SECTOR PRIMARIO

La industria pesquera doblega a la pandemia y bate récords con 4.500 millones de facturación

  • El top de operadores gallegos promedian una subida del 30% en ventas y marca la inflación como gran reto

  • Multiplica inversiones para reducir el consumo energético, maximizar el valor de la materia prima y ganar capacidad productiva

Barcos pesqueros en la costa de Vigo.

Barcos pesqueros en la costa de Vigo. / José Lores

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Lara Graña

La flota de capital gallego que opera en Malvinas ya terminó la campaña. Uno de estos barcos, con más de 2.500 GT de capacidad, ya tenía comprador para sus capturas cuando apenas había terminado de descargarlas en Vigo. “Se ha pagado muy bien, muy caro”. El mercado está inflacionado, como coinciden todos los operadores consultados en el sector, “y se vende todo a casi cualquier precio”. Una palanca afilada tanto para los que poseen capacidad productiva en origen como para los que se nutren de terceros: a los primeros, por los desatados costes energéticos y de insumos; a los segundos, porque la competencia es global y tiene liquidez como para adquirir materia prima al valor que sea.

Una marejada que llegó con la resaca del covid, que privó durante meses a la alimentación de mercados fundamentales como el foodservice (restauración, catering) o parte del retail (que es venta minorista, pero que no comercializó productos para grandes eventos familiares). Estas son las claves que explican el extraordinario ejercicio cosechado por las principales operadoras de la industria pesquera gallega: una fulgurante recuperación pospandemia, fuerte demanda global y precios muy altos. En suma, son 19 grupos empresariales que superaron holgadamente los 4.500 millones de euros de volumen de negocio, según los datos aportados a Faro de Vigo por cada uno de ellos. Todos mejoraron sus registros precovid.

Eclosión

El avance más significado, exponencial, fue el de Grupo Profand. Con 660 millones de euros en ventas en el año del coronavirus, la compañía que dirige Enrique García Chillón se quedó a las puertas de los 800. Cuenta en el accionariado ahora con el respaldo de Corporación Financiera Alba, titular de más del 23% del capital tras haber inyectado en la compañía 100 millones de euros. Fue una operación pionera en un sector de amplio arraigo familiar y habituado, en los últimos años, a dar entrada a fondos de capital riesgo. No ha sido este el caso. Profand consumó además su entrada en el segmento acuícola, con la trucha en Galicia –en las instalaciones de la desaparecida Isidro 1952– y con la toma de control de la griega Kefalonia, referencia para Europa en dorada y lubina.

El private equity Platinum tiene la mayoría del capital en Grupo Iberconsa, que cuenta también entre sus socios con el fondo Portobello. “Nuestros proyectos están alineados con nuestro plan estratégico, que busca la máxima generación de valor de las materias primas que extrae nuestra flota y comercializamos de terceros”, expone su consejero delegado, Alberto Freire. Sus ventas superaron ya los 400 millones de euros, y es líder mundial en merluza congelada a bordo y gambón argentino, con más de medio centenar de buques. Su plan de acción se asienta sobre cuatro pilares: mejorar la eficiencia en la producción de la flota con nuevas unidades e inversiones en las ya existentes, nuevos proyectos industriales –principalmente en Argentina y Sudáfrica–, desarrollo del canal retail internacional y nuevas líneas de producto listo para cocinar y listo para comer (ready to cook & ready to eat).

En cuanto a ingresos y volumen de toneladas comercializadas, Profand e Iberconsa completan un podio liderado, como siempre, por Nueva Pescanova. La multinacional controlada por Abanca recuperó el umbral de los 1.000 millones en ventas, y superó por la mínima los ingresos de 2019. Ha dejado atrás las pérdidas; la salida de la entidad financiera de su capital marcará un punto de inflexión en el conjunto de la industria, toda vez todas las fuentes consultadas exponen que ninguna compañía española está en disposición de lanzar una oferta. Que las habrá, como las que han llegado al grueso de todas estas empresas. Los presidentes de Fandicosta o Interatlantic, Ángel Martínez Varela y Luis Cabaleiro, respectivamente, fueron algunos de los sondeados en el pasado por fondos de inversión.

Otras estrategias

La intención de Pescapuerta pasa por mantener su ADN familiar, con el que se consolidó como una referencia permanente en la industria. Su estrategia se ha apartado en todo momento de operaciones de crecimiento inorgánico, como inciden desde su equipo directivo. Bajo la presidencia de José Puerta, su crecimiento ha venido generado “por un óptimo desarrollo de las actividades comerciales y de distribución, tanto en las principales áreas de los mercados nacionales e internacionales como en la distribución capilar nacional”. Acaricia con los dedos los 300 millones de facturación consolidada –cerró 2021 con 283 millones–, y ha apuntalado su capacidad extractiva en Mauritania con un nuevo buque congelador.

También Grupo Pereira, protagonista principal en la evolución de la pesca industrial gallega, tiene inversiones sobre la mesa. El Argos Pereira tendrá nuevo sistema de propulsión, con recambio del motor principal, en un proyecto valorado en casi seis millones de euros. Y, en búsqueda de esa optimización en costes energéticos que es casi general en el sector, instalará placas fotovoltaicas en sus plantas de Vigo y Pazos de Borbén. La primera, además, ganará capacidad productiva. El grupo que dirige José Enrique Pereira facturó 168,5 millones.

La preocupación respecto a los costes fijos, en la vertiente energética, llenará los tejados de paneles fotovoltaicos en las factorías que tienen Fandicosta y Marfrío en Moaña (la primera), Marín y Vila Nova de Cerveira. “Tenemos el reto de mantener la flota operativa en Senegal, donde el incremento de los costes lo elevan a más del 50% del total”, resume el presidente de Vieirasa, Eduardo Vieira. “Quizás en el último trimestre del año podamos pensar más en proyectos”. En Fandicosta, por ejemplo, la instalación en una primera fase de placas solares ya redujo un 15% el consumo eléctrico de la factoría de Domaio, una iniciativa que replicó en el frigorífico que el grupo tiene en Vigo y con un ahorro todavía mayor. Batirá récord de capturas en Argentina, donde opera con un segundo potero a pleno rendimiento; alcanzó, a nivel consolidado, los 257,5 millones de euros de facturación.

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Cabomar es una de las tres compañías que se acaban de unir al club de los 100 millones, tras haber rebasado este nivel de ingresos en 2021. También lo ha hecho la trader Interatlantic Fish. La primera estudia la ampliación de la fábrica de Marín con nuevas líneas de procesado, como explica su máximo responsable, Enrique Freire. El mayor reto es, no obstante, este mercado inflacionado. “Veremos qué pasa después del verano, porque creo que afectará seguro al consumo”, resume. A Frioantartic le ha quedado muy poco para sumarse a este club de los 100, con 97 millones de facturación el año pasado. Lanzal, la tercera, lo hizo por la puerta grande, con más de 122 millones, un 33% por encima del volumen precovid.

La de los 100 es una línea de ventas que superaron hace mucho tiempo compañías más jóvenes como Wofco –galopa hacia los 250–, Atunlo (participada por Comercial Pernas, Pevasa e Inpesca) y la propia Pernas. Congelados Maravilla, que acaba de hacer su primera operación inorgánica fuera de España, calcula que cerrará el año en curso en el nivel de los 80 millones. La compañía que dirige Giuseppe Mellino maximizó los ingresos con más de 63 millones de facturación y menos de 8.000 toneladas comercializadas, aprovechando al máximo el tirón de especies como el pulpo.