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El euro se iguala con el dólar: cuatro peligros y una oportunidad

Viajar a Estados Unidos, importar materias y contratar servicios en el extranjero será más caro.

El Banco Central Europeo se prepara para subir los tipos de interés por primera vez desde 2011.

Monedas y billetes de euro.

Monedas y billetes de euro.

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Es una realidad. Por primera vez en 20 años el dólar estadounidense alcanza la paridad con el euro, y, si se cumplen las previsiones de los expertos, el sorpasso es solo una cuestión de tiempo. El hecho de que la divisa americana se haya fortalecido un 15% durante los últimos doce meses con respecto a la europea condiciona, más allá del turismo en una y otra dirección, el día a día de sus ciudadanos y de sus empresas. Pero, ¿por qué? ¿Cómo afectará la paridad del euro y el dólar?

Viajar a Estados Unidos, más caro

Visitar Nueva York será aún más prohibitivo. Si hace 14 años se pagaban 1.570 dólares por cada 1.000 euros en las casas de cambio, ahora, en julio de 2022, son solo 1.000.

Esto, sin embargo, funciona en ambos sentidos. Es decir, si hace una década eran los europeos los que viajaban a Estados Unidos con las maletas vacías para aprovechar el desfase en los precios, ahora puede que sean los americanos los que vengan a Europa a gastar más de lo que tenían previsto, con lo que eso supone para el sector del turismo.

Encarecimiento de la energía

Es el punto más crítico. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha disparado de por sí el precio de la energía, pero es que, además, ésta se paga en dólares, y no en euros.

El hecho de que el gas y el petróleo salgan más caros empuja a toda la economía a subir sus precios, por lo que tener una divisa más débil inicia un círculo vicioso de debilitamiento de la eurozona.

Este invierno, además, se espera que la situación se recrudezca por el pulso que sigue abierto entre Rusia y Occidente, un pulso que se está viviendo especialmente en la Unión Europea por la proximidad geográfica y por la dependencia energética del gas ruso.

Estados Unidos, por su lejanía y su independencia energética de la zona de conflicto, se está viendo menos afectado, lo que está ayudando al fortalecimiento de su moneda.

La inflación, una losa

Eso no quiere decir, sin embargo, que Estados Unidos esté saliendo indemne del clima bélico que se está viviendo en Europa. El país está sufriendo sus mayores índices de inflación de los últimos 40 años, razón por la que la Reserva Federal ha subido ya tres veces sus tipos de interés.

Se espera que el Banco Central Europeo (BCE), por su parte, suba el próximo 21 de julio en 0,25% el precio del dinero e incluso que llegue a subirlo un 0,5% antes de que acabe el año para intentar contener la inflación. Sería la primera vez que lo hace desde 2011.

La inflación en España estaba ya en junio en el 10,2%, no muy lejos del 8,6% de media de la zona euro, unas cifras que no se veían desde hacía décadas y que están condicionando la recuperación tras los confinamientos de la pandemia.

La amenaza de Putin alimenta el miedo a la recesión

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El miedo a que el presidente ruso, Vladimir Putin, cierre definitivamente el grifo de gas a Europa ha alimentado el miedo a una posible recesión en el continente. Esto, unido a que el Banco Central Europeo está reaccionando más lentamente que la Reserva Federal, que ha puesto en marcha unas políticas monetarias más agresivas, está haciendo que los capitales huyan de Europa en dirección a América.

En este sentido, preocupa la capacidad de reacción de las grandes potencias de la eurozona, pues uno de los puntos débiles de la economía europea ha sido siempre su dependencia energética. Un bien, el de la energía, que a las puertas del invierno no solo es que esté prácticamente en manos de Putin, sino que, además, se paga casi siempre en dólares.