TENSIÓN DIPLOMÁTICA

Las exportaciones españolas, en jaque por la crisis con Argelia: "Estamos paralizados"

Empresarios españoles señalan que el deterioro de las relaciones entre Argel y Madrid por el cambio de posición española sobre el Sáhara Occidental amenaza sus negocios

Estamos paralizados: las exportaciones españolas, en jaque por la crisis con Argelia.

Estamos paralizados: las exportaciones españolas, en jaque por la crisis con Argelia.

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Marc Ferrà

“Estamos completamente paralizados”, explica el gerente general de una de las empresas que exporta productos de España a Argelia. Desde que el Gobierno argelino decidió este miércoles suspender el tratado de amistad con España y congelar las operaciones bancarias para comercio exterior las empresas españolas han quedado en jaque. Por ahora, “no hay solución a corto plazo”, señalan.

Es la primera represalia económica que ha tomado Argel después de tres meses de crisis diplomática con España. El detonante del desencuentro ha sido el apoyo del Gobierno español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Un cambio de posición de Moncloa que ha provocado el final de la crisis con Marruecos, pero el inicio de una nueva disputa diplomática con el otro gran socio magrebí.

“La situación es de bloqueo total, por ahora no podemos operar y los puertos están llenos de contenedores que no van a salir”, lamenta Philippe Alitti, director general de distribución química de la empresa PMS, con cuarenta años de experiencia en exportaciones a Argelia desde España y otros países. “Desde el jueves no podemos exportar ninguna mercancía facturándola desde una empresa española y tampoco podemos utilizar un puerto español porque esto se asemeja a un servicio y tampoco es factible”, defiende. 

Explica que actualmente “hay multitud de empresas que están intentando repatriar estos contenedores con los costes que esto acarrea”. La única opción que les queda por ver es si podrán exportar productos españoles desde un puerto de otro país a través de una empresa no española. “Con el tiempo se podrían encontrar soluciones, pero que suponen sobrecostes”, defiende el responsable de PMS. También tienen miedo que en las aduanas argelinas puedan poner problemas directamente a la entrada de productos españoles, aunque sea a través de una empresa basada en otro país.

El directivo de la empresa PMS explica que ellos trabajan con el sector de hidrocarburos argelino y exportas productos químicos necesarios para la extracción de petróleo. “Algunos de estos productos están fabricados en Argelia, pero la gran mayoría, sobre todo los productos más específicos, los tienen que importar, por tanto, este bloqueo puede afectar también al principal sector del país”, explica Alitti.

Respuesta “previsible”

El enfado de Argel ha ido en aumento desde que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, mandó una carta hace tres meses por al rey marroquí, Mohamed VI, en la que expresaba el cambio de posición sobre el Sáhara Occidental. En un primer momento, Argelia retiró a su embajador en Madrid, pero la suspensión del tratado y represalias comerciales se han hecho esperar. Las últimas palabras de Sánchez en el Congreso en defensa a la propuesta de autonomía marroquí para el Sáhara supuso el paso definitivo para que Argelia reaccionara, explica Rafael Bustos, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

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“Argelia ha sido bastante prudente en el tiempo, la decisión de suspender el principal instrumento bilateral de cooperación ha llegado en el momento que ha habido confirmación por parte del Gobierno que no iba a ver marcha atrás e incluso se ha reafirmado” en su apoyo a las tesis marroquíes, defiende Bustos. “Esta medida de Argelia era previsible, suspender este tipo de tratados es una herramienta jurídica utilizada por muchos países para mostrar su descontento”, relata el experto en el país vecino.

“Siempre ha sido difícil trabajar en Argelia, es un país en el que la estabilidad legal es escasa” apunta Alitti, que además añade que en los últimos años los trámites burocráticos para exportar productos son muy difíciles y lentos. Ahora están a la espera y confían que se encuentre una solución. ”Por ahora los términos empleados, ‘suspensión’ y ‘congelar’, dejan un poco de esperanza que no haya nada definitivo en esto”, explica. También pide la implicación de la Unión Europea, “en el futuro otros países europeos se podrían ver también afectados porque tienen una posición similar a España sobre el Sáhara Occidental, por ejemplo, Alemania”, concluye.