CONSEJO EUROPEO

España propone limitar el precio del gas junto con Portugal si no hay consenso en la UE

El Gobierno español busca una salida ante las reticencias de países como Alemania y Holanda a aplicar una medida común

Teresa Ribera.

Teresa Ribera.

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A un día de que comience el Consejo Europeo en Bruselas del que España aspira a salir con una solución para frenar el alza de los precios de la electricidad derivados de la subida del gas natural, si no hay consenso en el seno de la Unión Europea, el Gobierno propone que Bruselas habilite un "marco europeo", que no sea obligatorio sino voluntario, para que los Estados Miembros puedan tomar sus propias decisiones, según fuentes del Ejecutivo.

En concreto, España aboga por poner un límite a las ofertas de las centrales de gas natural en el mercado eléctrico junto con Portugal. Dado que la capacidad de interconexión entre España y Francia es muy baja, el efecto de aplicar una medida como esta sería bajo para el resto de socios, según defienden. "Nosotros estamos en un marco europeo, si todos los países no están dispuestos a avanzar, algunos deberían tener una habilitación extraordinaria, y el caso de la Península Ibérica, como isla energética, es muy flagrante", añaden estas fuentes. Las dificultades para sacar adelante una propuesta conjunta por parte de los 27 países miembros para desacoplar el precio del gas de la electricidad se agravan fundamentalmente por la negativa de Alemania y Holanda, por lo que España busca la manera de encontrar una salida.

Límite al gas

La medida preferida del Gobierno para desvincular el precio del gas del mercado eléctrico es poner un precio límite a las ofertas de las centrales de ciclo combinado, que queman gas natural, en el mercado eléctrico y, a posteriori, si el coste está por encima de esa referencia, realizar un ajuste 'expost' en el funcionamiento del mecanismo de casación del mercado, según reveló este martes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Esta medida sería similar a la de poner un tope al mercado eléctrico, una de las tres opciones debatidas entre los países junto con sacar al gas del mercado eléctrico, pero descartada por el Gobierno que aboga por tocar solo la tecnología que provoca la subida de los precios: los ciclos combinados.

Entrada en vigor

El efecto de la medida sobre los precios sería inmediato una vez se ponga en marcha. El mercado eléctrico se rige por un sistema marginalista en el que la última tecnología en casar oferta y demanda es la que marca el precio. La última tecnología es --cuando no hay renovables suficientes-- los ciclos combinados que queman gas natural y, en su defecto, la energía hidráulica, que fija un precio muy similar al de los ciclos combinados por el denominado coste de oportunidad.

El precio de las ofertas de los ciclos está desvirtuado por los costes de la materia prima, el gas natural, que se ha disparado por la Guerra de Ucrania. Pero si se pone un precio tope a estas ofertas caerían los precios en las subastas de manera inmediata. Para hacerse una idea, solo el 17,1% de la generación eléctrica en España en 2021 provino de estas centrales, que marcaron el precio de la luz alrededor del 15% de las horas. Sin embargo, por ese sistema de fijación de precios, el precio de la electricidad en el mercado mayorista en 2021 fue el más alto de la historia al verse contagiado por el gas.

Precio y compensación

Lo que todavía no está decidido es cuál sería el precio de referencia máximo para las ofertas de los ciclos combinados que, desde el Gobierno, defienden "sería el suficiente para mantener incentivos a la generación renovable, pero menor del que se tiene hoy". Ahí el margen es muy amplio. Como referencia: el precio mayorista en la última década ha sido de una media de 50 euros por megavatio-hora, las compañías eléctricas llevan meses defendiendo que sus ofertas de contratos a largo plazo marcan precios de alrededor de 60 euros por megavatio-hora y el tope máximo que tenía el mercado eléctrico hasta el pasado mes de julio era de 180 euros por megavatio-hora aunque hasta entonces el máximo que alcanzó fue los 100 euros.

También habría que decidir cómo se realiza la compensación 'ex post'. Fuentes de Ejecutivo señalan en dos direcciones: o bien a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o bien a través del propio sistema eléctrico, que sea el que realice el ajuste. En este caso, serían los consumidores los que pagarían la diferencia entre el precio de referencia y el coste real, pero esa diferencia sería "muy inferior" al disparatado precio que se paga en la factura actualmente por la electricidad.

En la Moncloa sí niegan tajantemente que se estén planteando subvenciones o subsidios a las empresas gasísticas. Y remarcan que todos los países saldrían beneficiados, aunque unos más que otros.

¿A quién afecta?

El precio de la electricidad en el mercado mayorista afecta directamente a las factura de los consumidores en el mercado regulado --tarifa de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC)-- que verían como bajan los precios de su suministro de forma inmediata al estar vinculadas al mercado mayorista. Pero también se verían afectados los consumidores en el mercado libre que tienen el precio mayorista como referencia, de forma que según se vayan renovando estos contratos el precio podría bajar.

¿Y si no hay acuerdo?

En el Ejecutivo insisten en que están "en el plan A", porque "Europa no se puede permitir salir de este Consejo fragmentada, desunida y sin decisiones. Saldremos unidos, fuertes y con decisiones". En el equipo del presidente subrayan que su prioridad es que en la cumbre de los Veintisiete se aprueben medidas "urgentes, extraordinarias y temporales" que permitan la bajada inmediata de los precios de la luz, aunque por descontado que defenderán iniciativas a medio y largo plazo, como las compras conjuntas de gas o el almacenamiento energético para garantizar el suministro de cara al próximo invierno. Dicho de otra manera, el Gobierno español entiende que no cabe la opción de no hacer nada.

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El Consejo, pues, aprobará propuestas "equilibradas" que podrán convencer, confían, a los Veintisiete, porque se ha instalado la percepción de que se ha llegado "tarde" a abordar este problema, y Sánchez ha ganado "credibilidad" estos meses porque fue quien primero defendió una reforma estructural del mercado energético, después del verano pasado, porque no bastaba con medidas fiscales. En la Moncloa recalcan que la propuesta que va a defender el presidente en el Consejo es "técnicamente solvente, trabajada y extensamente discutida con la Comisión Europea y los Estados miembros" y además "tendría efecto inmediato en la bajada de los precios".

¿Es intervencionismo?

Los países más duros, los que oponen resistencias al plan español, acusan a España de intervencionista, y han comparado a Sánchez con un Don Quijote. En el Ejecutivo prefieren no rebatir ni entrar en "descalificaciones" y defienden que otros mercados, como los financieros, son intervenidos o se paralizan cuando hay problemas. "No somos intervencionistas ni nada parecido. Pero aquí el mercado del gas está roto, hay precios disparados que no responden al funcionamiento del mercado, y esto requiere una intervención justificada y temporal", defienden.