximo accionista, con un 17,65%, y Villaba, con 10,13%, como el cuarto.

Por su parte, Ángel Cobas lo hizo con una cartera de suelos urbanos, valorados en 3,73 millones de euros. A cambio, el antiguo accionista recibió 124,42 millones de acciones más, alcanzando una posición del 12,49% y configurándose como el segundo máximo accionista de la inmobiliaria cotizada, solo por detrás de Liberto Campillo. Queda pendiente una cuarta ampliación, la cual aún a la espera de acuerdo entre las dos partes. Esta corresponde a la Almazara Fuente La Madera, situada en Priego de Córdoba. “Se sigue en conversiones, no está parado, se están limando cosas”, confirman las mismas fuentes de la empresa. Nyesa comunicó su intención de adquirirla, valorándola en 6,95 millones de euros y entregando 231 millones de acciones a sus propietarios. De cerrarse satisfactoriamente, los porcentajes de los accionistas actuales cambiarán radicalmente.

Negocio en Rusia

La compañía adquirió a través de una ampliación no dineraria un macroproyecto en Moscú, en 2017. Nyesa tenía previsto transformar un antiguo complejo industrial de 26.000 metros cuadrados en viviendas, oficinas y espacios comerciales. “En 2019, con la irrupción de la nueva directa, se decidió congelar Rusia. Junto con otro desarrollo en Costa Rica estamos abiertos a cualquier propuesta de joint venture”, señalan desde Nyesa. Este proyecto que supuso todo un quebradero de cabeza para la cotizada ha visto empeorada su situación con la invasión de Rusia a Ucrania y la ruptura de todas las relaciones diplomáticas de Europa con el país. En el país latinoamericano cuenta con 4,4 hectáreas con los que puede edificar 813.000 metros cuadrados de uso hotelero y residencial, que en alguna ocasión han tanteado vender.

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En la última Junta de Accionistas, Nyesa también acordó una reducción de capital de 69 millones de euros, con la intención de compensar las pérdidas incurridas en los anteriores ejercicios. A esta cuantía, hay que sumar una segunda reducción de 15 millones para realizar una dotación de una reserva voluntaria, a la que no tendrá acceso en cinco años. Este movimiento tuvo una implicación en el valor nominal de cada acción, reduciéndose de 0,015 euros a 0,001 euros. Esto obligó a realizar ese contrasplit 1:10 para evitar que el valor nominal de la acción estuviese por encima del de cotización, con el fin de evitar volatilidad en el valor y mejorar su accesibilidad a la financiación.

A pesar de estos problemas, en 2021, Nyesa logró regresar a beneficios. La empresa facturó 2,9 millones de euros y reportó un beneficio neto de 9,8 millones. La política de la compañía fue un recorte masivo en sus gastos de explotación, reduciéndolos casi hasta la mitad. En total, a cierre del pasado ejercicio, cuenta con activos inmobiliarios por valor de 50 millones, a los que ahora hay que sumar los de las ampliaciones de capital.