CRISIS ENERGÉTICA

Bruselas da largas y no aclara si dejará a España descontar de su plan de ahorro la energía vendida a Francia

  • El Gobierno quiere restar del ahorro energético prometido a la UE el gas usado para producir electricidad que se exporta al mercado francés

  • La Comisión Europea descarta determinar el alcance de las excepciones para cumplir los objetivos hasta que no se declare la alerta energética en la UE

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. / EFE

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España se ha comprometido con la Unión Europea a recortar su consumo de gas un 7% hasta final del invierno como parte de la estrategia comunitaria de reducir la dependencia continental de los hidrocarburos rusos y blindarse ante la amenaza de que el Kremlin corte el grifo. El Gobierno español ya ha puesto en marcha un primer paquete de medidas (del apagado de escaparates a las 22.00 horas a los topes en los termostatos), y ahora trabaja en un programa mayor que enviará a Bruselas este mes y que es el que determinará si se alcanza el objetivo de ahorro prometido.

En plena carrera por recortar el consumo, las eléctricas están aumentando con fuerza en los últimos meses el uso de sus centrales de gas para producir electricidad debido a la caída de la generación de las hidroeléctricas por la sequía, por la de menor aportación de las renovables y para cubrir las exportaciones disparadas de electricidad a Francia por el parón de más de la mitad de sus centrales nucleares.

La demanda extra requerida por el mercado francés se está cubriendo con una mayor producción de los ciclos combinados (las centrales que queman gas para producir), y el Gobierno da por hecho que ese uso adicional de gas para cubrir las necesidades energéticas del país vecino en una situación de crisis podrá descontarlo del cálculo de ese ahorro del 7% comprometido con Bruselas. Pero la Comisión Europea deja en el aire el plan español y no da por seguro que el Ejecutivo pueda utilizar esa excepción.

Actualmente, los objetivos de ahorro marcados a los estados miembro son de carácter voluntario, pero si las medidas adoptadas no son suficientes para paliar el riesgo de corte de suministro la Comisión Europea puede decretar el estado de alerta y convertir los objetivos en obligatorios para los países. El Reglamento del Consejo Europeo contempla exenciones de cumplimiento de esos objetivos obligatorios y el Ejecutivo español cree poder aducir una de ellas para no contabilizar como consumo propio el aumento de energía para cubrir las necesidades de Francia.

El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por Teresa Ribera, entiende que el propio Reglamento de la Unión Europea que regula el ahorro energético avala esa exención y que podrá dejar fuera del recorte de consumo comprometido el gas utilizado para generar la electricidad que se está exportando a Francia y que alcanza niveles récord.

El artículo 5.8 del Reglamento contempla que “todo Estado miembro que se enfrente a una crisis de electricidad podrá limitar temporalmente la reducción obligatoria de la demanda (…) en el nivel necesario para mitigar el riesgo para el suministro de electricidad siempre que no existan otras alternativas económicas para sustituir el gas necesario para producir electricidad sin poner en grave riesgo la seguridad del suministro”.

Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica la interpretación que hacen sus técnicos es que el gas consumido por las centrales españolas para impulsar las exportaciones de electricidad a Francia, golpeada por los problemas de sus nucleares, puede acogerse a esta excepción.

Es la interpretación del Gobierno español. Pero Bruselas da largas y de momento no aclara de momento cómo podrán articularse esas excepciones y si España podrá descontar de su objetivo de ahorro la energía exportada a Francia.

“Aún no se ha declarado ninguna alerta de la UE, por lo que el artículo 5 no es aplicable”, apuntan fuentes oficiales de la Comisión Europea a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. “La Comisión no puede especular sobre un comportamiento hipotético y estudiará la implementación del artículo en caso de que se declare una alerta y sea aplicable”, zanjan desde el Ejecutivo comunitario.

La posición del Ejecutivo española es clara. “No tendría sentido que la ciudadanía, las empresas y las administraciones españolas tuvieran que ahorrar no solo un 7% de su propio consumo, sino además tener en cuenta que al otro lado de la frontera necesitan más energía por un problema suyo”, explica a este periódico Joan Groizard, director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y uno de los principales responsables en la elaboración de los planes de ahorro energético que prepara el Gobierno.

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“Lo que no vamos a hacer va a ser imputarnos ese consumo adicional de gas que corresponde a que Francia necesita más energía eléctrica. Entendemos que las industrias, las empresas, las familias, los consumidores en España tenemos que cumplir con ese objetivo de ahorro del 7%, pero no vamos a ahorrar mucho más allá porque Francia tenga un problema con las nucleares”, sostiene Groizard. “Sería absurdo que para cumplir nosotros con nuestro objetivo se interrumpiera la interconexión. Es que entonces la solución sería parar la interconexión y dejar de exportar. No tiene sentido un Reglamento europeo que implicara que el hecho determinante de si cumplo o no el objetivo de ahorro es si hago saltar la interconexión”.

En agosto, la producción con centrales de ciclo combinado españolas se duplicó en relación al año pasado y concentró un tercio de toda la electricidad generada en España, según datos de Red Eléctrica de España. En lo que va de año, la actividad de las centrales de gas crece casi un 90% y es la principal fuente de producción eléctrica con un 24% del total. Todo ello en un momento en que los precios del gas ha estado marcando máximos por la incertidumbre por el suministro ruso.