ENERGÍA

España dispara el consumo de gas para producir electricidad mientras lo reduce en industria y hogares

  • La demanda de gas para generación eléctrica se eleva un 83,2%, mientras para la industria y los hogares cae un 13%

  • El Gobierno quiere que las ventas de electricidad a Francia estén exentas del recorte del 7% acordado con Bruselas

España dispara el consumo de gas para producir electricidad.

España dispara el consumo de gas para producir electricidad.

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Mientras diseña su plan de contingencia para cumplir con Bruselas, los datos revelan que España dispara su consumo de gas para producir electricidad por la sequía y las ventas a Francia, mientras lo reduce en hogares e industria. En los primeros siete meses de 2022, la demanda de gas para generar electricidad se ha elevado un 83,2% hasta los 72,9 teravatios-hora (TWh), respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior, según los datos de Enagás. Mientras la denominada demanda convencional (compuesta por industria y hogares y pymes) se ha reducido casi un 13% hasta un total de 150,837 TWh.

Lo habitual es que la producción de electricidad con agua suponga alrededor del 12% del mix de generación en España, mientras en lo que va de año no alcanza un 7% de media, al nivel de 2017, por la sequía que azota a todo el país. A esto se suma que desde noviembre España es exportador neto de electricidad a Francia, cuando lo habitual era que el flujo que produjese en sentido contrario, según se refleja en los datos de Red Eléctrica de los últimos años.

Los motivos del alza de las ventas a Francia son dos: la mitad de las centrales nucleares francesas están paradas por mantenimiento y el tope al precio del gas en la Península Ibérica impulsa el flujo del sur al norte. Por tanto, eso presiona a la demanda de electricidad e impulsa la generación con gas, ante la falta de otra tecnología como el carbón. (En los últimos dos meses, a esta ecuación hay que añadir un incremento de la demanda por las altas temperaturas que impulsan el uso del aire acondicionado).

En este contexto, España se ha comprometido con Bruselas a reducir un 7% su consumo de electricidad entre el 1 de agosto de este año (este lunes) y el 31 de marzo de 2023 sobre la base del consumo medio de los últimos cinco años. Según estimaciones realizadas por este medio a partir de las cifras mensuales que publica Enagás, el consumo medio de gas en esos ocho meses desde 2017 fue de 261,32 TWh, de los cuales el 20% corresponde a pymes y demanda doméstica, el 54% a la industria y el 24% a la generación eléctrica. Con estos números, España tendría que reducir en 18,3 TWh su consumo en los próximos ocho meses.

La cuestión ahora es cómo hacerlo. El Ejecutivo anunció el lunes una campaña para ahorrar energía en los edificios públicos que pasa por limitar la temperatura en los interiores, apagar la luz por la noche, cerrar las puertas cuando sean locales climatizados y revisar las calderas y ha pedido de forma constante a la ciudadanía consumir con mesura. El Ejecutivo no cuantificó cuánto podría disminuir esta medida el consumo, pero precisamente las pymes y hogares ya han minorado su uso de gas (un 4% en los últimos seis meses --junio fue el último mes con las cifras desagregadas-- y un 13,8% en junio).

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En la misma línea, la industria ha disminuido en un 20,2% su consumo en junio y un 11,8% en el acumulado desde enero. “En julio será un 30% y agosto va por el mismo camino. No por eficiencia sino por los elevados precios de la energía. La industria ya no puede parar más”, asegura Verónica Rivière, la presidenta de GasIndustrial, la patronal de los grandes consumidores industriales de gas como el sector cerámico o el químico. “Y en las conversaciones con el Ministerio (para la Transición Ecológica) no se contempla tampoco una parada obligatoria, sino medidas de eficiencia", añade. Por ejemplo, el impulso de los gases renovables como el biogás o el biometano, el hidrógeno verde o una interrumpibilidad voluntaria, según explica.

Por tanto, la pata que queda es la generación eléctrica. En este punto, Rivière apunta que la única opción sería que conseguir que las exportaciones de electricidad a Francia estuvieran exentas de cumplir esos cálculos para evitar que si España aumenta su consumo de gas para producir más electricidad para enviar a Francia eso le penalice. “Eso está en manos del Ministerio y de Europa porque si no tendríamos que cortar y dejar de enviar gas”, explica Rivière. Desde el departamento que dirige la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, explican que se ha planteado que en la cuenta no entrase la parte del consumo de gas que es consumo para terceros países, pero también añaden que no hay nada concreto a falta de diseñar los planes de contingencia que deben entregar a la Comisión Europea antes de finales de septiembre.