ENTREVISTA

La Mesa del Turismo confía en un "buen verano" para relanzar finalmente el sector a cifras prepandemia

El presidente de la asociación, Juan Molas, señala a la inflación como problemática principal que puede lastrar las cuentas de explotación de las empresas turísticas, pese a alcanzar grandes datos de ocupación

El presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas.

El presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas.

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Después de una crisis de más de dos años provocada por el coronavirus, el turismo comienza a ver la luz al final del túnel. Con la eliminación de las restricciones contra la expansión del covid, tanto alojamiento como restauración comienzan a acercarse a las cifras previas al 2020. Los eres dan paso a las masivas contrataciones, incluso existe falta de personal, y los cierres de negocios se sustituyen por niveles de facturación prepandemia en algunas zonas.

La Mesa del Turismo, una asociación empresarial sin ánimo de lucro que trata de favorecer al sector, apunta que las cifras de ocupación hotelera de algunos lugares en esta Semana Santa han llegado a superar los niveles prepandemia. Así lo asegura su presidente, Juan Molas, quien en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA confía en las previsiones que auguran un "buen verano" para el sector, si bien todavía no se atreve a pronosticar resultados empresariales comparables a los de la vida antes del covid, ya que la inflación lastra los beneficios.

P. ¿Os esperabais los buenos datos de ocupación y movilidad de esta Semana Santa?

R. Las reservas han sido muy a última hora, como suele ser habitual en el mercado nacional. Pero sí que estábamos notando que en algunos destinos había una demanda considerable por la información que nos solicitaban las centrales de reserva, las agencias de viajes o las compañías aéreas. Teníamos información muy favorable en cuanto a la demanda que se estaba produciendo.

P. ¿Qué valoración hacéis de la ocupación durante Semana Santa?

R. Son datos muy positivos. Nos hemos movido en torno al 80-90% en las zonas turísticas, en Cataluña, el Levante y la Costa del Sol o en Cádiz y Huelva. En algunos lugares de Canarias y en ciudades de tradición religiosa como Sevilla, Córdoba o Granada se han alcanzado ocupaciones muy buenas igualmente. Barcelona y Madrid han superado también el 80%, que hacía meses que no superaban.

En cuanto a ocupaciones, ha sido una Semana Santa muy parecida a los años anteriores al covid y con facturaciones por encima de los niveles prepandemia. Lo único malo es el tema de la inflación, los costes.

P. ¿Cómo está afectando esa subida de precios a las empresas del sector turístico?

R. Como digo, las ocupaciones han sido buenas y la facturación ha sido buena, sobre todo si hablamos de hotelería y hostelería. Pero tenemos una problemática de cara a la temporada de primavera y verano que nos está preocupando: el incremento de costes es muy considerable. Primero los energéticos y en segundo lugar también la gasolina y el tema del transporte, que ha hecho incrementar los productos derivados, básicamente la alimentación.

P. ¿Qué le pedís al Gobierno en este sentido?

R. El control de la inflación es absolutamente necesario para el sector. No se están tomando las medidas correctoras suficientes para detenerla. Esto nos preocupa muchísimo porque, de cara a verano, si bien por las previsiones de ocupación esperamos una buena temporada estival, las cuentas de explotación se verán afectadas sin duda. 

Los costes energéticos están disparados y la alimentación igual, que es la partida presupuestaria más importante después de la del personal. El Gobierno debe actuar con rapidez y tomar medidas correctoras en ese sentido, porque si no prevemos unos meses de ciertas tensiones financieras.

P. Mirando a corto plazo, ¿se espera llegar este verano a cifras de antes de la pandemia?

R. Si no hay circunstancias exteriores extraordinarias anómalas o negativas, si el la pandemia la damos ya por superada, dentro de todas las prevenciones que hay que tomar, y si la situación del conflicto en Ucrania no afecta internacionalmente, creemos que este puede ser un buen verano.

Por las cifras que estamos manejando de las reservas en compañías aéreas, teleoperadores y grandes distribuidores de vacaciones, todo indica que puede ser una buena primavera, en el mes de mayo y parte de junio. Y a partir de la tercera semana de junio, prevemos tres o cuatro meses de buenas ocupaciones y de recuperación de algunos mercados, así como la reconfirmación de que hay mercados extranjeros que siguen apostando por España decididamente. 

P. ¿Acabaremos el 2022 en cifras de turistas cercanas a las de 2019?

R. Yo no me atrevería a decir esto porque de enero a abril, el arrastre de los meses, no fue como los primeros meses de 2019. Pero creemos que, por los números que estamos haciendo, podemos acercarnos a la misma cifra de llegadas internacionales en la temporada de 2019 (fueron casi 84 millones), aunque no me atrevería a decir una cifra exacta.

P. ¿Cuáles son los mercados extranjeros que mejor están funcionando?

R. En primer lugar, el británico, que está comportándose en ese sentido como el número 1, pero también el alemán, el francés o el italiano. Tenemos que ver aún que es lo que ocurrirá con los de larga distancia: no hemos recuperado todavía el mercado norteamericano en las mismas cifras que nos manejábamos prepandemia y tampoco los mercados del Lejano Oriente. 

P. Tras la invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones impuestas por la Unión Europea, ¿cómo afecta al turismo el descenso de visitantes rusos?

