ACTIVO REFUGIO

El oro ya no funciona como activo refugio… Y ahora, ¿qué?

El oro ha sido considerado históricamente como un activo refugio, aquel en el que los inversores decidían poner sus ahorros cuando la situación se torcía en el mercado. Pero lo cierto es que, en la situación actual, bastante complicada para la economía y los mercados, no está funcionando como lo ha venido haciendo en otros periodos de crisis. ¿Dónde se están refugiando los inversores?

Sede del BCE en Fráncfort.

Sede del BCE en Fráncfort.

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Laura Martín

El metal amarillo se está moviendo en el entorno de los 1.700 dólares y dando claras señales de debilidad. En concreto, el oro ha caído más de 350 dólares desde que escaló por encima del nivel de 2.000 dólares por onza a principios de marzo, y marcó un quinto descenso mensual en agosto, su mayor racha de pérdidas mensuales desde 2018. El activo se está viendo presionado por las expectativas de más aumentos de las tasas de interés por parte de los bancos centrales para combatir una inflación disparada.

"Quizás por la fortaleza del dólar, quizás por la aparición de otro tipo de activos", explica Antonio Castelo, el oro se mueve dentro de un rango lateral y no consigue romper al alza. "Yo creo que no va a dar ninguna gran sorpresa".

Así se están moviendo en los últimos meses los futuros del oro:

Evolución de los futuros del oro del 15 de julio al 31 de agosto de 2022.

/ Estrategias de inversión

Y es que cada vez está más claro que los bancos centrales van a ser agresivos con el endurecimiento debido a la presión inflacionista sin precedentes, lo que no es bueno para el oro, según ha señalado Edward Moya, analista senior de OANDA.

La Reserva Federal lleva tiempo lanzando mensajes cada vez más ‘hawkish’. La última ha sido Loretta Mester, miembro de la Fed, que señaló que el banco central tendría que subir las tasas de interés algo por encima del 4% a principios del año que viene. Mientras tanto, la inflación de la zona euro alcanzó otro récord y pronto llegará a dos dígitos, poniendo más presión, si cabe, al BCE, para que emprenda una serie de grandes subidas de tasas.

Alternativas al oro

Otro activo que se ha barajado como refugio, pero que está demostrando que no va a coger el relevo del oro es Bitcoin. Lejos, de hecho, de comportarse como una opción a la que acudir para protegerse de la elevada inflación, la principal criptomoneda se está moviendo a un ritmo parecido a lo que hace el Nasdaq. Y el índice tecnológico sufre especialmente con las alzas de tipos de la Fed, dado que las compañías tecnológicas suelen estar más endeudadas y les viene muy mal esa subida de tasas.

Los inversores, claramente, se están refugiando en el dólar. El billete americano ha tocado máximos de 20 años, lo que, unido a la debilidad del euro, han llevado a la moneda única a alcanzar la paridad por primera vez desde 2002. El índice del dólar, que compara el billete verde con una cesta de seis divisas, ha cerrado agosto como su tercer mes consecutivo en positivo.

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También en esto está teniendo que ver el conflicto en Ucrania y la crisis energética que se ha desencadenado. La incertidumbre que genera, que se suma al temor a una recesión y a que el BCE suba fuertemente los tipos, impactan en el euro.

Rusia interrumpió esta semana el suministro de gas del gasoducto Nord Stream 1, intensificando una batalla económica entre Moscú y Bruselas, aumentando las perspectivas de una recesión y alimentando los temores a un racionamiento energético en algunos de los países más ricos del mundo, como Alemania o Francia. El temor a que los flujos de gas a través del gasoducto no se reanuden después de que el mantenimiento previsto llegue a su fin el próximo sábado mantiene en vilo a los mercados.