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Luis Riu celebra su pasión, ser DJ, con el regreso de las fiestas en sus hoteles

El mallorquín, conocido por sus sus sesiones en el Hostal Cuba de Palma, comparte que vuelven las celebraciones en establecimientos de la cadena en México, República Dominicana o Costa Rica

Luis Riu pinchando en una Riu Party celebrada en el complejo de hoteles RIU en Punta Cana, este año tras retomarse las fiestas.

Luis Riu pinchando en una Riu Party celebrada en el complejo de hoteles RIU en Punta Cana, este año tras retomarse las fiestas.

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Myriam B. Moneo

"Escribir el artículo de hoy me hace ilusión por muchas razones”, confiesa Luis Riu. “Voy a hablar de las Riu Party, que es un proyecto que me gusta mucho y que nació de mi pasión por la música y mi afición como DJ”. El consejero delegado de RIU Hotels &Resorts, conocido también por su faceta de disc jockey que le ha llevado a protagonizar sesiones en el Hostal Cuba, en Palma, anuncia en su último artículo, publicado en su blog, que vuelven las fiestas que celebran en parte sus hoteles “tras casi dos años de parón debido a la covid”.

El mallorquín suele escribir en la web de la compañía publicando entradas en las que informa sobre hitos de la hotelera, a la vez que suele compartir aspectos más personales de él, su equipo e incluso de la familia Riu. En esta ocasión celebra el regreso de la diversión a sus hoteles.

Como recordaba el verano pasado, en otro artículo, “era muy jovencito cuando me enamoré de la música”. Fue “con las canciones de Queen, de Barry White, o de la querida Raffaella Carrà” en los años 70, “los mejores de la música dance, y yo soñaba y vivía por la música y las discotecas”.

Por esa pasión, cuenta, entusiasmado, que han retomado desde marzo en hoteles de México, República Dominicana, Costa Rica, Jamaica o Cabo Verde las Riu Party, que lanzaron hace tres años, fiestas como las de “las grandes discotecas del mundo” y que destacan por su “escenografía, los DJ el sonido y los efectos especiales, así como la animación y bailarines”, donde se alcanzan “cifras de vértigo” con más de 2.500 asistentes.  

"Me enamoré de la música con las canciones de Queen, de Barry White, o de la querida Raffaella Carrà"

“Hace pocas semanas me puse a los platos en Punta Cana para celebrar este regreso”, relata. “Estuve en dos sesiones, la Pink Party del viernes y la Neon Party del sábado. La primera es de día, y la segunda en la noche y cada uno de los días pasaron por la fiesta cerca de 2.500 personas. La energía que se crea es brutal”, dice. “Estar en la cabina del DJ es un privilegio porque la atmósfera es muy especial”.

Entre las novedades de las fiestas, que también incluyen una modalidad para todos los públicos, explica el DJ hotelero, aplicando su estrategia de sostenibilidad, se han quedado fuera de las fiestas los plásticos de un solo uso. Ya no hay “pulseras de neón o anillos", los globos son biodegradables y la espuma se genera con “químicos más respetuosos con la piel y el medioambiente”.

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El verano pasado, el consejero delegado de RIU hacía público por qué se convirtió en DJ. “Durante años acumulé muchísimos discos. Siempre quería más, estar al día de todas las novedades y descubrir nuevos sonidos”, contaba sobre la que “sigue siendo” su “auténtica pasión”. 

“Hace pocas semanas me puse a los platos en Punta Cana para celebrar este regreso”

“Cuando estoy en la cabina del DJ me transformo”, se sinceraba el empresario. “En ese momento olvido todas las tensiones del día a día y me recargo de energía”.

SU PRIMER NEGOCIO: GRABAR DISCOS EN CASETES

“Mi primer pequeño negocio fue grabando discos en casetes. Los vendía entre mis amigos y con ese dinero, compraba más música. Pero nunca era suficiente, así que muchas veces vendía vinilos antiguos para comprar nuevos, con mucha pena, pero podía más mi deseo de tener lo último en mis manos”. Así contaba Luis Riu su pasión por la música en otro de sus artículos de su blog el verano pasado.


“A veces he pensado que existe cierto paralelismo con el negocio hotelero” –señalaba–. “Hay activos que pierden cierto valor económico y a veces tienes que vender para poder invertir en un hotel o zona con más tracción y proyección de futuro”. 


Según relata, fue en Punta Cana, en la discoteca Pachá, a principios de los 90”, donde dio “el salto de vivir” su afición “como algo privado o como espectador en las salas de baile” a ponerse delante del público. Después, su hijo “Luis Riu jr." le regaló el primer ordenador, "y me ayudó a utilizarlo, cuando pasé al modo digital la búsqueda y descarga de la música”. 


“Dedico una media de 12 horas a la semana a mi afición, en un trabajo que supone captar los nuevos temas, descargar y clasificar”, detalla el hotelero que se declara aficionado a “todos los géneros” y que a través de sus hijos también puede estar “muy cerca de lo que se lleva.


 “Me da igual si pincho house, dance, reguetón , latino, flamenco-rumba u oldies", explica. "Para mí lo importante es estar compenetrado con el público. Si les miras y conectas, puedes darles lo que les gusta y ellos te devuelven una energía muy poderosa. Eso es lo máximo”, considera.


El DJ hotelero señalaba que aprecia “mucho a los amigos de Hotel Hostal Cuba de Palma y de Mhares Sea Club porque me han abierto sus puertas en muchas ocasiones para ofrecer a sus clientes una de mis sesiones en Mallorca”. 


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