MERCADO LABORAL

La mitad de las empresas incumplen el registro horario a los tres años de la ley

La proporción de horas extra no remuneradas es hoy casi igual que antes de que se aprobara la nueva normativa

Una empleada utiliza una llave digital para fichar al comenzar y terminar su jornada laboral en unas oficinas.

Una empleada utiliza una llave digital para fichar al comenzar y terminar su jornada laboral en unas oficinas. / Ferran Nadeu

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La normativa del registro de jornada cumple tres años en vigor y la mitad de las empresas siguen sin pasar una Inspección de Trabajo. Las compañías o bien no llevan al día el control horario o cuando lo hacen es de manera deficiente o tramposa. La norma fue ideada para racionalizar los usos del tiempo en los centros de trabajo y poner coto a las horas extras no pagadas, si bien dicha cifra es hoy prácticamente igual a cuando se aprobó la normativa en 2019. La pandemia y la irrupción del teletrabajo ha frenado el despliegue de la ley, los sindicatos reconocen dificultades para hacer cumplir con el registro allí donde no tienen representación y las pymes se quejan de que la ley está pensada para la gran empresa.

Según datos facilitados por la ‘policía laboral’ a EL PERIÓDICO, diario perteneciente al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, desde septiembre del 2019 hasta mayo del 2022 los inspectores han detectado un total de 3.299 infracciones en materia de registro de jornada en toda España y han impuesto un total de 4,7 millones de euros en multas.

Un balance modesto en cuanto a volumen de intervenciones, pero que siempre y de manera inmutable durante los tres ejercicios deja la misma ratio. De cada dos empresas inspeccionadas, una no cumple correctamente con la normativa. Balance preocupante a ojos de los sindicatos. “La puesta en marcha de todas las normas cuesta, lo estamos viendo con los planes de igualdad o con la prevención de riesgos laborales”, afirma la secretaria de acción sindical de CCOO de Cataluña, Cristina Torre.

Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), referentes al primer trimestre del 2022, en España a la semana se trabajan un total de 6,6 millones de horas extra, de las cuales el 43,5% no se pagan. En el primer trimestre del 2018, antes de entrar en vigor la norma, no se pagaban el 44,2% de los alargamientos de jornada.

“Las empresas que quieren incumplir se han buscado muchas fórmulas para eludir la norma. Las sanciones son muy bajas y no tienen un efecto disuasorio, como ya avisamos en su día. Sale más a cuenta arriesgarse y pagar la multa que cumplir con la normativa y pagar todas las horas extra”, afirma la secretaria de política sindical de UGT de Cataluña, Núria Gilgado.

“Las empresas son conscientes de que existe la normativa y nuestra sensación es que están cumpliendo. Aunque también es verdad que no es una ley pensada para la pequeña empresa y su redactado normativo es confuso. La ley no dice exactamente cómo debe llevarse ese registro horario”, alega la responsable de relaciones laborales de Pimec, Ariadna Guixé. Hasta ahora en la negociación colectiva no se ha aterrizado esta cuestión, para que entre patronales y sindicatos acuerden como implementar el registro. Solo el 3,6% de los convenios registrados en Cataluña contemplan explícitamente cómo debe cumplirse con la norma.

Los sindicatos reconocen dificultades para hacer cumplir la normativa allí donde no tienen representación

¿En qué sectores se pagan menos las horas extra?

No en todos los sectores se alarga igual o con igual frecuencia la jornada y no en todos se paga siempre esa prolongación. Hay sectores donde las horas extra sistemáticamente están asociadas a ‘trabajar más y gratis’. Es el caso de la banca, las actividades inmobiliarias, los profesionales de la información o las trabajadoras del hogar. En todos estos sectores más del 90% de las horas extras son no remuneradas ni compensadas de ningún modo. Simplemente el trabajador le regala horas a la empresa. Algo que supone un problema para los sindicatos a la hora de negociar subidas salariales, ya que parte de las horas de producción las empresas incumplidoras las obtienen sin pagarlas. “Al final si regalas horas lo que estás haciendo es devaluar tu salario”, apunta Torre.

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Una de las trampas más frecuentemente utilizada por las empresas incumplidoras es un falso registro de jornada. Es decir, un aplicativo que prefija la hora de entrada del empleado y la hora de salida y no mide realmente a la hora a la que entra a trabajar el susodicho ni a la hora que sale. Esto ya fue censurado por la Inspección de Trabajo (y avalado por sentencia de la Audiencia Nacional) en el BBVA, que tenía un aplicativo similar, en el que el trabajador no fichaba activamente -la hora de entrada y salida se daba por supuesta- y únicamente computaba las horas extras que el superior jerárquico introducía manualmente.  

Otros fraudes similares son aplicativos en los que el trabajador ficha a la entrada, pero que se desfichan automáticamente a la salida cuando pasan las horas ordinarias de jornada, al margen de si el trabajador ha salido o no de la oficina. U hojas de papel en las que el empleado se limita a firmar y luego el superior rellena las horas trabajadas a su discreción.  

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