R. No solo es el mercado ruso, también es el mercado ucraniano y de todas las antiguas repúblicas exsoviéticas (Azerbayán, Kazajistán, etc). Pero durante el año récord de llegada de turistas, los rusos suponían solo unos 1,8 millones de visitantes sobre unos 84 millones. El porcentaje es el que es. 

Si siguen las cosas como están, es un mercado que prácticamente lo damos por perdido este año. Se va a notar en tres zonas: la costa dorada de Cataluña, como primer destino junto con Barcelona del mercado ruso; la costa del Sol en segundo lugar y, en menor medida, Tenerife y Mallorca, por este orden.

Hay que buscar alternativa, sustituirlo por otros mercados. Nosotros esperamos que, un año más, el mercado nacional se mantenga fuerte. Deseamos que los españoles sigan manifestando su fidelidad a los destinos españoles, no solo de sol y playa, sino también de turismo interior, cultural, gastronómico, de compras, deportivo o el de salud.

P. ¿Cómo está afectando al sector la última reforma laboral?

R. En algunos casos de forma negativa y en otros de forma positiva. No entendemos cómo la figura de los contratos temporales no se contemplan con mayor profundidad, porque este es un sector que tiene unas temporadas muy concretas y la demanda se produce cuando se produce. No se ha tenido en cuenta en esta reforma de forma más explícita la contratación para estos casos. 

P. ¿Hay déficit de trabajadores para el turismo?

R. Ya lo hemos notado en esta Semana Santa en algunos destinos, hay una demanda importante de profesionales y no se encuentran. No entendemos cómo puede haber zonas de España con desempleo superior al 20 y al 25% y, sin embargo, no se esté organizando cursos de formación para la demanda de cocineros, de camareros, de recepcionistas… 

El sector turístico privado ha invertido mucho en formación continua dentro de las propias empresas, pero se tiene que dignificar la profesión y entender que hay mucha gente desempleada que podría encontrar una salida profesional muy digna y muy provechosa.

P. Puede deberse a que los sueldos del sector turístico no sean lo suficientemente elevados...

R. Eso es una leyenda. Los salarios del sector turístico en general, de la hostelería, de la hotelería, de las agencias de viajes o de transportes, están en la media alta de todos los salarios, en función de su categoría profesional, obviamente. Es otra leyenda que hay que desmontar ya de una vez por todas. Los salarios se pagan en función de la capacitación, de la categoría profesional, del conocimiento y de la realidad misma que el sector demanda. 

P. ¿Qué se puede hacer para desmontar esa “leyenda”?

R. Habría que hacer una campaña de dignificación de la profesión de aquellas personas que están trabajando en el sector del turismo en general. No solo es el camarero. El sector turístico es mucho más grande que eso, hay departamentos de contratación, departamentos comerciales, de marketing, de fidelización, de informática, de guías… Podría estar media hora relatando las profesiones que hay dentro del sector turístico.

P. ¿Hacéis un llamamiento a las Administraciones Públicas o al Gobierno para que fomente la formación de esta clase de profesiones?

R. Se debería facilitar mucho más el aprendizaje e idiomas extranjeros para facilitar la interrelación entre los visitantes y los propios profesionales. No estamos viendo que ninguna de las Administraciones Públicas, no solo la del Estado, sino las autonómicas, provinciales o locales hagan mucho en ese sentido.

No puede ser que el sector de la hostelería y el turismo sea un sector refugio. Más bien al contrario: aportamos el 12,4% del PIB directo y el 8% indirecto. Este es un sector fundamental en la estabilidad económica y social de España, pero se sigue considerando un sector refugio cuando las personas no encuentran otro tipo de trabajo. 

El sector público tiene que dirigir el convencimiento hacia la gente joven y hacia todos aquellos que están desempleados, a decirles que el turismo es un sector que siempre ha estado en primera línea. Tiene que haber una política muy concreta por parte de las administraciones para que se favorezca la capacitación, dedicándole recursos necesarios para que el sector pueda cubrir la demanda, pero sobre todo para facilitar la salida a muchos desempleados.

P. El pasado noviembre, fuiste reelegido como presidente de la Mesa de Turismo. ¿Qué te gustaría conseguir? ¿Qué noticia te gustaría leer respecto al sector de aquí a cuatro años?

R. Lo primero, que hemos conseguido mantener la competitividad al más alto nivel y que hemos sido capaces de transformar los destinos turísticos españoles en destinos de primer orden. Y que hemos logrado captar los suficientes visitantes durante todo el año, que no se concentre un volumen determinado de la clientela solo en temporada alta, sino que haya otros productos turísticos que no solo sean el sol y playa.

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¿Qué podemos hacer para salir de la idea de "España, solo turismo de sol y playa"?

En realidad, la idea del "sol y playa" ya no es tanto como era. Tenemos turismo de congresos, turismo religioso, turismo gastronómico... Ahí el Gobierno también tiene mucho que hacer, con campañas de promoción en relación a todas las ventajas que tiene España en ese sentido. Hay que insistir en que la temporada no tiene que ser de cinco meses, un hotel se construye o un restaurante se abre no para que funcione ciertos meses, sino para que funcione 365 días al año.