ENERGÍA

La guerra replantea el proceso de transición energética

Los planes de las compañías energéticas vinculados a la necesaria descarbonización del sistema se han visto afectados por esta situación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunido en el Palacio de la Moncloa con los primeros ejecutivos de las principales compañías eléctricas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunido en el Palacio de la Moncloa con los primeros ejecutivos de las principales compañías eléctricas. / Pool Moncloa/Fernando Calvo

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La crisis de precios en la energía ligada a la guerra en Ucrania ha replanteado el camino a seguir en el proceso de transición energética impulsado por la pandemia. Y los planes de las compañías energéticas vinculados a la necesaria descarbonización del sistema se han visto afectados por esta situación, con el dilema entre acelerar o ralentizar su curso.

La mayor incógnita surge alrededor del gas natural y la dependencia europea de su importación desde Rusia. "No se puede descartar" una interrupción de este suministro, dice el Gobierno en la actualización del Plan de Estabilidad 2022-2025, y aunque España no depende del gas ruso, sí se ve afectada por el alza de los precios.

El primer problema ha sido el coste de la luz, solventado por el Gobierno con una solución temporal junto con Portugal, sobre la que ya hay acuerdo con la Unión Europea: poner un tope medio de 50 megavatios por hora (MWh) al precio del gas que se utiliza para producir electricidad durante un año. Pero esta situación no tiene visos de mejora. El Gobierno no prevé que el precio del gas natural recupere los niveles previos a la escalada de tensión --20 euros MWh de media-- en los próximos cinco años --la actualización del Plan de Estabilidad recoge precios de 46,7 euros MWh en 2021; 93,9 euros MWh en 2022; 81,9 euros MWh en 2023; 66 euros MWh en 2024 y 50 euros en 2025--.

Además, el sector eléctrico ha acogido la medida con críticas, las grandes eléctricas insisten en que toda la responsabilidad es del gas y en que el 85% o el 90% de la generación está ya vendida con precios más bajos a través de contratos a precio fijo y a largo plazo.

En paralelo surgen, además, otras cuestiones que parecían cerradas hace tiempo, como el carbón que, después de estar prácticamente inactivo en el mix eléctrico, ha vuelto a ser rentable en determinados momentos por la escalada de precios o, incluso, con el debate sobre el cierre de las centrales nucleares (previsto entre 2027 y 2035), avivado en Europa.

"La coyuntura actual es hostil debido a la situación en Ucrania y su impacto en los mercados, pero eso no debería apartarnos del camino que conduce a medio plazo a España a un proceso de descarbonización gracias a nuestra riqueza en fuentes renovables", destaca Antonio Hernández, socio responsable de Regulación en EY. Y es que la transición verde es algo beneficioso para el país ya que permitirá reducir la dependencia energética y desarrollar cadenas de valor, asegura. Para que todo ello se lleve a cabo existe un motor de arranque muy importante, que es el plan de recuperación del Gobierno, del que un 40% se destina a la transición verde.

Las empresas del sector lo saben desde hace tiempo y cada vez es más difusa la diferencia entre eléctricas, gasistas y petroleras por la descarbonización de la economía de cara a 2050. En España, las más importantes son esencialmente Iberdrola, Endesa, Naturgy, EDP, Repsol, Cepsa y Acciona. Cada una cuenta con su propia estrategia de crecimiento para dirigirse hacia un modelo sin humos o con el mínimo de estos.

Naturgy, a la cola en generación renovable en España respecto a sus principales rivales, tiene una gran necesidad de incrementar este tipo de proyectos. Una vez finalizada la operación de compra parcial (opa) lanzada por el fondo australiano IFM --que aunque inicialmente logró apenas el 10,83% del capital, luego ha ido comprando en el mercado hasta el 13,385%--, la compañía anunció su escisión en dos sociedades (proyecto 'Géminis'), una dedicada al negocio regulado y otra al liberalizado, pero tuvo que congelar el calendario tras la invasión de Ucrania.

"Tenemos un calendario que se puede adaptar, que se debe adaptar y que se tendrá que adaptar en función de las incertidumbres", explicó en la junta general de accionistas su presidente, Francisco Reynés. El objetivo es que las dos sociedades tengan los mismos accionistas. Uno de ellos, el principal socio actual es Criteria, la sociedad de participadas de La Caixa. En principio su objetivo es mantenerse como accionistas en ambos negocios pero fuentes del sector no descartan que, con posterioridad se produzca una venta para que entren nuevos socios, como fondos.

En algún momento se ha barajado la posibilidad de que se produjera una alianza de Naturgy con Repsol, que fue accionista de la compañía cuando Naturgy era Gas Natural y que tenía planes de sacar a bolsa su filial de renovables. La petrolera se dio en noviembre de 2020 18 meses para decidir el futuro de esta filial (la decisión será anunciada en la presentación de resultados del segundo trimestre), aunque esta semana su consejero delegado, Josu Jon Imaz, reconocía que no tienen prisa y que el proceso se está desarrollando de forma "más tranquila, más suave si se quiere", gracias al "respaldo" de una generación de caja superior a lo previsto por la subida de precios del crudo. "Solo tomaremos esta decisión si encontramos el 'partner' ideal", dijo Imaz durante la presentación de resultados del primer trimestre.

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La compañía busca un socio financiero, más que industrial, pero "no para desinvertir, sino para crecer", que "añada valor" y que "esté completamente alineado" con su estrategia de tener una capacidad renovable de 6 gigavatios (GW) en 2025 y 20 GW en 2030.

Antes que ella ya practicaron el 'spin-off' renovable Acciona y EDP, con el objetivo de coger músculo financiero en ese segmento. Iberdrola, la compañía con más renovables en España y con el foco inversor en el negocio internacional (más de dos tercios de sus beneficios en el primer trimestre), anunció el otoño pasado la posibilidad de segregar su negocio de eólica marina y, desde entonces, no ha parado de impulsarlo. El caso de Endesa no es comparable por el tamaño de la operación, pero la compañía que dirige José Bogas aprobó en febrero la segregación de su negocio de movilidad y creó una sociedad llamada Endesa Movilidad Eléctrica y este mismo viernes vendió el 51% (renombrada como Endesa X Way) a Enel X Way (sociedad íntegramente participada por Enel, propietaria del 70% de Endesa) por 122,4 millones de euros. Por su parte, Cepsa traspasó recientemente su negocio de hidrocarburos a una filial para impulsar su crecimiento.