NO REMONTAN

Las peluquerías agonizan: el IVA, el precio de la luz y los cambios de hábitos 'cortan de más' sus beneficios

  • Los profesionales de los centros de belleza aseguran que sus beneficios aún están lejos de ser como antes de la pandemia

  • Piden que les bajen el IVA del 21% al 10% como a otros sectores

Interior de una peluquería.

Interior de una peluquería. / Pablo Solares | PIM

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Da igual que la vida de gran parte de la población vuelva al ritmo prepandemia: las peluquerías siguen sin remontar. Si antes de marzo de 2020 había 50.000 salones de peluquería y estética, hoy en día no llegan a 32.000, como señala José Luis Azañón, portavoz de la Alianza para la bajada del IVA a la peluquería y estética.

Por eso, los profesionales exigen reducir el IVA al 10% tras una década con el tipo general del 21%. Y más cuando no tienen margen de subida de precios al ritmo que lo hace la tarifa de la luz.

Su reivindicación viene de largo. En el 2012, el gobierno de Mariano Rajoy subió el tipo impositivo de las peluquerías y centros de estética al 21%. Por aquel entonces, el PSOE era el principal partido de la oposición y, como tal, contrarió la medida. "A una serie de sectores se nos pidió un esfuerzo de manera temporal para tapar el agujero financiero del país", explica Azañón.

Con el PSOE ya en el gobierno, no se produjo ningún cambio. Mientras que otros sectores recuperaron el IVA reducido que tenían antes de la crisis, las peluquerías y centros de estéticas continúan con el 21%. La patronal no confía en que se revierta pronto la situación pronto. Y eso que tienen a casi todos los partidos a su favor.

Siete votaciones fallidas

En el 2021, se llevaron a cabo hasta siete votaciones para reducir el IVA de estos centros. "Todas ellas fueron aprobadas por unanimidad, a excepción del voto significativo del PSOE", recuerda el portavoz de la Alianza para la bajada del IVA.

Dos de esas votaciones se llevaron a cabo en la Comisión de Hacienda en el Congreso (con la abstención de Unidas Podemos); una como proposición de ley en el Senado; otras dos dentro del marco de los Presupuestos Generales del Estado; y una última como enmienda a la ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal. Para su sorpresa, el PSOE vetó esta última, que había sido aprobada por el Senado.

"Es la primera vez que se ejerce el derecho a veto en la historia de la democracia, rompiendo cualquier regla democrática. El PP presentó un recurso de amparo al Tribunal Constitucional en enero. La sala primera la ha aceptado a trámite", afirma José Luis Azañón, que tacha la situación de “rocambolesca”.

La factura de la luz

Y mientras se producen reuniones y correspondencia varía con el gobierno para rebajar el IVA, la factura de la luz no deja de subir. Según la Alianza, este incremento les ha supuesto más del doble de su peso en la cuenta de explotación. "Si antes el recibo suponía un 3% de los ingresos, ahora mismo se sitúa entre el 8 y el 10% de lo que ingresamos. De cada 10 euros que ganamos, uno va a pagar el recibo de la luz", afirma Azañón.

Luis Herrera-Portugal, presidente de CONEPE (Consejo Nacional de Empresas de Peluquería y Estética), la mayor organización empresarial del sector de la imagen personal de España, asegura que no hay forma de evitar esa factura. Todo lo que sea intentar reducir ese gasto "es una utopía".

"Desde que abrimos el negocio por la mañana gastamos electricidad. Encendemos el aire acondicionado, el ordenador, la música, usamos secadores, cargamos las máquinas de las cortadoras, usamos calentadores de agua… Todo gasta. Nuestro sistema se basa en eso", afirma Herrera-Portugal, que señala que para ellos no hay franjas baratas y franjas caras. "Es un panorama muy difícil. Las pequeñas son las primeras que han cerrado".

Los clientes siguen sin llegar

Otro problema es que aún no han recuperado toda la clientela que dejó de ir por la pandemia. "Ha habido una bajada en las ventas, que se mantienen un 20% por debajo que antes de la pandemia, en el 2019", asegura el portavoz de la Alianza. Entre los motivos que apuntan todos está el cambio de hábitos. "La gente ha pasado tanto tiempo sin necesidad de acudir semanalmente a la peluquería que se ha acostumbrado a no ir y hacérselo en casa. Algunos vienen a arreglarse lo que se han estropeado", continúa.

"También se ha incrementado la venta de productos en supermercados e hipermercados. La frecuentación de los salones ha bajado de forma tremenda. Lo vemos muy claro. Todas las semanas nos viene gente para retocarse la raíz que realmente necesita que trabajemos todo el tronco", asegura.

"Después de la pandemia, la facturación era de un 40% con respecto al 2019. Se ha ido recuperando algo, pero a día de hoy facturamos el 70%. No acabamos de recuperar. Las mujeres que venían cada tres o cuatro semanas lo hacen ahora cada mes y medio o dos meses. Y si se lo pueden saltar mejor. Además, con el teletrabajo, una señora de edad promedio que trabajaba en una oficina y que de lunes a viernes cuidaba su imagen, ahora se queda en casa", apunta por su parte el presidente de CONEPE.

Ambos coinciden en que hay menos eventos sociales, para los que también se recurría a estos servicios.

Una profesión de autónomas

Con este panorama, subir los precios de sus servicios a los clientes, como lo han hecho sus gastos, parece inviable, así que el margen de beneficio es cada vez menor.

La peluquería es una profesión muy feminizada, donde el 90% del colectivo son mujeres y hasta el 90% trabajan como autónomas. "Además, un 90% de los salones tienen menos de tres trabajadores. El 75% de ellas tiene un solo trabajador que suele ser el propio autónomo propietario del establecimiento", recalca Azañón.

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Luis Herrera-Portugal explica que, ante esta situación, muchos profesionales han vuelto a prestar sus servicios en casas de particulares, como se hacía en otras décadas. Algunos de ellos, afirma, lo hacen sin estar dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. "Es un deterioro para la economía y, a su vez, corroe el sistema normal de peluquerías que paga empleados, seguridad social, IRPF e IVA. Merma aún más la capacidad de facturación", denuncia.

Factores varios que han influido para que en el 2021, la facturación de la imagen personal haya retrocedido un 31,8%, lo que representa una pérdida de 1.272 millones de euros. 

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